Salir a la montaña en invierno exige más precaución y equipo

Es necesario informarse bien de las condiciones meteorológicas y portar todo lo necesario.

Hay que ser cuidadosos con la conducción hasta el lugar de inicio de la actividad
Salir a la montaña en invierno exige más precaución y equipo
PRAMES

Para poder realizar una actividad de montaña en invierno, lo primero es llegar al punto de inicio, igual que para planificar la siguiente hemos de llegar sanos a casa. Por ello, en invierno, es fundamental informarse sobre las posibilidades de acceso, de si hay carreteras cerradas o cortadas, o de la necesidad de usar cadenas. La conducción por vías invernales exige todavía más prudencia y habrá que viajar con el depósito lleno.


Informarse del tiempo que va a hacer durante la actividad es primordial, así como del estado de la nieve. Se ha de analizar la altura de la iso0, la velocidad del viento y las precipitaciones. Aunque consultemos algunos blogs que consideremos de alta fiabilidad, la visita a la página web de la Aemet es obligada, en concreto, su predicción de ‘Montaña’ y su ‘Guía de aludes’. A este respecto, si vamos a realizar la actividad por Cataluña, merece la pena acudir al Boletín de Peligro de Aludes del Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya y al del Centre de Lauegi d’Arán. Si nos dirigimos a Francia, consultaremos Meteo France y, en el caso del valle del Aragón, la información nivológica que ofrece el centro A Lurte, renovada cada martes y viernes. Los refugios de la FAM con sus ‘webcams’ también son una buena fuente de información.


Es necesario llevar suficiente ropa en la mochila, pero tampoco hay que hacer la actividad con ropa de más. Además de las botas invernales y las polainas, la chaqueta impermeable o el cortavientos, no hay que olvidar las ‘tres G’: gorro, guantes y gafas. Habrá que sumar la crema protectora. Si la actividad es de alta montaña, en el equipo necesario no pueden faltar los crampones y el piolet, así como la sonda, el ARVA y la pala, elementos para los que todavía falta una mayor concienciación, pero que resultarán vitales en el caso de que el grupo se vea afectado por un alud.


Aunque no se tengan ganas de beber, hay que hidratarse. Un termo con infusión o caldo será más apetecible con temperaturas bajas. Otros elementos a tener en cuenta serán: comida suficiente, botiquín y teléfono móvil cargado.


También será muy importante saber orientarse en la montaña invernal. En algunos casos el paisaje cambia considerablemente y también las huellas en la nieve se pueden borrar en pocos minutos, a lo que se añade la presencia de niebla o ventiscas y menos horas de luz. Por ello, nunca debe faltar un frontal en la mochila, así como un mapa, la brújula, el GPS e, incluso, un silbato.