Wall Street vuelve a sufrir un nuevo ataque de vértigo

Ha sufrido varios en lo que va de año, esta vez con un nuevo repliegue del sector tecnológico.

Wall Street volvió a sufrir este jueves un ataque de vértigo, uno de tantos entre los que está registrando durante este año, con un nuevo repliegue en buena parte del sector tecnológico.


La sesión de este jueves comenzó con los mejores augurios: indicadores moderadamente favorables en Estados Unidos y China, que llegaron tras el mensaje positivo sobre la economía nacional que lanzó ayer la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen.


Además, el mensaje que dio el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, en su comparecencia tras la reunión de la entidad, apuntaló el optimismo, con subidas generalizadas en los mercados europeos y asiáticos que se contagiaron a este lado del Atlántico.


Así, el Dow Jones se situó pronto en niveles récord, mientras que el S&P 500 se colocaba muy cerca de nuevos registros históricos.


Y aquí comenzó el episodio de vértigo entre inversores y operadores, que se preguntan si el mercado puede sostener unos precios tan altos, y si las cotizaciones tan elevadas pueden llegar a asustar la entrada de dinero.


Con algunas tomas de beneficios, la pérdida de empuje pareció más técnica que estructural, aunque otra vez afectó más a los títulos de empresas de internet, un sector que está sufriendo varias semanas de volatilidad muy intensa.


Al final, el Dow Jones de Industriales acabó el día con una subida del 0,20 %, favorecido por los incrementos en grandes empresas que ofrecen dividendos (un valor siempre considerado seguro), mientras que el selectivo S&P 500 perdió un 0,14 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq retrocedió un 0,40 % (de nuevo el más afectado por el descenso de algunos valores de internet).


La lectura que hacen muchos analistas es que, tras la larga racha de récords que el Dow Jones y el S&P 500 tuvieron en 2013, con algunas marcas (pero muy escasas) en lo que va de año, los inversores no acaban de perder el miedo a aventurarse aún más lejos.


Y es que las alturas acaban dando vértigo, y Wall Street está muy, muy alto.