Indignación con los arbitrajes

Malestar en el Real Zaragoza por los errores de los colegiados, el último contra el Mirandés.

Indignación con los arbitrajes
Indignación con los arbitrajes
Aragón TV

El Real Zaragoza digería aún ayer el golpe de Miranda de Ebro, donde el árbitro asturiano Pablo González Fuertes zarandeó la victoria que el equipo aragonés había merecido. Los errores del colegiado afectaron al desarrollo del partido y anularon un triunfo que avalaba el crecimiento del Zaragoza de Popovic. Un equipo que madura, que cada vez ejecuta mejor y con más continuidad su propuesta de gobierno de balón, que hila mucho más juego que hace un mes y cuyos goles marcados comienzan a ser la consecuencia de una propuesta asociativa. A la vista de quien puede y quiere verlo está que a las intenciones del actual Zaragoza le acompañan la materialización de ese nuevo ideario. Los números, de momento, respaldan ese cambio exhibido por el Zaragoza de Popovic, aunque en la plantilla y el club reside el disgusto por lo que podría ser una dinámica aún mejor si González Fuertes no hubiera intervenido en el partido contra el Mirandés con su colección de deficiencias en la aplicación del reglamento.


De puertas para adentro, en los despachos del Real Zaragoza existe un profundo malestar con el trato de ese arbitraje y con varios otros que al equipo le han costado puntos al equipo aragonés. Existe la percepción de que el Zaragoza está sufriendo un exceso de agravios. Ayer, se visionaron las jugadas conflictivas de Miranda, unas imágenes que, recogidas por Aragón Televisión en sus espacios informativos, no dejan lugar a dudas: Pablo González Fuertes fue el ingrediente principal en el desenlace del partido. Dichas acciones son evidentes.


Aitor debió ser expulsado en el Mirandés por su dentellada al tobillo derecho de Pedro, quien se libró de una grave lesión. "Es roja directa. Me pilla con el pie apoyado después de regatearlo. Me ha reventado el tobillo", dijo el centrocampista del Real Zaragoza en Anduva. Jaime, por su parte, no finge en la caída que le costó la segunda amarilla y la roja. Al extremo incluso le contactan cuando pisa el área. "Noto que me dan", afirmó Jaime. Y, por último, las imágenes del partido son igual de concluyentes con la jugada decisiva, el empate del Mirandés. Tanto Whalley como Fernández pecan en la defensa del centro de Igor Martínez, pero esa acción queda al descubierto: el centrocampista del Mirandés se ayuda sin disimulo de su mano izquierda para orientar el control del balón. "Le da con la mano delante de mí", denunció Rico. Muy cerca estaba también Pedro: "Hay una mano clarísima antes del centro". "El árbitro se cargó un partido que teníamos dominado. Nos ha quitado dos puntos muy importantes", aseguró Rico.


El enfado del Real Zaragoza también lo plasmó Ranko Popovic en la rueda de prensa posterior al partido. "Yo vi la jugada (de Jaime) de diferente manera que el árbitro. Creo que fue penalti. Pero es la impresión en el campo, con la emoción. Igual luego en la tele es otra cosa", sugirió el entrenador serbio. "Estoy seguro de que España es un país serio. Y hay gente que, cuando se vean las imágenes con tranquilidad, si observan los fallos del árbitro, decidirá que a él también le tiene que costar una sanción", agregó Popovic.


De momento, el club va a presentar alegaciones por esa amarilla que se entiende "injusta" a Jaime. Se formularán al Comité de Competición con la intención de que se anule esa tarjeta y el manchego no sufra un partido de suspensión. A Jaime le han expulsado en los dos últimos partidos que ha jugado.Lugo, Tenerife, Sporting...

Los sucesos de Miranda se añaden al catálogo de los horrores arbitrales que ha encajado el Real Zaragoza esta temporada. Esto es lo que ha abierto una reflexión en el seno del club, donde se ha extendido la preocupación por las nocivas decisiones que ya le han arrancado un buen pañuelo de puntos al equipo o han influido de forma acusada en sus partidos. Se habla de Lugo, por ejemplo. Ese 3-3 podría haber cogido otro destino si Medié Jiménez no desarticula un gol legal de Eldin o no hubiera pitado la inexistente falta de Mario previa al 1-1. También se rememora aquel penalti que se le señaló a Bastón contra el Tenerife, un partido con dos penas máximas para el rival en La Romareda. O el día de Gijón, donde Jony trampeó una carrera con Fernández que le costó la expulsión al lateral cordobés y obligó al Zaragoza a jugar con uno menos más de 45 minutos.