Alexander acerca al Huesca al 'play off' en el último suspiro

Los triunfos en el último instante siempre saber mejor, y si te sirven para auparte a un solo punto de los puestos de ‘play off’, todavía más. Con un Mallorca con menos puntos que fútbol delante, los de Anquela volvían a demostrar este sábado su candidatura a colarse entre los mejores de la clasificación, y tras ver como los baleares les igualaban el encuentro, tiraron de fe y ganas para llevarse los tres puntos ya en el descuento. Un 2-1, sin florituras ni adornos, con mucho sufrimiento. Efectividad máxima en un momento del calendario en el que todo eso está de más y solo importan los puntos, y ahora el Huesca suma 43, a solo siete de certificar su primer objetivo y a uno para colarse en el sueño de todos sus aficionados.

La lesión de Álvaro Vadillo en el minuto 11 fue el gran imprevisto al que tuvo que hace frente Anquela, que había repetido el once que empató siete días antes frente al Almería. El extremo andaluz se llevó la mano al muslo y pidió el cambio sin ningún tipo de duda tras tirarse al suelo para cortar un balón. Fue sustitutido por un Alexander González sin calentar, que se acabaría convirtiendo en protagonista del encuentro.

Costó darle fluidez al juego, con un Mallorca que no quería tanto el control del juego como esperar su oportunidad, y un Huesca algo impreciso y con dificultades para trenzar las jugadas. Así, costó ver una ocasión clara de peligro en El Alcoraz, y fueron escasas las intervenciones de los porteros, tanto de Herrera, como del altoaragonés Cabrera, meta titular de los baleares este sábado.

El Mallorca había estudiado a la perfección los movimientos de Samu y lo maniató en la primera parte, obligando a las bandas a buscar protagonismo. Alexander probó un disparo lejano en el 22, que acabó en córner y fue la primera entre los tres palos de los azulgranas. También fueron contadas las de su rival, aunque fue Dalmau el que logró inquietar más a Herrera, obligándolo a hacer una parada de mérito en el 26, cuando detuvo un disparo a bocajarro.

Los baleares ganaron enteros tras esa aproximación y consiguieron sacar del partido al Huesca, para los que el paso por vestuarios fue algo más que necesario, tras minutos de aproximaciones rivales y poca claridad a la hora de moverse por campo contrario.

Un cabezazo de Ansotegui que se fue fuera por poco puso la primera de la segunda parte, y tras varios minutos en los que el Mallorca parecía querer seguir dominando llegó el despertar oscense. Se convirtió así la contienda en un carrusel de posesiones y también de ocasiones, que trasladaba el peligro de las cabalgadas de Samu -menos presionado tras el descanso-, a los intentos lejanos de Lekic o Pol Roigé tras sus sustitución. En esas llegó el remate certero de Gonzalo Melero, que aprovechó un despeje de un lío tras un córner para empujar dentro el primero del encuentro.

El partido siguió en modo ruleta rusa pese a las ventaja de los oscenses, pero cada que minuto que pasaba sonreía más a los de Anquela. El técnico solo realizó un movimiento más en su banquillo, dejando una sustitución sin hacer, y cambió de delantero, con la entrada de Vinicius por Borja Lázaro.

Un larguero del Mallorca en el 76, casi a continuación de otra que sacó la defensa cerca de la línea, fueron el anticipo de la igualada balear, que llegaría en el 87, con un disparo ajustado de Moutinho que enmudeció a El Alcoraz. Pero todavía habría tiempo para más celebraciones, y tras perdonar Vinicius el 2-1 a pase de Alexander, fue el venezolano el que no tendría piedad, y daría los tres puntos a los oscenses, al rematar de cabeza a la red en la última acción del encuentro.