Reunión en Bruselas

La cumbre del presupuesto europeo acaba sin acuerdo

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, presentó dos proyectos de presupuesto plurianual que no convencieron a ninguno de los socios de la Unión.

Los Veintisiete fracasaron este viernes en alcanzar un acuerdo sobre el presupuesto comunitario de 2014-2020 por sus divergentes posiciones sobre los gastos de la Unión Europea (UE) y decidieron darse una nueva cita a principios de 2013 para intentarlo de nuevo.


Para ello el presidente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, tendrá que emplearse a fondo desde la semana que viene y conseguir acercar posturas sobre el nivel de los recortes a aplicar a ese presupuesto plurianual y también sobre los capítulos en que recaerán.


"El acuerdo es posible a principios del año próximo", afirmó el político belga, que ha recibido el mandato de los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE para buscar el consenso, y también críticas veladas de algunas delegaciones por su borrador presupuestario.


Su último proyecto cifra las cuentas comunitarias para los próximos siete años en 973.000 millones de euros, 80.000 millones menos que los propuestos inicialmente por la Comisión Europea y que Van Rompuy tendrá que modificar de nuevo hasta convencer a los favorables a recortes extremos y a los que no quieren oír que esas rebajas puedan afectar a los sensibles capítulos de agricultura y cohesión.


Todos coincidieron en desdramatizar este nuevo fracaso -que algunos ya anticipaban por la mañana-, y recordaron que nunca se consiguió aprobar un presupuesto plurianual en la primera reunión de los Jefes de Estado y de Gobierno.


Uno de los protagonistas de la cumbre fue el primer ministro británico, David Cameron, que se ha puesto a la cabeza de un grupo de países para los que cualquier incremento del presupuesto es inaceptable.


"No podemos aumentar el presupuesto en la UE cuando lo estamos rebajando en casa", dijo Cameron en una conferencia de prensa al término de la cumbre, al tiempo que aseguró que él trabajará para llegar al acuerdo, "pero no para uno a cualquier precio".


"La propuesta que había sobre la mesa no era algo que estuviera dispuesto a aceptar, ni tampoco otros países", indicó Cameron, que centró especialmente sus críticas en los gastos administrativos y de personal de la UE, reiteró su petición de reducir sueldos y pensiones, y aumentar la edad de jubilación de los funcionarios.


Un beligerante Cameron, que acusó a Bruselas de "vivir en un mundo paralelo", subrayó que así defendía "a los contribuyentes europeos, no sólo a los británicos".


La canciller de Alemania, Angela Merkel, aseguró que hay "suficiente potencial" como para que los países alcancen un pacto a principios de año, pero subrayó que la negociación sobre el presupuesto necesita cerrarse al principio de 2013.


Fuentes diplomáticas indicaron que todavía no se ha fijado fecha alguna, aunque la cita se repetirá a principios del próximo año.


"Creemos que podremos superar las diferencias para tomar una decisión", dijo Merkel, al tiempo que recalcó que "todavía hay tiempo" para negociar bajo un calendario "ambicioso", porque el presupuesto tendrá que entrar en vigor el primero de enero de 2014.


Merkel declinó pronunciarse sobre si se posiciona más cerca de Cameron y del núcleo duro de los intransigentes con la necesidad de recortar (Holanda, Dinamarca, Suecia o Finlandia) o del presidente de Francia, François Hollande, que pide suavizar el impacto de los recortes, principalmente en la partida agrícola.


"Podemos imaginarnos recortes (adicionales) pero tampoco estábamos todavía muy de acuerdo con otros elementos en general", señaló Merkel, quien recalcó que aún queda por solucionar la cuestión del "rebate" o las devoluciones de las aportaciones al presupuesto ("budget rebate").


Fuentes diplomáticas comunitarias señalaron que "para que haya un acuerdo (en la próxima cita) tendrá que haber un recorte adicional a la cantidad total y uno específico en el capítulo de los gastos administrativos".


Mientras, Hollande señaló al término de la reunión que el volumen de gasto global planteado por Van Rompuy es "razonable", pero se mostró contrario a aceptar una reducción importante sobre esa cifra.


"Queremos un presupuesto consistente, que tenga posibilidad de financiar las políticas europeas", afirmó Hollande que acepta el recorte total de unos 80.000 millones de euros planteado por Van Rompuy, frente al planteamiento británico de que hay que ir a un recorte adicional de 30.000 millones de euros sobre esa cifra.


Por su parte, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, aseguró que los países avanzaron en la consecución de un acuerdo y subrayó que España salía de la cumbre con una mejor posición que con la que entró.