BALONMANO

Gummersbach, el reto

Balonmano El CAI Aragón disputa esta tarde (17.30, Aragón Televisión) el encuentro de vuelta de las semifinales de la Copa EHF ante el potente conjunto alemán

Semifinal del año pasado ante el Nordhorn: Ivan Stankovic dispara sobre Peter Gentzel.
Gummersbach, el reto
ESTHER CASAS

Todo un año pensando en ese partido, en la Copa EHF, y todo se torció justo antes de ese maldito partido. Primero se rompió Zaky. Luego, Prendes. Arrhenius y Doder tampoco podían. Ya van cuatro de los importantes. Después, Stankovic tampoco tuvo su día. Ya van cinco.

 

A balonmano, salvo que los árbitros digan lo contrario, que a veces lo dicen, juegan siete. El partido, el maldito partido, la eliminatoria de la EHF, la ilusión de todo un año, se perdió en Gummersbach (39-25) el pasado sábado. Hoy se disputa la vuelta en Zaragoza (17.30, Aragón Televisión), en un encuentro con un enunciado superlativo y una trascendencia real subordinada al resultado de ida. Todos querríamos traicionar a la lógica para llegar a la final. Todos, lamentablemente, menos ese fantástico equipo que encarna el Gummersbach.

 

Argumentando a posteriori, quizás se arriesgó demasiado confiando toda la temporada a una carta, con un entrenador que sabe que se va, con unos resultados que proclaman sin duda posible que este ciclo está periclitado. Quizas estaríamos todos con otra cara si el CAI Aragón hubiera comparecido en Gummersbach con sus mejores jugadores en óptimo estado.

 

Probablemente, con un estado solo aceptable hubiera habido partido y eliminatoria hoy en Zaragoza. Pero las cosas son como son y pasan porque pasan, no porque se cuenten, precisamente. Hoy, Zaky continúa lesionado, Prendes se volvió a romper ante el Pilotes Posada el pasado martes (estaba lesionado en Alemania, y luego resultó que no, y luego que sí), Robert Arrhenius apenas puede pisar el suelo con su pie derecho, y Doder se duele de la espalda.

 

Sifre se ha unido a la lista de bajas. El resto parece apto para jugar, para luchar. Se espera que también para competir, como se hizo el pasado martes ante el Pilotes en el decisivo triunfo en la pugna por la séptima plaza de la Liga Asobal. Solo un apunte: hoy enfrente estará el Gummersbach, no el Pilotes. Simple y llanamente, no hay comparación posible. Intentar extraer conclusiones de los sesenta minutos ante el Pilotes y extrapolarlos a la cita de esta tarde es absurdo.

 

Con todo respeto para los vigueses y su gran técnico, Quique Domínguez, ese es otro balonmano. Al balonmano que debe aspirar el CAI Aragón, si quiere ser verdaderamente grande, es a este balonmano, al que nos ofrece el Gummersbach. Lo contrario significará una peligrosa regresión. De nada valdrá todo lo caminado en estos cuatro años si se cae en el conformismo.

 

El reto de esta tarde reside precisamente en la envergadura del rival. Kosovac lo subrayaba ayer: "Aquí no viene cada día un equipo histórico con multitud de títulos europeos, como es el Gummersbach. Este partido es todo un espectáculo para cualquiera que le guste el deporte". Desde luego, ver cómo arma el brazo Ilic, cómo distribuye Krantz o cómo zurra Gunnarsson merece la pena.

Centrifugado de imagen

En el seno de la plantilla, ante todo se enfatiza la necesidad de lavar la imagen ofrecida en la ida. "Vamos a intentar hacer un buen partido. Mientras tengamos opciones, no tiraremos la toalla", comentaba el capitán del equipo, Amadeo Sorli, al concluir el entrenamiento de ayer. "Necesitamos a la afición. Si logramos hacer algo importante, será gracias a ella. Por lo que hacemos un llamamiento" recalcaba el jugador aragonés.

 

Desde el CAI Aragón se han articulado varias iniciativas para intentar atraer el interés del aficionado. Así, se ha establecido un precio único de tres euros para todas las localidades (los niños hasta 14 años entran gratis, recogiendo su invitación en taquilla). Los abonados podrán retirar una invitación para un acompañante presentando su carné. Conviene acudir. No todos los días pasa el Gummersbach junto al Ebro.