A la conquista de los 14 ochomiles

La batalla final

Carlos Pauner narra los últimos preparativos para el asalto al Everest. El día 22 de mayo es el elegido para intentar hacer cima en la montaña más alta de la tierra.

El tiempo ha pasado y todo está llegando a su fin. Hemos hecho nuestro trabajo, con algún contratiempo que otro, pero la suerte ya está echada. Hemos estudiado los partes meteorológicos con atención y hemos decidido la fecha de la batalla final. El día 22 de mayo. Con suerte, ese día de madrugada encararemos las pendientes de la pirámide final del Everest, del techo del mundo. Nuestra respiración será agónica, el paso lento y el frío intenso. El objetivo parecerá inalcanzable, aunque no cejaremos en nuestra determinación de llegar a lo más alto. Paso a paso lucharemos por ganar está singular batalla y si todo va bien y nuestros organismos aguantan sin reventar, alcanzaremos la cima del mundo.


Nuestro trabajo comenzará mucho antes. Mañana (domingo) ya, saldremos de madrugada hacia el campo 2. De nuevo las grietas y las escaleras nos esperarán con sus trampas ocultas. El día 20 escalaremos ese muro helado del Lhotse par llegar a nuestro emplazamiento en el campo 3.


A partir de ahí, al día siguiente el 21 ya entraremos en la llamada zona de la muerte. Ahí nos esperan las franjas amarillas, muro rocoso de bastante inclinación y el largo camino hasta el collado sur a 8.000 m de altura donde estableceremos nuestro último campo, el 4. Ahí, donde la vida se escapa a bocanadas, pasaremos la noche y el día 22 hacia las 2 de la mañana, comenzaremos nuestro ascenso hasta el cielo.


Estamos decididos, pero nerviosos. Son muchos elementos a tener en cuenta y la prueba será durísima. Se que bajaremos vacíos, tanto de cuerpo como de alma. Se que vamos a tener que entregarlo todo y luchar por recuperarlo más tarde. Se que no dejaremos nada en nuestro interior y que estaremos a la altura que se nos exige. Llevamos en nuestro interior todos vuestras palabras de ánimo, todos nuestros recuerdos, toda nuestra experiencia y eso nos hará poderosos.


Dentro de unos días todo habrá acabado y sólo espero que todos estemos aquí abajo con salud, que los daños sean de poca imnportancia y que, por último, que nuestros sueños se hayan cumplido y podamos compartirlos con todos vosotros a la vuelta.


Fuerza compañeros. Suerte hermanos.