La Vuelta a Aragón cumple 75 años sin que nadie la resucite

Diez años después de celebrar en 2005 su XLII y última edición nadie parece estar en condiciones de resucitarla.

La Vuelta Ciclista a Aragón cumplirá 75 años este domingo, cuando en 1939 se puso en marcha con una etapa entre Zaragoza y Teruel auspiciada por el diario Amanecer, pero diez años después de celebrar en 2005 su XLII y última edición nadie parece estar en condiciones de resucitarla.


El Amanecer junto al Club Ciclista Iberia, decano de los aficionados al deporte del pedal en Aragón, fue el encargado de poner en marcha la carrera aragonesa poco después de finalizar la guerra civil española "por los escenarios", según informaban los periódicos de la época, en los que se había desarrollado el conflicto entre los dos bandos nacionales.


Los diarios madrileños Informaciones y Arriba fueron los que mediado el mes de junio dieron a conocer las intenciones del diario Amanecer. A partir de ese momento por diferentes poblaciones aragonesas, como Gallur, se les preguntaba a los ciclistas excursionistas de fin de semana sobre la próxima Vuelta a Aragón.


Una velada de boxeo, entre otros muchos actos, sirvió para recaudar parte del costo de una organización que tenía "miedo por los elevados premios nunca pagados" que había establecido. Cinco mil pesetas de la época para el ganador, el valenciano Antonio Andrés Sancho.


Un total de 34 ciclistas tomaron la salida para disputar esa primera Vuelta a Aragón entre el 5 y el 12 de octubre de 1939 con siete etapas entre las que se intercaló un día de descanso. En esa primera edición, en la segunda etapa con final en Alcañiz un ciclista local, José Lahoz, ya se anotó el primer triunfo parcial, algo que hubo que esperar hasta 1968 con la victoria de José Luis Labarta en Calatayud para que se repitiera.


Esa primera edición no tuvo continuidad. El Club Ciclista Zaragozano tomó brevemente el testigo en 1954, tras un Criterium de Ases celebrado en las Fiestas del Pilar de 1953, con victoria final de Francisco Alomar, aunque los grandes nombres ya empezaron a hacer acto de presencia y la segunda y tercera posición fueron para dos clásicos de la época, el vizcaíno Jesús Loroño y el catalán Miguel Poblet, este último fue el primer español que lució el maillot amarillo del Tour de Francia.


Anécdotas no faltaron como la detención en la segunda etapa de esta edición del madrileño Amadeo Gil por una denuncia pendiente que tenía "desde hacía años" de una multa por transporte ilegal de harina.


Las condiciones eran tan precarias en la época que la tercera etapa tuvo que ser neutralizada por el pinchazo colectivo de una treintena de ciclistas por el pésimo estado de la calzada y que obligó a montar a los ciclistas en camiones desde Tauste hasta Valpalmas.


Otro hecho destacado fue la "inscripción de un moro" en la carrera aragonesa. El tangerino Abd El Kader Mezmizi, que se convirtió en una de las atracciones mientras estuvo en carrera a pesar de ocupar las últimas posiciones.


Hasta agosto de 1965 hubo que esperar para retomar la carrera aragonesa que ya no se volvió a detener, salvo en 1972, hasta su desaparición en 2005 con el último final en la localidad zaragozana de Illueca.


Ya en 1966 se asentó en las que durante muchos años, tanto en esas ediciones de aficionados como a partir de 1970 ya para profesionales, serían sus fechas tradicionales el mes de mayo.


Tras muchos años de estar por detrás de la Vuelta a España en el calendario en 1991 pasó a ser la carrera previa a la Vuelta a España, aunque solo lo fue cuatro años porque en 1995 se convirtió en el colofón al Giro de Italia y al Tour de Francia en el mes de septiembre tras la reordenación del calendario internacional.


El traslado de la Vuelta a septiembre lejos de damnificar a la carrera del Club Ciclista Iberia la dejó en un lugar ideal de preparación para los ciclistas cuyos objetivos estaban en el Giro o en el Tour. Los innumerables problemas que tenían los organizadores para conseguir equipos se transformaron en grandes nombres en cada comienzo de carrera.


Tampoco fue ajena a la moda de contar con la canción de la Vuelta y en 1984 el grupo de "rock electro sinfónico" zaragozano Vocoder fue el ganador del concurso para la sintonía de la carrera.


Ganadores de las grandes empezaron a elegir Aragón como entrenamiento previo a sus objetivos, así por carreteras del Pirineo o turolenses se pudo ver a Lance Armstrong en sus mejores años, Roberto Heras, que todavía cuenta con el récord de triunfos en la Vuelta a España con cuatro, los italianos Gilberto Simoni, Stefano Garzelli o Marco Pantani, o el ruso Denis Menchov estuvieron afinando su forma por ellas.


Tampoco faltaron los grandes velocistas del momento para inscribir su nombre como vencedores de etapa. El alemán Erik Zabel que estableció el récord de ocho victorias de etapa en sus distintas participaciones, el italiano Alessandro Petacchi, todavía en activo sumó siete, o el campeón del Mundo cántabro Óscar Freire (2), el italiano Mario Cipollini (6) o el británico Maximilian Sciandri y el catalán Miguel Poblet que se hicieron con cinco victorias parciales cada uno pero todas ellas en una sola edición, la de 1990 y 1954 respectivamente.


En 1995, el navarro Miguel Indurain camino de su quinto triunfo consecutivo en el Tour de Francia se anotó en Barbastro la victoria en el segundo sector contrarreloj de la cuarta etapa en Barbastro en una edición que ganó el aragonés Fernando Escartín, el único que junto a Carlos Hernández en 1982 se impuso en la prueba de su tierra.


El récord de triunfos en la general lo ostenta el italiano Leonardo Piepoli con tres, los mismos que certificó el catalán José Recio aunque fue desposeído de uno de ellos por dopaje y su victoria fue para el alavés Francisco Javier Mauleón, aunque solo en el palmarés ya que ni siquiera recibió el maillot o la Copa de vencedor final.


En el palmarés de la Vuelta a Aragón figuran ciclistas que también vencieron en una grande como Agustín Tamames (1975), el primero que lo hizo, Perico Delgado (1983), Lucho Herrera (1992), Melcior Mauri (1996) y Stefano Garzelli (2004).