Último día de mercado

El Real Zaragoza no prevé ejecutar ninguna operación de calado salvo que surja una oportunidad súbita de última hora.

La plantilla del Real Zaragoza, ayer por la mañana durante el entrenamiento en la Ciudad Deportiva.
La plantilla del Real Zaragoza, ayer por la mañana durante el entrenamiento en la Ciudad Deportiva.
Maite Santonja

Llega el mítico 31 de agosto, el último día del mercado estival de fichajes. A las 12 de la próxima madrugada, justo cuando nazca septiembre, el fútbol profesional español quedará cerrado para ejecutar operaciones de traspaso y cesiones de futbolistas hasta la reapertura invernal, allá por el 1 de enero.


Y, esta vez, el Real Zaragoza llega a este hito definitivo del verano sin apenas actividad en sus despachos. Como vienen anunciando los ejecutivos y dirigentes de la SAD, la plantilla está prácticamente definida desde hace una semana. No se prevé que el lunes pueda haber alguna modificación relevante en forma de nuevo fichaje o de salida a otro club de algún componente del actual vestuario. La limitación económica que exige y tutela la Liga de Fútbol Profesional en cuanto al tope salarial global del equipo, que rondará para este curso los 4 millones de euros, no deja apenas capacidad de maniobra a la directiva zaragocista.


Solo una oportunidad extraordinaria que pudiera ofrecer el lunes el mercado, en esos movimientos desesperados de última hora de diferentes clubes que buscan soltar lastre y aportan piezas útiles a precios reducidos, podría dejar alguna sorpresa en la sede de La Romareda antes de medianoche.


En el ámbito de las salidas, ha quedado descartada la pretendida por el club del portero Pablo Alcolea, que pareció acercarse a una cesión al Guijuelo de Segunda B a mitad de la pasada semana. Al final, los salmantinos han fichado a Diego Rivas, exguardameta del Albacete, que será el refuerzo de Segunda que buscaban bajo palos, por lo que Alcolea ya no tiene ningún hueco sugerente al que atender y seguirá en el vestuario como tercer guardameta, tras Manu Herrera y Bono.


En la ventanilla de entradas, solo está latente la operación que se abrió la pasada semana -que quedó posteriormente suspendida- con el joven ariete aragonés Sergio Buenacasa (19 años), que pertenece a las categorías base de la Juventus de Turín. Si a lo largo del lunes, el entorno de Buenacasa acepta el salario que el Real Zaragoza le ofrece -alrededor de 15.000 euros anuales-, podría pactarse su contratación por un año con ficha del filial.


El delantero, que se marchó de la Ciudad Deportiva con 14 años rumbo al Barcelona y al que la Juventus da la carta de libertad ahora tras dos años en su equipo de promesas en Italia, jugaría con el equipo de Tercera División aunque se entrenaría a menudo con la primera plantilla, con la que tendría abiertas las puertas para participar en Segunda División cuando Popovic lo necesitase o considerase oportuno.


Una vez que Abraham decidió y acordó seguir en la entidad zaragocista hace diez días, ajustando su salario a las necesidades actuales del club, las posibilidades de reforzar más la plantilla quedaron desvanecidas casi por completo por el consabido tope salarial. El último fichaje -el undécimo- consumado por Ángel Martín González, el director deportivo, fue el de Hinestroza el pasado día 5. Después, solo se cerró la nueva cesión de Jaime desde el Udinese, el día 10.


Los últimos movimientos fueron las salidas de Álamo (Girona), Fernández (Oviedo) y Lolo (Elche).

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