Miriam S. tiene 28 años, cuenta con un grado en Psicología, domina el inglés, y trabaja de camarera en una céntrica cafetería de Zaragoza: “Algún día espero encontrar un empleo de lo mío, pero mientras tanto doy gracias por tener esto”, asegura.

Es una de los miles de empleados aragoneses que están sobrecualificados para el puesto que ocupan. En la actualidad, el 29,3% de los trabajadores de la Comunidad -en números absolutos, casi 150.000 personas- cuentan con estudios y formación superior a la necesaria para realizar la labor que desempeñan.

Así se desprende del último análisis del mercado laboral elaborado por Analistas Financieros Internacionales (AFI) y la Asociación de Empresas de Trabajo Temporal (Asempleo). El estudio señala que esta cifra de sobrecualificados ha ido creciendo en los últimos años. “Al principio buscas algo en tu área, pero cuando ves que es imposible, te olvidas del esfuerzo hecho y te conformas con cualquier cosa que te dé un salario a fin de mes”, reconoce Miriam.

Como explica José Antonio Herce, analista de AFI, “esta situación es muy preocupante y refleja una pésima asignación de los recursos educativos primero, y laborales después”. La media nacional de trabajadores sobrecualificados se sitúa en el 26,3% de los ocupados. País Vasco (31,4%) y Cantabria (30,7%) lideran este ranking. En el otro extremo, Murcia presenta un 22,7%.

De hecho, existe una relación negativa entre el porcentaje de ocupados sobrecualificados y la tasa de paro de cada Comunidad.

En cuanto a las profesiones, los mayores desajustes entre el currículum y los requisitos del empleo afectan a los trabajadores de la restauración, vendedores y comerciales.

A su vez, existe una influencia directa de la edad del trabajador, ya que afecta el doble a los que tienen entre 16 y 34 años que quienes superan los 55. “El hecho de que el fenómeno de la sobrecualificación sea más significativo entre los jóvenes es un reflejo de las dificultades que tiene este sector para acceder al mercado laboral”, comentan desde AFI.

De ahí que, el problema del paro “no solo es atribuible a aquellos que no tienen formación, sino a todo el colectivo”, debido a “la escasa experiencia laboral que disponen, consecuencia del alargamiento del periodo de estudio”.

También hay infracualificados

En el otro lado de la moneda se encuentran aquellos trabajadores que ocupan un puesto para el que se requiere una cualificación mayor a la que presentan. Estos casos, que han ido disminuyendo con el paso de la crisis y el aumento de la tasa de paro -un 14% de los ocupados en la actualidad en Aragón están infracualificados-, se concentran en sectores como la construcción o la industria manufacturera.

Muchos de estos trabajadores compensan sus carencias de titulación académica con experiencia laboral y cursos de formación específica para realizar su labor.