"Voy a corregir el último pase más temprano que tarde"

Javi Álamo, capitán del Real Zaragoza. 
El extremo diestro canario, puntal del equipo en ataque, asume la asignatura pendiente en su buen inicio de liga

Javi Álamo posa para HERALDO.
"Voy a corregir el último pase más temprano que tarde"
ARÁNZAZU NAVARRO

Después de mes y medio de competición, está comprobado que su rodilla operada hace dos temporadas está al cien por cien. Basta verlo correr.

Respecto a la lesión que me amargó la mitad de la temporada en Primera División y me dio tantos problemas el año pasado, todo está olvidado. Me siento físicamente bien. No estoy dando todavía el tope de mi rendimiento, pero es evidente que estoy más cerca de mis prestaciones que nunca desde que me fichó el Real Zaragoza.


El club y Víctor Muñoz tuvieron claro desde el principio que usted era una apuesta ganadora. No hubo dudas.

Está claro que ha sido así. Quisieron que me quedara y, a la vista está, en el tiempo que llevo en Zaragoza jamás había tenido tanta continuidad y tanta confianza depositada en mí. Yo espero, y estoy convencido de que así será, ser capaz de responder positivamente a la responsabilidad que me han dado en el juego del equipo.


Da gusto ver que el fuelle le aguanta hasta el final. En Palamós, el último día, desbordó al lateral varias veces pasado el minuto 75. Antes era imposible.

Mi fondo físico es muy bueno y, cuanto más juegas y te ves en forma, más te vas creciendo. El año pasado, por más que lo intenté, algo no fue bien. En cuanto llegaba al minuto 50 o 60, no podía más. Este año es otro mundo. 


La asignatura pendiente de su aportación es la culminación de las jugadas. Es el que más veces llega a línea de fondo y al área, pero, salvo el centro del gol al Sabadell, no acierta con el último pase ni anota usted.

Es cierto. Igual me falta meter ese primer gol, que me dé confianza a mí particularmente. Y, por supuesto, tengo que ser capaz de tomar mejores decisiones en el área.  Lo comento mucho con el entrenador, semana tras semana. Vemos muchos vídeos y no cabe duda de que no estoy acertado en balones que deberían ser de gol. 


¿Y por qué le sucede eso? En Huelva usted marcó 8 goles y dio 10 asistencias en la temporada previa a venir aquí, cuando el Zaragoza se enamoró de su juego.

No lo sé. Quizá sea algo de precipitación. Pero tal vez se trate de que aún tenemos que conocernos todos mejor. Cuando llevas mucho tiempo jugando con los mismos compañeros, los movimientos, las jugadas salen solas porque sabes adónde va a ir cada uno. Aquí, todos los de arriba hemos empezado a jugar juntos hace cuatro días. Creo que este problema se solucionará en poco tiempo. Seguro.


Supondría un salto cualitativo enorme para el equipo. Sus desbordes, si no se le acaba haciendo de noche en el último golpeo, pueden cimentar victorias mucho más claras.

Es cierto. El otro día en Palamós tuve dos penetraciones seguidas, en dos minutos, donde no llegó el centro a dos compañeros que venían solos conmigo. Uno me lo cortó el único defensa que se interponía y el otro se me fue por encima del larguero. Evidentemente, es mi culpa. Pero llegando todos los días hasta ese lugar del área varias veces, voy a corregir el último pase más temprano que tarde.


En los dos últimos partidos, el público de la Romareda ha esgrimido algunos silbidos hacia usted por estas cuestiones. ¿Le afectan las críticas sonoras?

Creo que tienen razón cuando se enfadan porque no acabo bien las jugadas. Ellos quieren lo mejor para el equipo y ha habido varias acciones que, bien jugadas, tendrían que haber acabado en gol. Pero yo tengo que seguir intentándolo porque es mi misión en el equipo. Hasta que salga bien, como la acción en la que centré la pelota a Borja Bastón para que marcase el 1-0 al Sabadell. Para mí eso también es la mayor satisfacción en un terreno de juego.


O sea, que no se va a hundir moralmente si le pitan.

No. Yo estoy encantado con el trato que me está dando la afición zaragocista este año. El ambiente y la predisposición del público nada tiene que ver con lo que he vivido en los dos años previos, en el tiempo que llevo en Zaragoza. Hay mucha ilusión y apoyo en general y, en mi caso, también la he sentido en muchas acciones. Estoy convencido de que, al final, vamos a tener todos más motivos para aplaudir y gozar que de lo contrario.


Tal vez el domingo, logrando la tercera victoria seguida ante el Mallorca.

Yo estoy seguro de que vamos a ganar. Hemos mejorado mucho y ya toca vencer sin tanto sufrimiento.