Un lunes para olvidar

Un mal Real Zaragoza cae por primera vez en La Romareda y acaba desesperado por el colegiado, que pitó dos penaltis, y un Tenerife que perdió tiempo desde la primera parte.

Cabrera despeja un balón en el área del Real Zaragoza
Un lunes para olvidar
Toni Galan

El fútbol había dejado su espacio natural, el del fin de semana, para presentarse un lunes, en una Romareda más vacía que de costumbre por el inusual horario. Fue una noche para olvidar que comenzó mal y acabó peor. Los primeros problemas llegaron incluso antes del inicio del duelo, ya que Mario ni siquiera pudo empezar el encuentro –jugó Vallejo- debido a un golpe que recibió en un entrenamiento y que no le permitió superar la prueba del calentamiento. Se notó la ausencia del central, líder indiscutible de la defensa, y la debilidad del Real Zaragoza fue creciendo desde la zaga para acabar afectando a todo el esqueleto del conjunto aragonés.


Se quebró la solidez defensiva y no funcionaron ni las bandas, ni la creación de juego, ni las individualidades, ni la charla de Víctor Muñoz en el descanso, ni sus cambios en la segunda parte. El partido fue un despropósito coral bien aliñado con numerosos fallos individuales. El equipo aragonés no fue el que llevaba siete jornadas sin perder, y por eso mismo acabó perdiendo. Acabó también desesperado por la actuación del colegiado, que pitó dos penaltis, uno de ellos difícil de creer, dejó que el Tenerife perdiera todo el tiempo que quiso y fue demasiado permisivo con el conjunto visitante cada vez que cortó la salida del balón con faltas.


La única buena noticia de la noche, que acabó con lluvia sobre La Romareda, fue que Borja Bastón no faltó a su habitual cita con el gol y ya es ‘pichichi’ con nueve tantos, los mismos que Araujo y Rubén Castro. Pero ni su tanto ni el de Rubén González, que se estrenó como goleador con la camiseta blanquilla con un buen remate de cabeza, sirvieron para nada.


Y eso que el Real Zaragoza había comenzado el encuentro mejor que el Tenerife, mandando en la posesión y trenzando alguna buena jugada, aunque su dominio no se traducía en ocasiones claras. Ocurrió todo lo contrario con el equipo visitante, que se adelantó en la primera ocasión clara que tuvo. Ayudado, eso sí, por la defensa zaragocista, que naufragó en un mar de imprecisiones. Un fallo de coordinación de la zaga, el primero de muchos, dejaba en situación legal a Ifrán, que recibió un pase por alto que le dejó solo contra Whalley. El portero tampoco acertó en su salida y el delantero, casi sin ángulo, logró colar el balón por el único hueco que quedaba entre los palos, Vallejo y Cabrera.


Primeros minutos perdiendo


Era la primera vez en esta temporada que el Real Zaragoza comenzaba perdiendo en La Romareda, pero esta inusual situación de desventaja apenas duró nueve minutos. Ya habían tenido la oportunidad de marcar el empate Borja Bastón y Willian José, en una doble ocasión, pero el gol lo acabó marcando Rubén en una falta sacada por Eldin. El central le ganó la posición a toda la defensa insular y remató de cabeza desde el borde del área pequeña, donde ya no pudo hacer nada el portero.


Pero el gol no devolvió la calma al Real Zaragoza, que fue perdiendo el control del partido y sufriendo cada vez más en defensa hasta convertirse en un equipo irreconocible. De hecho, apenas cuatro minutos después pudo marcar Suso, el capitán del Tenerife, en una jugada en la que lo difícil era no hacerlo. El atacante, que creó muchos problemas al conjunto blanquillo apareciendo desde la segunda línea, se quedó solo frente a Whalley. Tenía a Ifrán al lado esperando el pase de la muerte, pero prefirió jugársela y estrelló el balón en la cruceta.

El colegiado, aún peor


Víctor Muñoz, que en partidos anteriores había mejorado al equipo con ajustes en el descanso, no acertó en esta ocasión, o no supo hacer que sus jugadores acertaran. El Real Zaragoza salió igual de mal, y el colegiado decidió ser todavía peor. Ya había crispado el ánimo de los jugadores y la afición con su permisividad con el Tenerife, que debió ver alguna tarjeta amarilla en los muchos ataques zaragocistas que cortó por lo sano, pero redondeó su faena con un acto de imaginación desbordante.


Un penalti difícil de creer por un forcejeo entre Borja Bastón y un rival, de los muchos que hay dentro del área en cada partido, acabó en gol de Vitolo desde los once metros. Cuando el partido se ponía más complicado, Rubén se encargó de dejarlo casi imposible cometiendo otra pena máxima –esta vez más real- tras derribar a un jugador del Tenerife. El segundo penalti lo lanzó Ifrán y a punto estuvo de pararlo Whalley, pero este lunes no era el día de nadie que llevara un león en el pecho.


Tampoco el de Víctor Muñoz, que no mejoró en nada al equipo con los cambios. Víctor le dio el puesto de Vallejo a Lolo, que volvió a jugar de central, con la intención de sacar el balón con más criterio, pero ni consiguió más claridad ni mejorar la defensa. Luego quitó a Eldin para poner a Tato, que no aportó nada en ataque, y finalmente sacó a Diogo por Fernández. Se quedaron en el banquillo Tierno, a pesar de que el centro del campo no funcionaba; Rico, pese a que podía haber pasado a Cabrera al centro para tratar de ganar pegada por la izquierda; y Álamo, un buen recurso ofensivo para tratar de bajar algún balón o desbordar por la banda derecha.


Mientras, Borja Bastón sufría de soledad en la punta, abandonado por la falta de ideas del Real Zaragoza y el abuso de la acción individual de varios de sus compañeros, como Jaime Romero o Willian José. Pese a todo apareció el delantero, que aprovechó una de las pocas ocasiones que tuvo para marcar su noveno gol empujando a la red un balón servido por Cabrera que fue un pase, pero que casi parecía un disparo. Fue de lo poco que hizo bien el defensa, que jugó, como la mayoría de sus compañeros, su peor partido de la temporada.


Cuando marcó Borja Bastón todavía quedaban 20 minutos, pero pasaron rápido entre los numerosos fallos del Real Zaragoza, absolutamente negado en la creación y el último pase, y las desesperantes pérdidas de tiempo del Tenerife. Lo intentaban, sin ningún tipo de orden ni acierto, Diogo y Tato por la derecha, pero ninguno de los dos llegó a inquietar lo más mínimo a la defensa chicharrera. En los últimos minutos el Real Zaragoza no creó apenas peligro, y estuvo casi más tiempo en su campo que en el contrario. Los blanquillos cayeron en el juego del conjunto de Álvaro Cervera, que leyó mejor el encuentro y se llevó sus primeros puntos a domicilio de un estadio en el que nadie había ganado hasta ahora.

Ficha técnica


2 - Real Zaragoza: Whalley; Fernández (Diogo, min.75), Rubén, Vallejo (Lolo, min.63), Cabrera; Jaime, Dorca, Ruiz de Galarreta, Eldin (Tato, min.70); Willian José y Borja Bastón.


3 - CD Tenerife: Roberto; Moyano, Carlos Ruiz, Hugo Álvarez, Cámara (Igor Arnáez, min.61); Aitor Sanz, Ricardo León, Vitolo, Cristo Martín; Suso Santana (Maxi, min.86) y Diego Ifrán (Aridane, min.78).


Goles: 0-1, min.15: Diego Ifrán. 1-1, min.25: Rubén. 1-2, min.55: Vitolo, de penalti. 1-3, min.67: Diego Ifrán, de penalti. 2-3, min.73: Borja Bastón.


Árbitro: López Amaya, del Comité Andaluz. Amonestó a los locales Rubén, Borja Bastón y Dorca, y a los visitantes Vitolo y Aridane.

Incidencias: partido de la undécima jornada de la Liga Adelante disputado en el estadio La Romareda de Zaragoza ante unos 10.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de José Luis Abós, exentrenador del CAI Zaragoza recientemente fallecido.