Rubi y el sueño de una noche de verano

El técnico del Huesca apostó desde su llegada por mejorar el resultado del pasado curso. Ya en Benasque dejó claras sus intenciones.

Rubi –en la imagen, durante el 'stage' de Benasque– apostó pronto por un Huesca en la zona alta.
Rubi –en la imagen, durante el 'stage' de Benasque– apostó pronto por un Huesca en la zona alta.
R. Gobantes

Desde su llegada a la Sociedad Deportiva Huesca, el discurso que ha manejado el técnico Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’ ha redundado en el optimismo y en la fe. El preparador catalán, lejos de poner como excusa la dificultad que a priori suponía repetir una temporada tan exitosa como la firmada por su antecesor en el cargo, Juan Antonio Anquela, habló desde el primer momento del intento por mejorar lo acontecido en el curso 2016/2017. El Huesca había jugado el ‘play off’ de ascenso, pero Rubi consideró que el techo de los azulgranas podía situarse más alto. Durante la concentración de Benasque, en plena pretemporada, el entrenador barcelonés dio ya muestras evidentes de su inconformismo. Desde entonces, aquel sueño de una noche de verano ha ido cristalizando en una vigorosa realidad tintada de azul y grana. Siete jornadas en el liderato justifican los pensamientos de Rubi. Al menos de momento está demostrando que no hay deseos irrealizables para el Huesca.

El 28 de junio fue la fecha en la que oficialmente arrancó la etapa de Rubi al frente del combinado altoaragonés. Se sentó en la sala de prensa para ofrecer sus primeras impresiones una vez que días antes se hubiera concretado su fichaje. Allí, en el estadio de El Alcoraz, las pinceladas iniciales sobre su filosofía y sus ilusiones quedaron expuestas con rotundidad. "Como mínimo buscamos el nivel del año pasado. E incluso mejorarlo, que es nuestro objetivo", espetó Rubi. Esas valientes declaraciones solo fueron el preámbulo para un período estival en el que, poco a poco, a medida que aumentó el conocimiento sobre el material que estaba a su disposición, el entrenador del Huesca asentó sus pretensiones.

La concentración estival de Benasque refrendó las consideraciones del técnico. Porque fue en la localidad ribagorzana donde realmente se originó todo. Pese a que no le había dado tiempo a conocer de primera mano las posibilidades de los dos delanteros argentinos fichados entonces (Rescaldani y Chimy Ávila), Rubi volvió a dar señales inequívocas de su carácter ganador. "Las primeras sensaciones son inmejorables", resaltó el entrenador durante una comparecencia en el hotel de concentración. Su lenguaje no verbal acrecentaba las positivas impresiones.

Poco después, antes de debutar en Soria, Rubi insistía en ese valiente mensaje: "Hacer un ‘play off’ no es lo habitual pero eso no quita que seamos súper ambiciosos. Nuestra mentalidad es hacerlo lo mejor posible y para mí eso estar arriba. Tenemos la ilusión por repetir", manifestó el de Vilassar de Mar. Y aún dijo más. "Este Huesca va a ser muy competitivo", señaló con seguridad.

Pese a que la puesta en escena alternó luces y sombras, rápidamente el equipo altoaragonés fue asentándose en la zona alta de la tabla. Ello hizo que la pasión fuera ganando terreno entre la afición, que vivió un momento álgido el 6 de noviembre en el derbi ante el Real Zaragoza (3-1). Esa misma semana, el sábado, el Huesca asaltaba el Mini_Estadi y se establecía por primera vez en su historia como líder de Segunda División. "Esta euforia no se tiene que frenar en el entorno, en la afición, en la ciudad. Los que tenemos que ser más cautos y no perder la humildad somos nosotros, el vestuario", explicó Rubi desde la Ciudad Condal.

En definitiva, los resultados habían dado la razón al entrenador catalán, quien no alteró el discurso pese a vivir en las alturas. "El liderato es una motivación más a nuestro día a día. No es una presión. Somos el equipo que menos presión tiene", aseveró Rubi antes de recibir al Tenerife, frente al que concretaron su primera defensa en el ático clasificatorio.

"Nuestro secreto es la disciplina en el trabajo y creer en lo que se hace", explicó el técnico en una entrevista para HERALDO el 22 de noviembre. Esa fe inquebrantable la ha contagiado Rubi a un vestuario ya de por sí hambriento de éxitos. Al final el resultado del producto es un equipo oscense sin vértigo. "Estar arriba es bonito. Ser líder por cuarta semana es maravilloso", opinó tras ganar al Córdoba (3-1). Todavía quedaba el remate al 2017: 1-1 en Alcorcón, 3-0 al Lugo y 1-2 ante el Nàstic para un global de 39 puntos y una Navidad en el liderato. Y como campeón de invierno. "Esto ha de quedar en el recuerdo de todos en el club. Es algo fabuloso", dijo Rubi, orgulloso, en Tarragona.

A mitad del camino, el Huesca y su técnico se han instalado en la autocomplacencia. Pero quieren más. El reto ahora está servido: que el cuento tenga el mejor final.

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