El CAI Teruel cumplió ayer tarde con la tradición y entregó la supercopa que ganó el pasado fin de semana en el partido contra el Unicaja Almería a la patrona de la capital turolense, Santa Emerenciana. El acto congregó en la Catedral de la ciudad a un nutrido grupo de seguidores del equipo naranja así como al alcalde, Manuel Blasco, y a una gran mayoría de los concejales del Ayuntamiento.

La celebración tuvo un sabor muy especial. Es la cuarta supercopa que consigue el CAI Teruel –las tres últimas de forma consecutiva–, y es también el primer triunfo de una temporada que supone una nueva página en la historia de este exitoso equipo, que estrena entrenador y que registra múltiples cambios en las filas de los jugadores. Para muchos, este trofeo es un buen augurio de cara a los partidos que se avecinan. 

"Es un título tan ilusionante..", exclamó ayer ante el público el capitán del equipo, Víctor Viciana, quien destacó que la Supercopa es el premio que certifica que el CAI Teruel sabe afrontar todas las dificultades que se le pongan por delante, incluso la coincidencia de varias bajas de jugadores por lesión, como ocurrió durante la pretemporada. En su opinión, el triunfo frente al Unicaja Almería les ha hecho "más fuertes, seguros y competitivos".

El equipo fue recibido en la Catedral por el vicario general de la Diócesis, Alfonso Belenguer, que sustituyó al obispo, Carlos Escribano, ausente por estar de viaje. Tan entusiasmado con la trayectoria del CAI Teruel como Escribano, Belenguer felicitó "de todo corazón" a los jugadores y destacó "la ilusión, el esfuerzo y el trabajo" que derrochan todos y cada uno de ellos en cada partido. El religioso aseguró que detrás del equipo hay "un ángel de la guarda" y se mostró orgulloso por la abundancia de trofeos que llegan a la capilla de Santa Emerenciana. "Creo que la Virgen del Pilar ahora recibe pocos. La patrona de Teruel es la campeona", subrayó con un toque de humor. No hay que fiarse

El entrenador, Carlos Carreño, advirtió de que el equipo no debe fiarse tras el triunfo contra los de Almería, si bien reconoció que el trofeo "hace crecer al CAI Teruel", que aún jugará mejor cuando la escuadra se encuentre al completo, pues falta por llegar el último fichaje, el venezolano Jesús Chourio.

Carreño, que en el pasado jugó varias temporadas con el Unicaja Almería y entrenó a este equipo andaluz durante varios años, se ha entregado ahora en cuerpo y alma al CAI Teruel. Ayer señaló que no le cuesta entrenar a los jugadores naranjas para que derroten a quienes antaño fueron los suyos. "La profesionalidad me obliga a luchar por el club al que ahora pertenezco y por un equipo con una impresionante trayectoria", dijo. "Solo quiero devolver a la sociedad turolense todo lo que ella nos da a nosotros", añadió el técnico.

También agradeció el cariño de los turolenses hacia la escuadra naranja el presidente del club, Carlos Ranera. "Es una gran responsabilidad llevar el nombre de Teruel, pero ahora sabemos que el trabajo y la ilusión que caracterizan a los turolenses han pasado a formar parte del ADN del equipo de voleibol", manifestó. Ranera también valoró el apoyo constante del Ayuntamiento de Teruel, al que se refirió como "el cómplice necesario" para el triunfo de los naranjas.

Los jugadores pudieron sentir el calor de sus seguidores, que aprovecharon la ocasión para fotografiarse con ellos junto al trofeo en la capilla de Santa Emerenciana. "Son impresionantes, los mejores de España", aseguraba Lourdes Cubé sin parar de hacer chocar su mano con la de los campeones naranjas. "Lo malo es que ahora hay que aprenderse los nombres de los nuevos y los números de cada uno", dijo.