​El consumo de combustible vuelve a crecer tras caer en Aragón desde 2007

?La recuperación de la actividad provoca el primer repunte en ocho años, después de que el consumo hubiera caído a niveles de los noventa.

Imagen de archivo de una gasolinera aragonesa
​El consumo de combustible vuelve a crecer tras caer en Aragón desde 2007
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El fin del letargo propiciado por las crisis parece ir poco a poco conquistando nuevos planos de la actividad económica aragonesa, aunque aún sea bajo el pírrico convencimiento de que, al fin, “se ha tocado fondo”. Así al menos lo estiman los sectores implicados en el transporte y los distribuidores de combustible de la Comunidad, que durante 2014 vieron como los depósitos de los vehículos volvían a demandar más gasolina tras casi ocho años de continuas caídas.


La demanda de combustibles para la automoción en Aragón volvió a crecer por primera vez desde 2007. Un indicador que los expertos ligan irremediablemente a un mayor movimiento de la economía pero que, no obstante, el año pasado se vio condicionado también por el primer descenso importante del precio del combustible en los últimos años.


En total, entre gasoil y gasolina, las empresas y los conductores aragoneses consumieron durante el año pasado 1.122.190 toneladas métricas de hidrocarburos, según los datos recopilados de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Un montante considerablemente superior a 998.000 toneladas consumidas en 2013, pero aún lejano del cénit marcado en 2007 cuando, a las puertas aún del comienzo de la recesión, los vehículos matriculados en la Comunidad gastaron más de 1,2 millones de toneladas de crudo.


La mejora en Aragón es además ostensiblemente superior a la del conjunto de España, donde el consumo apenas creció un 2% por el 11% aragonés, algo que se debe, en parte, a la menor carga fiscal que soportan los hidrocarburos en Aragón, donde no se aplica el tramo autonómico sobre el impuesto especial que los grava.Los transportistas notan el repunte, aunque aún es “mínimo”


Con todo, para los profesionales del sector del transporte la mejoría que se puede establecer a partir del aumento del consumo de combustible “aún es muy tímida”. Desde la Asociación Empresarial de Transportes de Mercancías de Aragón (Tradime), se estima que en los últimos meses la actividad ha repuntado “en torno a un 4%”. Porcentaje que se ve con cierta lejanía aún de cualquier recuperación completa dado que en los últimos años cerca de 1.000 autónomos del transporte han dejado su trabajo en Aragón, al tiempo que el volumen de la actividad había caído cerca de un 40%.


“La situación aún es muy complicada. La bajada del precio del gasoil ayudó, aunque ahora ha vuelto a subir, y lo peor es que tampoco se está ayudando demasiado desde el Gobierno a que la situación tienda a ir hacia mejor”, explica la gerente de Tradime, María José Pardo, en referencia a que a partir del año que viene los autónomos del sector deberán abandonar el sistema de tributación por módulos para pasar a rendir cuentas ante el fisco por estimación directa. Un sistema más cargado de burocracia y que "limita", según explican, la flexibilidad de los trabajadores para superar meses en los que los ingresos no cuadren con los gastos que generan la actividad.


Por su parte, desde la rama de la distribución, la Asociación de Estaciones de Servicio de Aragón valora que la bajada del precio de los hidrocarburos durante los últimos meses del año pasado animó considerablemente a volver a hacer más uso del coche. “No sabemos hasta qué punto puede achacarse a una mejora general de la economía, pero sí que es cierto que la bajada de precios animó el consumo y las ventas”, explica Pilar Soto, presidenta de AESA y propietaria de una estación independiente, “las que más han notado el descenso del consumo”.


Pese a esto, y a que Aragón sigue siendo junto con Navarra una de las CC.AA. más económicas para repostar, lo que atrae a transportistas de comunidades cercanas, los empresarios estiman que el negocio de los surtidores ha salido especialmente damnificado de la crisis. “La tendencia al alza ha ayudado, pero por ejemplo sigue sin llegar a las estaciones rurales, las alejadas de las grandes vías y ciudades, que son el verdadero termómetro de la distribución”, explican.