Toni Abadía: "Estar en la final de 5.000 metros sería el sueño de mi vida"

El atleta zaragozano compite en la primera ronda de los 5.000 metros. Sus primeros Juegos Olímpicos son el gran reto de su carrera y llega en plenitud.

Toni Abadía posa con su camiseta de la selección española de atletismo.
Toni Abadía posa con su camiseta de la selección española de atletismo.
Aránzazu Navarro

Debuta hoy en la primera ronda de los 5.000 metros. ¿Cómo ha sobrellevado la espera hasta sus primeros Juegos?


(Se ríe). Es cierto que lo bueno se hace esperar. Sinceramente, muy bien, entrenando en Zaragoza, sin ningún tipo de cambio con respecto a otro momento de la temporada. Lo más duro ha sido trabajar solo, porque muchos de mis compañeros ya habían terminado la temporada y solo he podido contar con unos pocos que han sacrificado sus vacaciones para echarme una mano.


Eligió Zaragoza para ultimar su preparación. ¿Le afectará el contraste de temperaturas con las que se esperan en Río de Janeiro?


Allí (por Zaragoza) las condiciones han sido duras, en cambio aquí (por Río) el tiempo está siendo parecido al del norte, con temperaturas más suaves. Yo prefería entrenar con calor, creo que es lo que me va a endurecer todavía más. Mis rivales, por su parte, decidieron irse a lugares elevados, como Font Romeu (Adel Mechaal) y Sierra Nevada (Ilias Fifa).


¿En qué aspectos ha centrado su puesta a punto?


En repasar las últimas instrucciones con mi entrenador (José Luis Mareca), hablamos de todo lo que sería la planificación previa a la competición, aunque con pocas alteraciones. Lo principal era evitar una adaptación demasiado prolongada, porque no quería que el cuerpo se relajase. Evitar cualquier tipo de lesión y sí asimilar el sufrimiento que nos encontraremos en la carrera. Además, quería aprovechar todo el tiempo posible con Pepe (Mareca), porque no ha podido venir a Río, y es nuestro merecido premio conjunto.


¿Es complicado mantener la concentración sabiendo que entrena para nada menos que unos Juegos Olímpicos?


A lo mejor no eres consciente de que lo estás haciendo es diferente a otro tipo de entrenamiento que te costaría menos en cuanto a mentalidad y concentración, pero nunca ha olvidado que lo único que quiero es seguir aplicándome al máximo para abordar el desafío del día 17 de agosto.


Está estirando la temporada hasta límites extraordinarios. ¿Le ha respondido el cuerpo?


He extremado todo tipo de precauciones, porque ha tenido alguna molestia física, como en el sóleo derecho. Conseguirlo es difícil porque el deporte de alto rendimiento no perdona nada, de eso soy plenamente consciente. En estas semanas pasadas, he utilizado zapatillas rápidas, no de clavos de competición. Eso hace más duro el entrenamiento y a la vez evita forzar demasiado la maquinaria.


¿Cómo se siente físicamente?


En principio, me estoy notando bastante mejor. He preparado los Juegos como si se fuese a plantear una carrera táctica y se decidiese en los metros finales. Creo que tengo volumen de kilómetros suficiente como para soportar un 5.000 con cualquier tipo de táctica. En ese sentido, intentaré, sea cual sea la semifinal que nos toque, estar totalmente competitivo y poder pasar a la final.


¿Ve abordable estar entre los 15 mejores de la distancia? ¿Es factible pasar a la final?


Es muy difícil, pero he trabajado para poder rematar el último kilómetro a un ritmo alto, no de africano de primer nivel, pero sí suficiente para poder pelear con el resto de atletas con opciones de meterse en la final.


No salió todo lo contento que esperaba del pasado Campeonato de España, a pesar de que se quedó a muy poco del oro (lo ganó Ilias Fifa).


Evidentemente, no voy a decir que para mí es un fracaso ser subcampeón de España cuando quien se llevó el título fue el campeón de Europa de la distancia (Fifa). Estuve bien colocado durante toda la carrera, desde el inicio, pero a falta de dos vueltas, cuando debía llevar un nivel máximo de concentración, dejé que me ganasen la posición. No estuve todo lo atento que debería, me quedé encerrado. Ahora he de hacer una lectura retrospectiva para que no se repita ese error.


¿Qué lección ha extraído, entonces?


Que cuando el nivel es alto, intentar estar en el tramo final lo más adelantado posible y estar a rebufo de los grandes atletas es vital. Marqué demasiado a (Adel) Mechaal, pensé que era él el atleta a batir, pero creo que es a Ilias (Fifa) a quien hay que presionar, porque superarle por el interior es muy difícil. Cuando la diferencia entre un atleta y otro es cuestión de centésimas, el posicionamiento es determinante para ganar. Con todo, estoy contento, pero reflexivo. En otro tipo de carrera, el final habría sido diferente.


Esas 22 centésimas que le separaron del oro en Gijón, ¿pueden ser cruciales en Río?


Serán muy valiosas, y creo que se pueden limar en aspectos como el que he comentado de la colocación. En Gijón me medía con el campeón y subcampeón de Europa, pero en Río será más importante aún, puesto que hay otros continentes que concurren y África es el gran dominador de la disciplina. Con esta táctica creo que podemos asaltar a los demás, es posible, pero hay que aprender de lo que pasó allí (en el Nacional).


¿Cuál es su techo en su debut olímpico?


Los cinco primeros de cada semifinal pasan directos a la final. ¿Por qué no conseguir ese acceso directo? Sería el sueño de mi vida. Debutar en unos Juegos metiéndome en la final sería un sueño.


Ha ganado casi todo lo que ha competido este año, es una perla del fondo español, y sus marcas le avalan. ¿Se permite soñar?


No hay que renunciar a nada. Por la marca, por cómo he entrenado, por cómo llego, por muchas cosas creo que no hay que ser derrotistas, ni pensar que estoy en Río para verlas venir. Considero que hay que salir a por todas, es la única manera de clasificarme para la final.


Se percibe mucha ilusión en sus palabras.


Ahora mismo tengo una visión muy distorsionada y muy utópica, pero sí que es verdad que hemos planificado muy bien. Llego en buen estado de forma, las piernas responden, las ganas siguen. El año pasado a estas alturas ya había terminado y quería descansar, pero este me he dicho a mí mismo: "¿Seguir hasta el 17 de agosto? Pues hasta el 17". Y si hubiese sido necesario hasta septiembre, igual. La ocasión lo merece.


¿Se ha sentido muy arropado desde que supo que iba a ser olímpico, el pasado mes de mayo en Hengelo?


Mucho. No solo por el público aragonés, que por redes sociales me anima increíblemente, sino también entrenando. La gente me reconoce y me grita con una fuerza enorme que hasta me asusta. Me transmiten toda la fuerza, que es muy necesaria. Soy consciente de que mucha gente va a vivir la carrera como si estuviera conmigo, y de ahí viene la ilusión. Por encima de los Juegos Olímpicos están todos aquellos que me apoyan.

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