"Nunca firmaremos con Hacienda un convenio que no podamos cumplir"

Cinco meses después de su llegada, el presidente repasa los puntos calientes de la SAD.

Christian Lapetra, ayer por la tarde, en las instalaciones del Real Zaragoza en Eduardo Ibarra.
"Nunca firmaremos con Hacienda un convenio que no podamos cumplir"
Asier Alcorta

¿Ya le llaman ‘presi’ los futbolistas?


La verdad es que sí. Ja, ja, ja. Es frecuente que me llamen así.


¿Ha cambiado mucho su modo de aproximarse al Real Zaragoza?


Sí. Siempre he vivido este club de forma muy amateur, como un aficionado y abonado. Me preocupaba del equipo por las noticias diarias... sin más motivación que ir al campo los fines de semana o ver los partidos en televisión. Ahora, en cambio, tengo una responsabilidad. Me la ha otorgado la Fundación Zaragoza 2032 y también me la autoimpongo yo, por mi cargo y porque el apellido pesa mucho. Quiero que el apellido Lapetra sea respetado siempre.


¿Qué es lo que más le ha sorprendido del día a día del club?


Que un club con tanta solera y tan antiguo tenga una estructura empresarial poco desarrollada y deficiente. Probablemente, porque los anteriores presidentes u organigramas no se preocuparon de darse cuenta de que el club es una empresa.


¿En qué aspectos en concreto?


Había pocas cosas adecuadas a los tiempos actuales. Toda empresa ha de estar en permanente revisión. Ninguna es como hace 100 años. No teníamos desarrollado un departamento de márquetin y comercial potente. O una estructura comercial más arraigada en la región, quizá fruto del desarraigo de parte del aficionado, a las empresas les ha sido complicado acercarse al Zaragoza.


¿Después de cinco meses con la Fundación Zaragoza 2032 al frente de la fuerza gestora del club, tiene la impresión de que todo ha resultado más complicado de lo previsto?


Nos ha pasado mucho en este tiempo. El convenio con Hacienda está sin resolver, y es una amenaza a la viabilidad. Nos hemos encontrado que no teníamos toda la información, tanto del concurso de acreedores como algunas otras deudas con futbolistas, entrenadores o empresas. También hemos empezado de cero con los contratos de patrocinio o servicios para adecuarlos a la realidad. Algunos de varios años. Muchos están sobredimensionados. No daré nombres, pero hay casos flagrantes de empresas cuyas contraprestaciones están muy lejos de lo que nos ofrecen. Eso hay que modernizarlo. Espero que a fin de esta temporada lo tengamos todo arreglado.


En su estreno como presidente solicitó la implicación de las instituciones políticas y del tejido empresarial aragonés para rescatar al Zaragoza. ¿Existe esa voluntad?


El apoyo lo tenemos. El Gobierno de Aragón ha apoyado la supervivencia del club y la llegada de la Fundación Zaragoza 2032, y nos ayudará en lo que pueda. La Diputación de Zaragoza también. De hecho, cuando lo tengamos madurado, queremos firmar un convenio de colaboración. El Ayuntamiento también se ha prestado. Su alcalde ya ha anunciado el interés en la cesión del estadio para su explotación. Ha habido un cambio radical, se está viendo que el club está en manos de gente seria. En el mundo de la empresa hay de todo. Algunas que esperábamos que estuvieran con nosotros no han querido porque el fútbol no es de su interés. Aunque también los hay que antes eran reticentes a entrar y ahora no. Dice mucho que tengamos en el frontal de la camiseta la imagen de una empresa aragonesa, de zaragocistas. La marca Real Zaragoza vuelve a tener reputación.


Habla de las conversaciones con el Ayuntamiento sobre la Romareda. ¿Cuál es la postura del club sobre una reforma?


La Romareda es un campo de fútbol con solera, pero tiene varios hándicaps. Está anticuado, las instalaciones no se adecuan a las normas UEFA y a las necesidades de ahora... Hay que adaptarlo. Es un campo de 57 años, precisa un mantenimiento permanente. El Ayuntamiento, por los convenios de cesión, no los realiza, y el club ha dejado de realizarlo estos años. Queremos que el estadio sea un reclamo por sí mismo durante el día a día. Que pueda configurarse una parcela comercial o una pastilla de usos terciarios, con tiendas, bares, restaurantes, un museo mejor ubicado y más dotado que el actual... Incluso que el estadio sea destino de visitas, no solo de aficionados, sino también de turistas. Hay que pensar todo esto y a partir de ahí estudiar un acuerdo.


¿Estas propuestas están en sintonía con los planes del Ayuntamiento?


Hay interés y sintonía. Pero aún debemos trabajarlo. No creo que el campo tenga sentido en sus actuales condiciones. Su mantenimiento o reformas exigen costes elevados.


¿El Real Zaragoza está dispuesto a involucrarse en una reforma?


Claro. Tenemos la voluntad, pero siempre dentro de un proyecto. Hay que estudiar qué parte de las instalaciones son viejas, qué parte no... Si podemos cambiar los asientos por otros más cómodos... Si se puede equipar con una mejor zona wifi... Si podemos sustituir los marcadores por otros con vídeo en los que podamos incluir también usos comerciales... En Gijón se ha hecho. El Molinón ha conseguido mantener su solera, siendo un estadio atractivo con una pastilla comercial que genera mucho flujo de gente durante toda la semana. ¿Por qué no la Romareda?. Sobre un cambio de ubicación ya ha habido decisiones de instituciones que lo han paralizado. Así que debería pasar por una reforma del actual, adecuándolo para usos comerciales.


¿En qué punto continúa encallada la negociación con Hacienda para redistribuir la deuda fiscal?


En el convenio base que plantea la Agencia Tributaria. Es inviable que lo podamos suscribir. Nos piden un 20% del principal antes de firmar. Son unos seis millones y medio de euros a pagar ahora. Más luego, un calendario de pagos mensuales de 450.000 euros. Es imposible para nosotros en Segunda y a duras penas en Primera. Hemos planteado que somos capaces de generar recursos para pagar dos millones en Segunda y unos cuatro en Primera. Además, de todas las prendas y garantías que nos exijan de derechos de traspasos, de formación... Hay una diferencia. El Consejo de Administración no será nunca lo poco responsable de firmar un convenio que no seamos capaces de cumplir. No tiene sentido. Eso nos aboca a lo que nos aboca. Si no hay acuerdo, habrá que comunicar a la administración concursal nuestra imposibilidad de afrontar pagos y se dictaminará, probablemente, la liquidación. Queremos firmar, pero en el escenario actual es imposible. El Zaragoza ya pagó siete, más lo abonado durante esta campaña y los seis y medio que se nos piden hace un total de más de 15 millones de euros en una temporada. Es inviable.


¿El Zaragoza es cabeza de turco de las discrepancias entre la jefa del departamento de recaudación de la Agencia Tributaria y el presidente de la LFP?


Quiero pensar que no. Los funcionarios son capaces de abstraerse de esas diferencias como para tomar las decisiones objetivamente, de acuerdo a los expedientes de cada club. Queremos pagar, pero no somos capaces de asumir las cantidades que nos piden y en los plazos. Esto ha provocado que tengamos las cuentas trabadas. No podemos hacer frente a los pagos corrientes, y eso nos genera problemas en el día a día a nivel operativo y de personal. No podemos pagar fichas o salarios. Queremos pagar y Hacienda quiere cobrar. No tiene sentido. El Zaragoza ha sido incumplidor sistemáticamente durante sus últimas propiedades. Nosotros queremos darle la vuelta a eso, pero con un calendario viable. 


Diciembre es mes de pago de fichas, pero el Zaragoza no puede abonarlas...


Ahora mismo, no podemos estar al día. El estrangulamiento de las cuentas nos lo impide. 


¿Le preocupa que este conflicto y la incertidumbre que siempre generan estas situaciones de impago contaminen el vestuario?


Esperemos que no sea así. Los jugadores tienen que cobrar. Les hemos explicado la situación y han sido comprensivos. Es de agradecer. Les hemos pedido que den el máximo nivel deportivo, que nosotros solucionaremos estos problemas. Saben que somos honestos y trasparentes con todo lo que hacemos y que estamos en vías de arreglarlo. Obviamente, es un impedimento, pero los chicos están centrados e ilusionados en jugar al fútbol. Creo que están contentos, pero queremos solventar esto para que no cunda el desánimo.


¿Cabe considerar nuevas aportaciones desde el patronato de la Fundación como solución de emergencia?


Es complicado. Al final, todas las deudas las solucionaríamos mediante ampliaciones de capital. Tendría que acudir la Fundación y también el resto de accionistas. No se plantea. Hablamos de una ampliación de ocho o nueve millones de euros. No es viable ahora mismo, ni por plazos ni por cantidad. Sería muy difícil. La Fundación busca nuevos patronos, ojalá los encontremos, pero no se trata tanto de hallar seis o siete millones para la firma como de las condiciones posteriores del convenio. Es duro y queremos flexibilizarlo para que seamos capaces de generar recursos.