No se ha cumplido ni un año desde que abandonara la disciplina del Huesca, pero la idea de que Fran Mérida volviera a vestir la camiseta azulgrana ha sido un deseo latente en el club oscense desde antes casi que cruzara la puerta de El Alcoraz. Con el Osasuna, –equipo por el que fichó Mérida en julio del pasado curso–, de nuevo en Segunda División, y tras haber contado con una participación menor de la que se esperaba en su retorno a la máxima categoría, la ocasión parece propicia para la vuelta del que fuera el dorsal número 8 del Huesca en el año de su ascenso a Segunda.

Pero aunque la voluntad del jugador siempre ha sido total por regresar a Huesca, el traspaso se presenta difícil, y en el club azulgrana desmienten que existan negociaciones en firme que puedan tener un desenlace inmediato. Aunque la posibilidad sí se ha llegado a plantear en las numerosas visitas del jugador a la ciudad durante este año, la última de ellas en la disputa del primer encuentro del ‘play off’ contra el Getafe, el mes pasado.

En esa ocasión, a la salida del estadio, pudo comprobar el futbolista el gran cariño que guarda la afición oscense hacia su figura, y que como ha asegurado en múltiples ocasiones, es algo mutuo. Así lo aseguró en la emotiva rueda de prensa con al que se despidió de Huesca, y en la que se dejó la puerta abierta a una posible vuelta tanto por parte de Mérida como en las palabras del presidente de la entidad, Agustín Lasaosa.

Mérida fichó por el Huesca cuando se encontraba sin equipo y el conjunto militaba en Segunda B a las órdenes de Tevenet. El jugador encontró en el conjunto azulgrana el mejor trampolín para regresar a la elite, después de años complicados pese a un prometedor y precoz inicio de carrera, cuando firmó un contrato con el Arsenal con 16 años recién cumplidos y con presencia en las categorías inferiores de la selección española.

Su vuelta a Primera División fue posible después de que el Osasuna pagara al Huesca 400.000 euros, reservándose además cierto porcentaje sobre operaciones futuras. El contrato se extendió por cuatro temporadas, por lo que Mérida estaría ligado al club de Pamplona hasta el 2020, aunque su participación en este curso se ha limitado a poco más de 800 minutos y un solo gol, anotado en la primera jornada.

En base a esto y pese a la extensa vinculación que le une todavía a la entidad navarra, su nombre sonó al final de curso para una posible venta al Crotone, de la serie A italiana. Su fichaje también es apetecible para otros conjuntos de la Segunda española, que ya se interesaron por hacerse con sus servicios en el mercado invernal. En ese sentido, el Huesca tiene terreno avanzado, al contar con la predisposición del jugador, pesa a que ese deseo se muestra lejano en este inicio de mercado, aunque la idea de su vuelta ha esperanzado a los aficionados azulgranas, como mostraron ayer en las redes sociales.

Pendientes de las rescisiones

Con todas las negociaciones en marcha, el Huesca espera poder avanzar en los próximos días en las salidas, que parecen estar más avanzadas. La rescisión de contrato de Borja Lázaro y la de Samu Sáiz son las más inmediatas, al contar ya con un acuerdo avanzado en lo que respecta a su destino. En el caso del delantero madrileño, la operación está prácticamente cerrada con el Alcorcón y en el del mediapunta la marcha al Leeds United se da por hecha desde hace varias semanas, garantizando que será la mayor venta de la historia del Huesca.

Con sus salidas, la ofensiva oscense se convertirá en el principal punto a reforzar y en el que más trabaja la dirección deportiva desde El Alcoraz.