Martín González: "El único objetivo debe ser el ascenso"

El responsable del área técnica del club explica los detalles y el duro día a día de la entidad aragonés.

Ángel Martín González, director deportivo del Real Zaragoza
Martín González: "El único objetivo debe ser el ascenso"
J. M. Marco

-En tres días se abre el mercado invernal de fichajes. Esta vez, el Real Zaragoza se halla, por el momento, atado de pies y manos para intentar cualquier operación.

-Por ahora, es imposible que podamos hacer algo en este periodo de inscripción de nuevos jugadores. Y lo vamos a tener muy complicado. Es necesario tener un poco de paciencia. Vamos a esperar a ver si surge alguna posibilidad con el paso de los días, pero yo, particularmente, veo muy difícil que el Real Zaragoza pueda ejecutar algún fichaje en este mes de enero.


-La cuestión mayor es la falta de acuerdo en el ansiado convenio singular para pagar la deuda histórica con Hacienda. Sin este paso, nada tendrá sentido en el Real Zaragoza en poco tiempo.

-Eso está claro. Todo pasa por poder cerrar cuanto antes un acuerdo asumible por parte del club con la Agencia Tributaria. Solo a partir de ahí el club podrá tomar un rumbo adecuado como SAD. Mientras tanto, no hay nada que hacer en ningún sentido.


-Por esto, cada hora que pasa, cada día de enero que transcurra sin ese convenio con el Fisco, corre en contra del director deportivo. Los fichajes siempre hay que tenerlos encarados a estas alturas de calendario.

-El mercado se cerrará el 31 de enero de manera irreversible, así que esa es la fecha límite para cualquier cosa en el terreno de fichajes. Lo tengo asumido. Ahora bien, también digo que no tenemos grandes urgencias dentro de la plantilla. El bloque actual es bueno, con la única salvedad de no poder disponer de alguna ficha más para aumentar los recambios en el equipo de manera que la liga no se nos haga larga. La Segunda División tiene muchos partidos y somos pocos.


-No está nervioso, por lo tanto.

-En absoluto. El equipo es solvente. Yo estoy muy contento con la plantilla que tenemos y no vamos a hacer un drama si no es posible reforzarnos y hemos de continuar con las piezas de las que disponemos ahora hasta el final de la liga.


-Si al final pudiera ir al mercado, también parece obvio que sería con escaso dinero. Así, las probabilidades de éxito se reducen.

-Tengo muy claro que, si al final se puede ir a fichar a alguien, si no vamos a mejorar lo que tenemos ahora, no vamos a hacer nada. No vamos a traer por traer a nadie. Es mucho más importante que un grupo, aunque sea pequeño, esté unido y contento que empezar a mover piezas sin garantías de que quien venga sea gente que aporte cosas diferentes.


-La acumulación de bajas en la defensa en el último mes es un primer aviso de lo que puede sucederle al equipo si vienen mal dadas con las lesiones y las bajas.

-Sí, pero lo que nos ha sucedido con los centrales en estas últimas cuatro o cinco semanas no es habitual. Ha sido una racha peculiar, atípica, que no se dará probablemente más en todo el año en ninguna línea. Que te falten a la vez y tanto tiempo tres o cuatro jugadores del mismo puesto no es lo normal.


-Pero pensar que un día puedan faltar simultáneamente Borja Bastón y Eldin Hadzic, por ejemplo, no es descabellado. Puede pasar. Y sería un golpe bajo por su importancia goleadora.

-Aparecerían otros. Estoy convencido. Ahora mismo, Borja y Eldin están siendo los más decisivos ante la portería rival, pero el equipo tiene más goleadores. Si surgen esos percances, veremos aparecer a otros que los suplirán bien.


-No solo es el problema de Hacienda el que dificulta cualquier refuerzo invernal. Si llegase ese acuerdo, un nuevo inconveniente sería la sanción de la Liga de Fútbol Profesional que limita las fichas al Real Zaragoza.

-Eso lo vengo advirtiendo desde el verano, cuando ya tuvimos dificultades serias para culminar la composición de la plantilla con un tope de solo 18 fichas profesionales y con un límite salarial muy concreto. El control de la LFP es estricto en este sentido y no nos deja prácticamente margen de maniobra de no surgir algún cambio en un futuro próximo.


-¿Prevé que la LFP puede abrir algún resquicio al Real Zaragoza para ampliar esas cortapisas que ahora están vigentes?

-En este momento, yo creo que no hay ninguna posibilidad de que en la Liga cambien nuestros condicionantes. Si llegase el momento de dialogar con ellos porque ha llegado el acuerdo con Hacienda, no sé qué pasaría. No tengo ni idea de lo que nos podrían permitir hacer. Desconozco por completo si nos darían la posibilidad de fichar algo relevante o simplemente nada.


-Se le ve, en buena medida, resignado a no poder fichar.

-No es un asunto que me vuelva loco, tal y como están las circunstancias. No me preocupa nada. Hay que esperar, dejar que pasen los

días y, si al final llega la oportunidad de poder hacer algo, ya lo consultaremos con la LFP y nos moveremos. Pero, por ahora, es poco útil invertir tiempo en algo que no está en nuestras manos y que depende de tantas cosas.


-Se deduce de su postura que usted no ha movido nada en lo referente a negociaciones con otros equipos por algún jugador.

-A ver, nosotros siempre estamos en contacto permanente con los representantes de los futbolistas y con los demás clubes. Pero es evidente que no hemos iniciado una sola negociación concreta con ninguno de ellos porque ahora mismo no tiene sentido. El Real Zaragoza está inmovilizado para actuar con normalidad en el mercado.


-¿Y si dentro de diez, quince o veinte días se les abriese ese improbable espacio para fichar?

-Pues habría que reaccionar con prontitud. En ese sentido, sí que hemos valorado situaciones concretas de jugadores que no están a gusto o no juegan en determinados equipos. Ese grupo de futbolistas susceptibles de ser tanteados los controlamos. Pero, insisto, de momento sin poder dar un solo paso en firme. No me gusta volver loco a nadie si no existe la opción real de cerrar un trato.


-Así que la afición zaragocista debe estar preparada para un enero con escasos sobresaltos.

-Yo creo que sí. Y además debe saber que no hay ningún problema. Que tiraremos hasta junio con los jugadores que tenemos ahora sin temor, porque tenemos las bases bien puestas para movernos en los puestos de arriba todo el año, como ya venimos haciendo desde hace muchas semanas. El actual bloque puede estar perfectamente al final de la liga en el grupo de privilegiados de la categoría.


-¿Y cabría la posibilidad de que el Real Zaragoza efectuase alguna venta con la que obtener créditos ante la LFP para modificar su plantilla, como hizo el Deportivo el año pasado con Culio?

-Hay un punto de partida rotundo al respecto. El único objetivo de un club como el Real Zaragoza no puede ser otro que el ascenso a Primera División. En esta situación límite que atravesamos como SAD no podemos estar pensando en hacer negocios o ganar dinero por encima de los intereses deportivos. Contemplar la hipótesis de un traspaso siempre lo haces pensando en la llegada de una oferta que fuese tan importante que resultara irrechazable. Entonces, lógicamente, habría que hablar. Pero ahora considero que es improbable que eso ocurra. Y malvender a un jugador que sea importante para el equipo no lo vamos a hacer jamás. No tendría sentido.


-Además, varios de los importantes son cedidos. El Zaragoza no responde por ellos.

-Así es. Y que todo el mundo sepa que cuando existe una cesión, ese acuerdo es sagrado y no se puede tocar a lo largo de la temporada salvo que haya un acuerdo entre todas las partes implicadas, que son los dos clubes y el jugador.


-En este ámbito, hace tiempo que trascendió el interés de varios equipos de Inglaterra por el joven portero Óscar Whalley, que tiene el pasaporte inglés. Su hipotético traspaso no liberaría una ficha, pues juega con licencia del filial.

-Whalley no pertenece a la primera plantilla del Real Zaragoza. Su ficha es del B, por eso juega con el número 30. Si surgiera esa hipótesis que plantea, su marcha no cambiaría nada respecto de la composición del primer equipo. Al margen de esto, añado que Whalley es un hombre importante en el equipo. Con 20 años, está asumiendo un papel relevante y está ganando día a día en personalidad para poder hacer cosas muy importantes ahora y en el futuro. Contamos con él y no se prevé su salida.


-Llama la atención que se hable siempre de la limitación de 18 fichas pero que, de facto, sean 16. Dos son de los otros porteros, Alcolea y Bono, que aún no se han estrenado. El hándicap de este equipo está siendo tremendo, lo que agranda su rendimiento.

-Es evidente que el equipo ha ido creciendo con el paso de las semanas y creo que ha alcanzado un punto interesante de juego, pese a las dificultades inevitables que hubo al inicio de la liga y a la gran cantidad de jugadores nuevos que llegaron. Aun así, yo considero que aún existe margen de mejora a partir de la reanudación de la liga. Para ello, solo deseo que nos respeten las lesiones y que los árbitros nos traten mejor.


-El apartado arbitral tiene enfadados y sorprendidos a los dirigentes del Real Zaragoza. ¿Qué está pasando?

-Hay motivos para ello. Ha habido varios partidos con jugadas y decisiones que justifican que no estemos para nada contentos con su actuación. No queremos que nos den, pero tampoco que nos quiten. Nos estamos jugando mucho como club histórico que somos y necesitamos normalidad en cuanto al arbitraje.


-Es extraño lo que ocurre. Difícilmente se puede hallar un partido donde el Zaragoza haya sido beneficiado y, sin embargo, ante Lugo, Tenerife, Gijón y Mirandés fue claramente perjudicado.

-De verdad que yo, ni cuando era jugador en activo, ni cuando me dediqué al área técnica, he mirado jamás quién me pitaba un partido. Pienso que la labor más difícil del fútbol es la de los árbitros y por ello los respeto mucho. Así que quiero seguir creyendo que no nos están perjudicando queriendo. No sé si se trata de casualidades, de mala suerte. Pero no puedo concebir una voluntariedad en la adopción de determinadas decisiones. Por graves que estén siendo. No entendería que alguien nos quisiera hacer daño a través de esa vía.


-Pero en el club hay un profundo resquemor al respecto.

-Insisto que es fruto de lo mucho que nos jugamos como institución. Y, por derivación, por la facilidad con la que los árbitros han tomado determinadas decisiones erróneas que nos han perjudicado mucho. Estas cosas pueden ser culminantes para que logremos o no el ascenso. En junio, un punto arriba o abajo podría ser decisivo y los perjuicios que nos han causado hasta ahora son graves. Nuestras quejas van más allá del mero error porque el futuro del Zaragoza está en cada partido, en cada detalle.


-En el marco futbolístico, el gran mérito de la plantilla es que el 80 por ciento de los nuevos, que fueron quince, han engranado positivamente en tiempo récord. Es casi un milagro esta buena mezcla.

-Creo que, muchas veces, es una ventaja poder decidir sobre tantos fichajes. En el caso del Zaragoza, si nos hubiésemos tenido que quedar con más jugadores de la temporada pasada porque hubieran tenido contrato en vigor, seguramente tendríamos más problemas de vicios adquiridos y, por ello, peor plantilla que la actual. La gente que ha venido es muy sana y el grupo se ha unido a la perfección día a día. Eso es vital para el éxito final.


-¿Cómo viven los jugadores los problemas con Hacienda, la incertidumbre actual?

-Existe mucha confianza en la seriedad del Consejo de Administración que se ha hecho cargo del club. Saben que está intentando cumplir al día con los pagos de todos y eso ayuda a trabajar bien. Si un equipo está pendiente de los problemas externos, eso mina y saca a la gente de sus casillas.


-Otro asunto, el más complicado que ha debido adoptar hasta hoy: el cambio de entrenador. Destituyó a Muñoz y llegó Popovic.

-Estas son cosas que ocurren en el fútbol y han de asumirse como normales en un club. Estos cambios suelen traer una reacción positiva de los jugadores y, afortunadamente, así ha sido después de una mala racha muy peculiar como fue la de noviembre. El equipo ha entendido bien el estilo de Popovic y toda la plantilla está muy contenta con él, con su cercanía, con su propuesta de fútbol alegre y vistoso. Se percibe que la gente en el vestuario está muy a gusto.