Alpinismo

Pauner: "Me podía haber callado mis dudas sobre la cima"

Al montañero jacetano únicamente le resta por ascender el pico más alto de la Tierra, el Everest.

Pauner en su llegada a la rueda de prensa.
Pauner en su llegada a la rueda de prensa.
JOSÉ MIGUEL MARCO

El montañero aragonés Carlos Pauner que formaba expedición junto a Juanito Oiarzabal, Juanjo Garra y el argentino Ariel Perinetti, ha reconocido que ante las dudas que tuvo sobre la posibilidad de no haber hollado la cima del Shisha Pangma (8.027 metros) se podía haber callado "pero no hubiese sido honesto".


"No sería honesto engañarse porque nadie me obliga a ir allí y el alpinista es el primero que no se puede engañar. A mí no me produce satisfacción llegar casi, la satisfacción es llegar", ha manifestado hoy en una rueda de prensa en Zaragoza.


No obstante, Pauner ha disipado todas las dudas que podía tener sobre la cumbre en el más bajo de los catorce ochomiles, al que llegaron de noche y "con la única luz de los frontales", después de haber confirmado con el montañero Alex Txikón, que estaba en el campo base y holló en su día esta cima, que alcanzó su decimotercer ochomil.


Al montañero jacetano únicamente le resta por ascender el pico más alto de la Tierra, el Everest (8.848 metros) al que irá por tercera vez en la primavera de 2013 para intentar cerrar con "broche de oro" el proyecto 'Hacia las cimas del mundo'.


Ha recordado que en los dos últimos años ha encadenado las cimas del Annapurna (8.091), Manaslu (8.163) y Lhotse (8.516). "En los últimos tiempos no me puedo quejar de cómo me han ido las cosas y ahora estoy en puertas de acabar con el Everest, una cima que podía haber salido en 2000 y 2005 pero no fue así", ha comentado.


La expedición al Shisha Pangma la ha calificado entre "las tres o cuatro más duras de las veinticinco" que ha realizado en su trayectoria como alpinista de altura por las adversas condiciones meteorológicas que han padecido con "mucho frío" y por el escaso margen que les otorgaba el permiso de mes y medio que tenían para conseguirlo.


También ha destacado que el hacer cima a una hora poco habitual en montañas por encima de los ocho mil metros fue por "una decisión personal" y las buenas y fidedignas predicciones meteorológicas que disponía a través de AEMET en Aragón que "modelizaban la zona con un sistema de tres dimensiones"