Escándalo del dopaje

La caída de Armstrong maltrata al ciclismo

La presunta vinculación del ex corredor con el dopaje pone de nuevo contra las cuerdas a su deporte.

El ciclista estadounidense Lance Armstrong
Armstrong: "Nadie necesita llorar por mí, voy a estar fenomenal"
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Mientras el demoledor informe de la USADA corría como la pólvora por la red, Lance Armstrong descansaba indiferente junto a su familia. O al menos eso aseguraba, porque el dosier de mil páginas no sólo confirma su caída, sino que destripa los peores años del ciclismo y pone todo en cuestión.


La USADA (Agencia Estadounidense Antidoping) desnuda en más de mil páginas de informes y apéndices documentales las prácticas dopantes que acompañaron clandestinamente al pelotón durante la "Era de la EPO y el dopaje sanguíneo", según palabras de su jefe, Travis Tygart, el azote de Armstrong.


Durante los últimos dos años, el equipo de Tygart, que suspendió a Armstrong de por vida y pide la retirada de sus siete Tour de Francia, reunió principalmente testimonios de ex compañeros y ex colaboradores del texano que lo acusan de haber creado una estructura mafiosa para el dopaje sistemático.


La USADA centra su ataque sobre el US Postal de Armstrong, pero pone a la luz también numerosos documentos periciales de otras grandes redadas antidoping de la última década, como la Operación Puerto en España.


El informe es un golpe frontal también a la Unión Ciclista Internacional (UCI), a la que algunos testimonios acusan de connivencia con el estadounidense.


La USADA propuso a la UCI la creación de una "comisión de la verdad y la reconciliación" para expiar los pecados del pasado, un foro donde los ciclistas puedan "reconocer la verdad". 


Sin embargo, el presidente de la UCI, Pat McQuaid, rechazó recientemente la idea. Y al español Oscar Pereiro, ganador del Tour justo un año después del último de Armstrong, tampoco le gustó. "Yo nunca voy a participar en nada de eso", dijo a dpa el ex ciclista.


No parece que Armstrong esté tampoco dispuesto. "¿Qué voy a hacer esta noche? Estar con la familia. No me afecta", escribió en su Twitter poco después de la publicación del informe.


No obstante, su mito parece derrumbado. "Ya nadie cree tus mentiras de la caza de brujas, Lance", escribió hoy el "Los Angeles Times", mientras el Comité Olímpico Internacional (COI) analiza la posibilidad de quitarle la medalla de bronce ganada en Sidney 2000 pese a que se superó el período máximo de ocho años para hacerlo.


El dosier no sólo aporta pruebas del uso y posesión de EPO, transfusiones de sangre, testosterona, hormanas de crecimiento, así que sustancias enmascaradoras, sino también del tráfico con otros ciclistas.


Armstrong "exigió que sus colegas de equipo utilizaran productos dopantes para apoyar sus objetivos", escribe la USADA, que acusa al corredor de haber creado un "pequeño ejército de ayudantes y médicos de dopaje y traficantes".


Cuentas bancarias muestran pagos del norteamericano de más de un millón de dólares al médico italiano Michele Ferrari, "organizador del programa dopante".


Once de los 26 testigos de cargo son antiguos compañeros. Cuatro aún en activo -Levi Leipheimer, Christian Vande Velde, Tom Danielson y David Zabriskie- serán suspendidos por seis meses, al igual que Michael Barry y George Hincapie, que se retiraron recientemente.


Tyler Hamilton, que fue su ayudante durante años y publicó recientemente un libro, aseguró que Armstrong le dijo a él y Landis que en el Tour de Suiza de 2001 dio positivo por EPO, pero que su gente estaba en contacto con la UCI y "todo iba a estar bien".


Zabriskie confesó por su parte que el director del equipo, Johan Bruyneel, "parecía saber siempre cuándo iban a venir los controladores". "Eso nos daba tiempo de sobra para diluir nuestro hematocrito", añadió.


El alemán Jörg Jaksche aseguró que la UCI no mostró "ningún interés" en 2007 por su historia sobre el dopaje. El organismo dirigido por McQuaid, que defendió durante años la inocencia de Armstrong, está ahora en una difícil situación. El ciclismo, nuevamente ante una encrucijada para su credibilidad.