Crisis económica

España seguirá en recesión en 2013, según la OCDE

La OCDE revisó drásticamente a la baja sus previsiones económicas sobre España y cree que su economía estará en recesión tanto este año, con una caída del 1,6 %, como en 2013

La OCDE revisó drásticamente a la baja sus previsiones económicas sobre España y cree que su economía estará en recesión tanto este año, con una caída del 1,6 %, como en 2013, con un nuevo descenso del 0,8 %, en contra de los cálculos del Gobierno.


En su informe semestral de Perspectivas publicado hoy, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se mostró menos pesimista que la Comisión Europea la semana pasada sobre el cumplimiento de los objetivos de déficit del Ejecutivo español, aunque tampoco espera que se pueda bajar al 3 % del PIB el próximo año.


La organización, que no pudo incorporar a su estudio la última revisión al alza del déficit hasta el 8,9 % para 2011 hecha el pasado viernes por el Ejecutivo y tomó como base de sus proyecciones el 8,5 % previsto con anterioridad, indicó que este año disminuirá al 5,4 %, sólo una décima más de lo que espera conseguir el Gobierno de Mariano Rajoy, pero lejos del 6,4 % que teme Bruselas.


Para 2013, el conocido como el "Club de los países desarrollados" precisó que no se han especificado plenamente las medidas que tomarán las diferentes administraciones para continuar en esa vía, pero asume que el saldo negativo de las cuentas públicas podría quedarse en el 3,3 % del PIB, cifra mucho menos desfavorable que el 6,3 % vaticinado por la Comisión Europea.


La OCDE insistió en que "para reforzar la credibilidad, debería introducirse un plan de medio plazo con medidas permanentes de reducción del déficit, incluida una subida del IVA, una mayor fiscalidad medioambiental", así como dispositivos de supervisión de las cuentas de las comunidades autónomas.


En cuanto a sus proyecciones de evolución del PIB, las de este último informe suponen una corrección severa de las que presentó en noviembre pasado, que daban por descontado un crecimiento del 0,3 % en 2012 y del 1,3 % en 2013.


En este informe semestral, aunque las previsiones se mantienen próximas a las del Gobierno español para este año (cuando cuenta con un retroceso del 1,7 %), divergen sustancialmente en cuanto a las las del próximo ejercicio.


Si el Ejecutivo de Rajoy confía en una ligera recuperación del 0,2 % en 2013, la OCDE no lo ve así y pone el acento en el efecto recesivo que tendrá sobre la actividad el incremento de la tasa de paro: del 21,6 % de media en 2011 al 24,5 % este año y hasta el 25,3 % en 2013.


En la práctica, estima la pérdida del PIB en el 0,8 % el año próximo, una cifra todavía más abultada que la recesión del 0,3 % que había anunciado Bruselas.


Es más, los autores del informe advirtieron de que un mayor incremento de la prima de riesgo de la deuda pública española podría encarecer los costos de financiación del sector privado y agravar la recesión.


La principal fuente de esperanza es el saldo exterior, gracias a la expansión del comercio mundial y a los avances en competitividad de la economía española, que deberían permitir un incremento de las exportaciones del 3,7 % en 2012 y del 1,6 % en 2013, mientras las importaciones paralelamente experimentarán un bajón del 9,2 % este año antes de recuperar un 0,8 % el próximo.


Al final, el balance por cuenta corriente de España debería pasar a ser positivo por primera vez en 2013 con un superávit del 0,1 % del PIB, tras el déficit del 0,9 % este año y el 3,5 % en 2011.


La OCDE, que recordó los problemas de la banca española por sus activos inmobiliarios, que representan en torno al 30 % del PIB, señaló que el Gobierno va a realizar inyecciones en capital a las entidades financieras por el 1,5 % de la riqueza del país, y que ya ha tenido que nacionalizar parcialmente una de las mayores, Bankia.


Respecto a la reforma laboral, consideró que a corto plazo puede reducir la confianza del consumidor, pero también que a largo plazo reforzará el empleo.


También aconsejó algunos ajustes para favorecer la formación profesional, reformar los servicios de colocación y reducir más las diferencias de costos de despido entre unos y otros trabajadores, para lo cual se pronunció por aproximarse al "contrato único".