REAL ZARAGOZA

Un duelo de buen ambiente

El cuerpo técnico zaragocista y los futbolistas Ángel Lafita, Fernando Meira y Maurizio Lanzaro disputaron un partidillo de 'fut-voley' que evidencia el agradale clima existente en el vestuario aragonés.

Partido de 'fut-voley' entre jugadores y cuerpo técnico
fut-voley
J. M.

Sin un compromiso liguero que tensione la cuerda, y gracias a la buena imagen ofrecida en los últimos choques, la plantilla del Real Zaragoza disfruta de lo que se puede tildar como una semana tranquila. Una dosis de normalidad que, incluso, resulta extraña en un club acostumbrado a vivir en el desenfreno de la urgencia y los agobios.


Así las cosas, la sesión de entrenamiento realizada ayer por el cuadro blanquillo, o lo que queda de él tras descartar internacionales y lesionados, discurrió en un buen ambiente de trabajo. Rutinas físicas y tácticas para preparar a la plantilla de cara a los próximos compromisos.


En este apartado, destacó un ejercicio dedicado a practicar la salida de balón. En él, Kevin se desenvolvió como lateral derecho y Aguirre dibujó un sistema 4-2-3-1 que podría poner en práctica próximamente.


Sin embargo, la nota de color llegaría al término de la sesión. Mientras Luis García y Roberto competían de manera desenfadada por ver quién era capaz de meter un gol olímpico, un ayudante de Aguirre preparaba una improvisada cancha de 'fut-voley'. Dicha combinación de deportes, habitual en los entrenamientos zaragocistas, resultaría ser la modalidad de un duelo inesperado.


Por un lado, Manuel Vidrio, Juan Iribarren y Javier Aguirre, el cuerpo técnico blanquillo al completo. Por el otro, Fernando Meira, Maurizio Lanzaro y Ángel Lafita. Un choque al mejor de tres que, finalmente, cayó del lado de los veteranos.


“Antes de empezar, os aviso que no voy a hacer ninguna declaración sobre 'fut-voley'”, bromeo entre risas el canterano antes de iniciar la tradicional rueda de prensa posterior a los entrenamientos. Una simpática anécdota que, sin embargo, ilustra a la perfección el clima de optimismo y compañerismo que rodea al vestuario.