‘Estar en la nube’ se traduce en el idioma castellano como gozar de un intenso estado de felicidad. No debe confundirse con ‘estar en las nubes’. Pese a que solo sean un par de letras más, simplemente cambiar del singular al plural, la interpretación es distinta. Tampoco opuesta, porque si el significado de la segunda frase hecha es el de ‘estar muy despistado’, muchas veces este desconcierto puede radicar en la propia alegría, cuando es incontrolada. Este recordatorio gramatical aparece aquí para hablar del presente de la Sociedad Deportiva Huesca, líder de la Segunda División durante las últimas seis jornadas. Pues bien, el equipo oscense cumple con exactitud la primera de las acepciones, en su caso una nube azulgrana sobre el cielo clasificatorio que ha conformado el actual escenario de bienestar y confianza en todos los estratos del club. Sin embargo, disfrutar de una circunstancia histórica no ha alterado las constantes vitales del vestuario. En la nube sí; en las nubes no. Porque el corazón de la casa azulgrana late prácticamente con las mismas pulsaciones que meses atrás. El final del cuento sigue demasiado lejos como para dar por seguras hipótesis todavía por demostrar, y si bien es innegable que la emoción tanto de la plantilla como del entorno se ha disparado, los futbolistas y técnicos no han planeado una nueva hoja de ruta.

Cuantificar emociones es una tarea complicadísima. Sobre todo en relación al manejo de números. Estos no engañan. Por eso el Huesca no esquiva las reglas matemáticas. Sus 36 puntos en 19 jornadas dicen que, de continuar con su proyección, terminaría el campeonato liguero con 79,6 puntos. Repasando las clasificaciones finales desde que la Segunda División se culmina con ‘play off’ de ascenso (temporada 2010/2011), esa cifra a la conclusión de las 42 jornadas situaría a los altoaragoneses en Primera en cinco de los siete casos dados hasta la fecha.

Por ahora el Huesca se centra en librar su última batalla antes de marcharse unos días de vacaciones. Ya saben los azulgranas que por primera vez en su trayectoria vital las disfrutarán en puestos de ascenso directo. Serán primeros o serán segundos. Huesca o Cádiz. Cádiz o Huesca. De momento no hay más aspirantes en la categoría de plata.

Los altoaragoneses acudirán el sábado a Tarragona (16.00) con el conocimiento previo del resultado de los andaluces, que mañana visitan Tenerife. Todo lo que no sea una victoria del Cádiz asegurará el liderato del Huesca en Navidad. Si los amarillos ganan, los azulgranas tendrán que hacer lo mismo en el Nou Estadi para ser el mejor de Segunda en el parón invernal.

De este modo, la evolución que ha llevado el Huesca en un año es notable. Con Anquela, el pasado curso, se plantó en Navidad con 27 puntos en 19 partidos. Era sexto, por lo que el descanso liguero lo albergó dentro del ‘play off’ de ascenso. Con Rubi el Huesca se ha superado. 36 puntos en 19 jornadas tienen la culpa de ello.

En la temporada anterior, el Levante llegó líder a las vacaciones con 40 puntos, siendo segundo el Girona con 33. Ambos equipos supieron guardar el sitio hasta el final para tomar el camino directo hacia Primera División. El Huesca "seguirá luchando por nuestro sueño", reiteró Ferreiro el domingo tras batir al Lugo. Conservar su puesto en la atalaya clasificatoria no es misión baladí, aunque de momento los registros salvaguarden sus opciones. Ser el segundo mejor ataque (29 goles) y la segunda mejor defensa (13) son sus grandes avales.