El grupo americano de componentes de automóvil Cooper Standard quiere empezar a producir elementos de sellado para fabricantes españoles a finales de 2016 desde Tarazona, donde instalaría su segunda factoría en España, aunque todavía no ha decidido su ubicación y si será de alquiler o de nueva planta.

Así lo ha reconocido en rueda de prensa el presidente de Cooper Standard en España, Fernando de Miguel, con motivo de la firma con el consejero de Industria del Gobierno de Aragón, Arturo Aliaga, y el alcalde de Tarazona, Luis María Beamonte, del protocolo que recoge los términos de la nueva inversión industrial.

Un proyecto que contempla unas inversiones hasta 2020 por valor de 6,7 millones de euros en equipos productivos y que posibilitarán para esa fecha una facturación de unos 35 millones de euros y la previsión de poder alcanzar los 50-55 millones a más largo plazo.

De acuerdo con estas cifras, Cooper Standard prevé contar con una plantilla de cien trabajadores para 2016 e ir creciendo hasta los 500 trabajadores cuando se alcance el máximo de facturación previsto.

En mayo se incorporan los tres primeros ingenieros y actualmente la compañía busca personal capacitado para avanzar en los proyectos de inversión, ha explicado el delegado territorial, Ángel Sanz.

La decisión de instalarse en Tarazona ha sido, ha asegurado el responsable del grupo en España, meramente "estratégica" ante la previsión de pasar de los 2,4 millones de vehículos fabricados en España en 2014 a más de tres millones en los próximos años.

También porque esta región tiene 9 plantas de fabricación de automóviles en un radio de 350 kilómetros. Y es que los componentes que fabrican son un producto barato que se está produciendo "en cantidades importantes" en el Este de Europa, de ahí que hayan analizado el poder ser competitivos en España no para enviar fuera y encarecer el material.

Pero también porque en Tarazona y en Borja, localidad donde ya tienen otra planta, hay una lista de personas que "han trabajado en el sector, que conocen las reglas del juego y las condiciones de trabajo en el sector del automóvil" ya que son territorios que han contado con una base industrial.

La planta que Cooper Standard ubicará en Tarazona sobre una superficie que oscilará entre los 5.000 y 20.000 metros cuadrados, estará especializada inicialmente en líneas de aislamiento y sellado de componentes para automoción.

Actualmente el grupo sirve a General Motors algún producto como burletes para las ventanas fabricados en Alemania y piezas para el Mokka de China y Canadá, ya tienen un contrato para suministros para el Meriva y el C3 Picasso y las próximas semanas esperan un proyecto adicional, aunque, De Miguel ha reconocido que su "sueño es trabajar para el Corsa".

En estos momentos los directivos trabajan en la localización concreta de la industria y el trabajo del Gobierno de Aragón será el de cumplir los requerimientos de espacios y equipamientos, mientras que la posibilidad de ayudas se ajustará a la normativa de concurrencia y publicidad, según ha explicado Aliaga.

El alcalde de Tarazona ha destacado que la localidad, que tiene una tasa de paro del 19%, cuenta con equipamiento, servicios e instalaciones y recibe 100.000 visitas de turistas al año, por lo que la llegada de Cooper supone un elemento de "alegría y la esperanza que faltaba".

Actualmente este grupo, dedicado a la producción de elementos de sellado, combustible y frenado, fluido y anti-vibración, tiene 97 centros productivos y 10 de diseño en veinte países con más de 27.000 empleados y unas cifras de ventas de más de 3.000 millones de dólares en 2014.

En España, en la planta de Borja, se instalaron a finales de 2014, cuando adquirieron las instalaciones de Cikautxo, para la fabricación de sistemas para fluidos como manguitos y tubos de refrigeración y combustible. Cuenta con 34 empleados y una cifra de ventas de 5,5 millones de euros con el objetivo es "doblar o triplicar".