Ranko Popovic, nuevo entrenador

Serbio de 47 años, debutará en España tras ejercer en Japón durante los últimos 5 años.

Ranko Popovic
Ranko Popovic, nuevo entrenador
La voz de Almería

Ranko Popovic, entrenador serbio de 47 años, que hasta el pasado mes de este junio dirigió al Cerezo Osaka japonés, es desde primera hora de la noche de este lunes el nuevo responsable del vestuario del Real Zaragoza en sustitución de Víctor Muñoz. Su presentación oficial tendrá lugar este martes a las 12.30 en La Romareda.


Nacido en Pec (Yugoslavia) el 26 de junio de 1967, se trata de un preparador emergente, que llega por primera vez a España con la ilusión de triunfar en ligas mayores tras acumular cinco años de experiencia en Japón.


En el país asiático, Ranko Popovic ha entrenado desde 2009 a cuatro equipos: el Oita Trinita (donde tuvo en la plantilla al extremo del Mallorca Akihiro Ienaga), el Machida Zelvia, el FK Tokio y el citado Cerezo Osaka, el grande japonés, en el que su figura estelar era el uruguayo Diego Forlán.


Antes de tomar la decisión de buscar fortuna en la experimental pero adinerada liga nipona, Popovic dio sus primeros pasos en los banquillos en su país, en el Spartak Subotica.


Con anterioridad, y tras colgar las botas como futbolista en Austria, había ejercido de segundo técnico en el Tus Arnfels y el Sturm Graz del país alpino y, en una breve estancia que acabaría siendo clave para su trayectoria posterior, en el Sanfrecce Hirosima de Japón.


Su trayectoria como entrenador tiene hasta este martes un perfil modesto, sobre todo porque su trabajo se ha desarrollado lejos de los focos y la atención del fútbol de los países más relevantes en el panorama internacional.


Popovic llega al Real Zaragoza pleno de ilusión y con la asunción de que se trata de una oportunidad única para introducirse de lleno en la rueda de los nuevos entrenadores que aporten aire nuevo en el fútbol europeo de élite.


Los dirigentes zaragocistas han visto en Popovic una figura virgen de vicios y prejuicios. Un técnico moderno, bien avalado por su trabajo reciente en Japón, que pueda optar a asimilarse a lo que en su día supusieron las llegadas al banquillo aragonés de los yugoslavos Vujadin Boskov y Radomir Antic o la del holandés Leo Beenhakker.


Es decir, un elemento rompedor con las rutinas que se vienen observando en buena parte del elenco de preparadores que circula en los últimos años en el fútbol español. En cualquier caso, una apuesta novedosa que, por lo tanto, conlleva una parte de riesgo que se admite en el club, donde también se confía en que termine positivamente.


Ranko Popovic responde al estereotipo del hombre de fútbol balcánico. Exigente, duro, responsable e implicado al máximo en cualquier misión. Un hombre de club, enamorado del fútbol español, que apuesta por un juego de posesión, de toque y con vocación ofensiva.


Popovic lleva toda la vida vinculado al balompié. De niño creció en el histórico Buducnost de su ciudad natal. Como profesional, fue un potente defensa central que militó en el Partizán de Belgrado, con una cesión al Leotar Trebinje.


Tras pasar por el Spartak Subotica, emigró primero a Grecia, al Ethnikos El Pireo, y después a España, al Almería, donde jugó dos años en Segunda (desde 1995 a 1997), por lo que habla un español fluido, asunto de gran relevancia en estos momentos.


Su final de carrera lo vivió en Austria, en el Sturm Graz (su mejor época con cuatro campañas notables) y el Tus Arnfels.


Más noticias del Real Zaragoza