NIEVE

Los primeros de la montaña

El Candanchú Esquí Club tiene una división para discapacitados pionera en España. Todo un ejemplo de superación.

Los ocho deportistas que el pasado fin de semana entrenaron en Candanchú. De rodillas, ante ellos, Cándido Sáez, su entrenador.
Los primeros de la montaña
c.s.

Son solo una sección dentro de un gran club de esquí, pero trabajan duro, tanto en alpino o nórdico como en raquetas, y han competido en torneos nacionales y en Canadá, Japón o Polonia. Algunos de sus integrantes han sido reconocidos en distintas Galas del Deporte aragonés, como la que se celebra en Huesca el próximo 1 de febrero. Candanchú los mima, y les da todas las facilidades. Según su propio entrenador, son un ejemplo de que las cosas se pueden hacer. Y de que pueden hacerse bien. Y en cada evento al que acuden son los más aplaudidos.

 

Y ¿quiénes están detrás de semejante currículum? Pues la sección de discapacitados intelectuales del Candanchú Esquí Club, el único equipo de esquí español con una división para personas de estas características. Pero es solo una forma de llamar las cosas, porque, como afirma su entrenador, Cándido Sáez, "de discapacidad, nada. Tienen todos muchas capacidades". Y sabe de lo que habla. Porque Cándido es entrenador nacional para personas con discapacidad intelectual.

 

El destino así lo quiso. Hace más de 25 años, este monitor de esquí tuvo un alumno especial. Era difícil enseñarle, pero, un día después de su primera toma de contacto, los padres volvieron con él, diciéndole que el chico estaba muy contento. Así que empezó a ayudarle y, al mismo tiempo, a formarse para ello. "Fue un reto, pero ahora es una satisfacción diaria", cuenta. Desde entonces, se centró en personas discapacitadas y, hace diez años, se creó la sección específica en el club, por la que ya han pasado 26 personas. Ahora mismo, entrenan Luis Juan, Fernando, Jesús, Miguel, Antonio, Borja, Cristina, Sofía y Maider, unos grandes deportistas que, según Cándido, ponen "más del 100% de interés". Solo les pone una pega: a veces, son un poco distraídos. "Pero es una terapia estupenda para ellos porque aprenden, están en la nieve, se tienen que esforzar... Vamos, como cualquiera", explica su entrenador.

 

De hecho, en la estación de esquí están perfectamente integrados. Y sus familias, tan contentas. "Le hacen más caso a Cándido que a nosotros -cuenta Maribel Pérez, madre de Fernando-. Nunca podremos agradecerle todo lo que ha hecho. Mi hijo esquía todos los fines de semana y de maravilla". Normal que se les dé tan bien cuando, además de la competición, hacen sus cursillos de Special Olympics. Y no solo eso porque, en verano, algunos de sus integrantes también le dan a la bici, la escalada o la montaña, con alguna expedición que incluso ha viajado a Marruecos o el Kilimanjaro. Vamos, que no se privan de nada.

 

La próxima aventura podría ser competir en la Paraolimpiada Pirineos-Zaragoza, porque Cándido tiene un sueño, como Obama, y quiero ponerlo en marcha pronto. "Me gustaría crear un equipo hispanofrancés. De hecho, ya hemos realizado algunos intercambios con chicos discapacitados franceses durante el pasado otoño", informa. En fin, que Cándido no para y así, normal que ya haya recibido alguna condecoración. Pero él no quiere trofeos. "Mi premio es este trabajo", asegura.