El Gran Premio de China de fórmula uno, que se disputará mañana, domingo, en el circuito internacional de Shanghái, promete emoción con un Nico Rosberg (Mercedes) que logró su primera 'pole' de 2016 y podría firmar su tercera victoria en tres carreras este año.

Fernando Alonso (McLaren), que regresó a la competición tras su violento accidente de hace un mes en Australia, se quedó a las puertas de empezar entre los diez primeros.

De hecho, aunque se posicionó como duodécimo, dado que la segunda ronda clasificatoria (Q2) terminó abruptamente por una bandera roja que finalmente los jueces convirtieron en definitiva, lo que dejó al español sin poder completar la que iba a ser su vuelta más rápida, con la que podría entrar en la Q3, finalmente empezará undécimo.

Esto será así precisamente por el mismo motivo: la sanción de tres puestos en la parrilla de salida para el alemán Nico Hülkenberg (Force India), que entró en la Q3 por tiempos, aunque no la disputó, ya que abandonó en la Q2 cuando su rueda delantera derecha salió rodando a gran velocidad delante de su coche, al estar mal ajustada.

Es incidente, que comprometió la seguridad de la prueba, es lo que causó la bandera roja que arruinó la que iba a ser la vuelta definitiva de Alonso para tener opciones a entrar en la Q3, pero también es el motivo de que Felipe Massa (Williams) salga décimo mañana, Alonso undécimo y Jenson Button (McLaren) justo detrás.

"Hoy me sentía competitivo y estábamos, creo yo, en la lucha para entrar en la Q3 con los dos coches", dijo el asturiano, "así que ha sido una pena, pero vamos a pensar en el lado positivo: habíamos estado intentado pasar de la Q1 hace dos carreras, o el año pasado, y ahora estamos frustrados porque no estamos en la Q3".

"Estamos en la buena dirección, y estamos creciendo bastante con cada carrera, eso es lo positivo", destacó, y aseguró: "La posición (de salida) es buena, (al ahorrarse la Q3) tenemos tres tipos de neumáticos para elegir, y eso puede ser bastante importante aquí" con la degradación de Shanghái.

El bicampeón español había comentado este viernes que, en algunos casos, puede ser incluso mejor salir de una undécima o duodécima posición que entrar en la Q3 a costa de sacrificar neumáticos para la carrera, aunque en esta ocasión deberá contar con que Lewis Hamilton (Mercedes) saldrá último por una avería.

Ese será el aliciente más impredecible de la carrera de mañana, ya que el británico ha prometido dar guerra a todo el mundo, e incluso recordó cómo en 2014 llegó a ganar en Hungría saliendo, como mañana, en el último puesto.

Hamilton alardeó de que sin duda mañana puntuará como poco, confiado en su destreza al volante y en la superioridad de potencia de su Mercedes, en un circuito que cuenta con dos de las rectas más largas del campeonato, incluida la mayor, de 1,17 kilómetros, lo que le pondrá fácil adelantar a menudo.

Eso supone adelantar como poco a media parrilla, pero el británico no parece tener dudas al respecto.

Más prudente se mostró el propio Rosberg, que, aunque saliendo el primero -como hizo también en Shanghái en 2012, cuando firmó la primera "pole" y la primera victoria de su carrera en la Fórmula 1, acompañado en Mercedes pSor Michael Schumacher-, no perdió de vista que los Ferrari estuvieron a su altura en las prácticas del viernes.

Si consigue mantener su posición durante toda la carrera, Rosberg consolidaría su liderazgo del Mundial con la extensión de su marca perfecta hasta la fecha: sería su tercera victoria en tres carreras, quién sabe si un anticipo de que, de seguir así toda la temporada, éste podría ser el año de su Mundial, por delante de Hamilton.

Sin embargo, los dos Ferrari, que saldrán tercero y cuarto, y los Red Bull del australiano Daniele Ricciardo, que saldrá segundo, y el ruso Daniil Kvyat, sexto, amenazarán sin duda sus intenciones de mantener su dominio durante toda la carrera, mientras que por detrás Hamilton sin duda presionará a todos.

El Gran Premio de China se disputará este domingo, día 17, a las dos de la tarde hora local  en el circuito internacional de Shanghái, de 5.451 metros, al que se darán 56 vueltas, con un total de 305,256 kilómetros.

El circuito chino, que cuenta con un trazado muy amplio, con curvas muy cerradas y varias de las rectas más largas del campeonato, incluida la mayor, de 1,17 kilómetros, imita la forma de la palabra china "shang" ("subir", o "junto a"), primera parte del nombre de Shanghái ("Junto al Mar" en mandarín).