Organización Mundial de Comercio

Rusia se integra en el mercado mundial de la mano de la OMC

Tras casi dos décadas de arduas negociaciones el séptimo exportador mundial ha entrado en el seno de la organización internacional con más de 140 millones de consumidores a sus espaldas.

Imagen de archivo de una sesión de la Organización Mundial del Comercio
Imagen de archivo de una sesión de la Organización Mundial del Comercio
EFE

Rusia, la última gran economía al margen de la Organización Mundial de Comercio (OMC), ha ingresado este miércoles en su seno tras casi dos décadas de arduas negociaciones con más de 140 millones de consumidores a sus espaldas. 


"Esto no solo es bueno para Rusia, sino también para toda la OMC, que no podía ser considerada una organización internacional sin contar entre sus miembros con el séptimo exportador mundial", ha afirmado Gueorgui Petrov, vicepresidente de la Cámara de Comercio e Industria de Rusia.


La OMC, aprobó el pasado 16 de diciembre el protocolo de adhesión de Rusia, que comenzó a negociar su entrada en 1994, tres años después de la desintegración de la Unión Soviética.


El director general de la OMC, Pascal Lamy, ha asegurado este miércoles que el ingreso ruso contribuirá a fortalecer el sistema multilateral de comercio, mientras la Comisión Europea cree que este "es un paso decisivo para la integración del país en la economía mundial".


Rusia, cuya economía ha crecido en torno al 4% durante los últimos dos años después de contraerse en 2009, exportó el pasado año bienes por valor de 199.500 millones de euros a la Unión Europea.


El presidente ruso, Vladímir Putin, quiere que Rusia, que es el país más grande del mundo y acoge ingentes recursos energéticos y minerales, se convierta a finales de esta década en la quinta economía mundial (ahora es la novena).


El Gobierno considera que la entrada de Rusia en la OMC contribuirá a mejorar la competitividad de su economía y a reducir la dependencia de las exportaciones de hidrocarburos.


"Hasta ahora Rusia era como un hombre que tiene coche, sabe conducir, pero no tiene carné. La OMC es un instrumento y cuanto antes el Gobierno aprenda a trabajar en el marco de las nuevas reglas, mejor defenderá los intereses de su economía", ha indicado Petrov.


El ministro de Economía, Andréi Beloúsov, ha asegurado que, según el Banco Mundial, con el ingreso en la organización comercial el Producto Interior Bruto (PIB) de Rusia crecerá tres puntos porcentuales adicionales.


En cambio, según la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, Rusia no obtendrá grandes beneficios, ya que exporta muchas materias primas e importa artículos manufacturados.


En virtud de las reglas de la OMC, Rusia deberá comenzar la disminución progresiva de las tasas aduaneras a partir del 1 de septiembre.


Los aranceles se reducirán del 9,5% al 7,4% en 2013; al 6,9% en 2014, y al 6% en 2015, aunque la OMC permite subsidiar ciertos ámbitos de la economía nacional, como las infraestructuras o la innovación.


"Los Gobiernos sí pueden tomar ciertas medidas proteccionistas, como crear situaciones de preferencia para los productos nacionales en el caso de los pedidos estatales", ha señalado Petrov.


Petrov opina que "el sector metalúrgico y la industria ligera (textil y equipamiento) ganarán con el ingreso, es decir, los exportadores ganarán con la retirada de los aranceles".


"Lo que más inquieta es el sector agrícola, tanto de producción de alimentos como de maquinaria. Pero el Gobierno ha prometido grandes ayudas dentro de los límites", ha opinado.


La industria nacional del automóvil sufrirá inevitablemente el impacto del ingreso, pero los analistas auguran que las grandes compañías internacionales abrirán plantas en Rusia, lo que creará muchos puestos de trabajo


En cuanto a los consumidores rusos, se espera que bajen los precios de ciertos productos importados como la carne, el pollo, el vino o la fruta, y aumenten los de los computadores, debido al aumento del 10% de los aranceles.


En lo que no solo el Gobierno ruso, sino Occidente, alberga grandes esperanzas es en la mejora del clima inversor, ya que la fuga de capitales en los últimos dos años se ha convertido en una insoportable sangría para la economía.


En lo que no influirá ni un ápice es en el petróleo y el gas, cuyas exportaciones representan más de la mitad de los ingresos en las arcas del Estado ruso, ya que la OMC no regula el mercado de esas materias primas, al igual que ocurre con el de armamento en el que Rusia es uno de los líderes mundiales.


No todos en Rusia aplaudieron el ingreso, y la oposición comunista incluso ha recurrido ante el Tribunal Constitucional aduciendo que la economía nacional no puede competir en pie de igualdad con las corporaciones occidentales, pero este ha rechazado el recurso.


"Rusia no tenía otra alternativa. En el mundo solo hay dos modelos: la OMC o la autarquía, como la de Corea del Norte", ha replicado Petrov.