La producción de carbón crece un 52% en Aragón a pesar de la crisis del sector

Los sindicatos indican que la hulla turolense es más rentable que la importada, pese a que la incertidumbre sobre el futuro de la minería sigue patente.

La máquinas extraen carbón en la mina de Samca en Ariño.
La máquinas extraen carbón en la mina de Samca en Ariño.
Antonio garcía./Bykofoto

Una de cal y otra de arena en este inicio de 2016 para la minería aragonesa y para todo el empleo en torno a la generación de energía por medio de la hulla.


Por una parte, el sector cerró el año con la constatación de que la mina de interior de Ariño cerrará en doce meses y lo ha empezado con la propuesta sobre la mesa por parte de Endesa de ajustar la plantilla de la térmica de Andorra en 42 empleados por medio de prejubilaciones y baja voluntarias. Un nuevo descenso en la masa laboral en torno al carbón para la provincia de Teruel que, sin embargo, ha llegado de la mano de la valoración de 2015 como uno de los años más positivos en medio de un clima de incertidumbre entre todas las minas españolas.


La producción de carbón vendible en Aragón ha crecido el año pasado a un ritmo del 52%. Solo hasta septiembre -últimos datos cerrados por el Instituto Aragonés de Estadística- las minas turolenses extrajeron cerca de 914.000 toneladas de mineral, unas 310.000 más que en el mismo periodo de 2014, cuando el carbón ya superó a la eólica como el principal productor de energía de la Comunidad.


Para hacerse una idea, durante ese año, las minas de Estercuel y Ariño extrajeron 1,3 millones de toneladas a lo largo de todo el curso, una cifra que se ha rebasado este año según los primeros conteos que manejan los sindicatos, que además recalcan la buena salud de las explotaciones como la base sobre la cual la provincia turolense ha podido salir “medianamente bien pese a las dificultades”, dentro de la crisis minera que sí que ha puesto entre la espada y la pared a muchas explotaciones asturianas y leonesas.


A nivel nacional, el repunte ha sido de un 23% en la producción de carbón para la quema en centrales, según los datos adelantados esta semana por Red Eléctrica Española.


“Ahora mismo el carbón de Teruel es mucho más rentable que el de importación. Su porcentaje dentro de lo que quema la térmica de Andorra ha crecido mucho en 2015 con respecto al que viene de fuera, y eso es algo que nos da confianza para pensar que, si se realizan las inversiones adecuadas, tenemos carbón para rato”, explica Francisco Montull, representante del sector de UGT-Aragón.


La subida en la producción de los últimos meses es además mejor valorada porque se dio sin que estuviera ya vigente el Decreto del Carbón -finalizado en diciembre del 2014- lo que ha hecho que la venta de mineral se haya dado en unas condiciones de libre mercado. Ahora, no obstante, se espera que el Ministerio en funciones acabe de programar el nuevo marco retributivo, que ponga sobre la mesa las cartas que tienen que tener en cuenta tanto empresas mineras como eléctricas para valorar la rentabilidad.

Con la mirada puesta en Ariño y Andorra

El panorama por lo tanto sería bueno si en el horizonte no aparecieran nuevas incertidumbres. Endesa ha trasladado al comité de empresa de la central de Andorra su plan para reducir en 42 el número de empleos -ahora hay unos 180- de aquí al mes de marzo. Serán salidas poco “traumáticas” según los sindicatos debido a que se hará mediante bajas voluntarias y prejubilaciones.


En total, la eléctrica se ahorrará con esta decisión unos 11 millones anuales, aunque en el aire sigue quedando la duda que atormenta desde hace meses a la comarca minera: conocer si se efectuarán las adaptaciones a la nueva normativa ambiental europea, que requerirían de cerca de 230 millones de euros, y alargaría la vida de la central más allá de 2023. La decisión, no obstante, parece bloqueada mientras el Gobierno no clarifique el nuevo régimen retributivo que incentive estas inversiones y que sigue estando parado. La semana que viene se retomarán las reuniones en Madrid, y también en Aragón, donde el comité de empresa de la central trasladará su posición a la DGA.


“Hay una cosa que es innegable. Los empleos que se van a perder ya no se recuperarán, y lo más preocupante quizá sea la externalización que se está dando en muchos departamentos, por eso es vital saber que los que quedan seguirán en buenas condiciones y sin más incertidumbres”, señala Montull.


Por otra parte, el otro foco de preocupación se ubica en la mina de interior de Ariño, que cerrará sus pozos a finales de este año. Allí trabajan 130 empleados que, en parte, podrían compensarse con una nueva explotación de exterior que planea Samca en Teruel, aunque se da por hecho que no se llegará a cubrir todos los puestos debido a que las explotaciones exteriores ocupan muchas menos manos que las de interior.

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