El mejor Zaragoza de la temporada

Eldin reclamó un sitio junto a Willian y Borja.

orca, Galarreta y Eldin Hadzic, tres de los futbolistas que se anuncian esenciales en este Zaragoza
El mejor Zaragoza de la temporada
a. alcorta

El fútbol le lanzó un guiño cómplice el pasado sábado a Víctor Muñoz: con los mejores futbolistas es más sencillo acercarse al triunfo. El Real Zaragoza vivió la media hora más solvente y redonda de la temporada justo después del descanso del partido contra el Alavés. Fue un intervalo de juego dominante, con los mediocentros aposentados en campo rival, con solidaridad y compostura defensiva, fluidez en los espacios intermedios, un notable caudal ofensivo y varios remates. Una colección de detalles y buenas sensaciones que anunciaron las potenciales posibilidades del Zaragoza. ¿Qué había sucedido hasta entonces? Pese al gol y la ventaja, la primera mitad del equipo aragonés no fue buena. El guión era simple y nada eficaz: juego ultradirecto a la insistencia en los desmarques de Borja Bastón. Ese era el patrón de ataque.


Un plan que penaliza especialmente al futbolista del Zaragoza que mejor sintoniza con la pelota y que mejor lectura de juego ofrece: Ruiz de Galarreta. Su sociedad con Dorca emite señales de intimismo. Se mezclan y entienden bien. Pero en la primera mitad contra el Alavés -o en partidos previos en los que el Zaragoza aglutina menos posesión- acusaron su posicionamiento: viven demasiado tiempo en un mundo incómodo, en campo propio. Esto cambió cuando el equipo de Víctor Muñoz se estiró. El volantazo al Zaragoza se lo pegó Eldin Hadzic. Su entrada en el perfil izquierdo desarmó al Alavés (cuya banda derecha canalizaba sus ataques) y le puso las pistolas en la mano al Zaragoza. Hadzic trabajó la banda y sobre todo le dio la vuelta a los vitorianos. Sangalli, su lanza en la primera mitad, dejó de mirar a Cabrera y pasó a correr hacia atrás, hacia Eldin. 


La entrada del bosnio no solo clarificó las cosas en el costado izquierdo, por donde el Zaragoza asfaltó el camino de la mayoría de sus ataques, sino que además enriqueció el juego de Ruiz de Galarreta y Willian José. Creció el tejido asociativo del equipo. Galarreta metió su brújula en el campo del Alavés. Y Willian José multiplicó sus apariciones como referencia para Eldin en la mediapunta, muy activo y puntual siempre recogiendo segundas jugadas.  


Ese tramo del partido, desde el minuto 46 hasta a falta, aproximadamente, de un cuarto de hora, presentó a un Zaragoza competitivo, pero también animoso y entusiasmado. Eldin agitó el poder creativo y ofensivo del equipo, aunque en defensa, la entrada de Rubén también tuvo un impacto positivo, conservando la altura del listón que el canterano Vallejo ha elevado en este inicio de temporada. En todo caso, esa media hora de juego tomó forma de lección y establece una guía por la que el Real Zaragoza puede conducir su crecimiento colectivo. Ahora, se trata de continuar ese camino. 


En la irrupción de esta mejor versión del equipo aragonés se conjugaron varios factores. La semana de más de temporada repercutió en las piernas y los pulmones de algunas individualidades con retrasos en la preparación. Son los casos de Eldin y Willian José. También Borja Bastón gozó de mayor autonomía de vuelo. Pero sobre todo el Zaragoza progresó porque se reunieron aquellos jugadores llamados hace unas semanas a conformar la primera línea de abordaje. Todos con ficha del primer equipo, se juntaron Dorca y Galarreta en la sala de máquinas, Eldin y Javi Álamo -a expensa de que Pedro regrese y reclame una de esas posiciones- en los costados y arriba un cañón doble, Willian José y Borja, una pareja que se relacionó bien durante el partido, alternándose ambos la segunda punta y la punta de la delantera y que salió reforzada como solución de futuro. Aún restan detalles por pulir, más con esa doble punta que exige cohesión y sacrificio en el repliegue para que el equipo no pierda forma ni consistencia, pero el Zaragoza ya tiene una pista sólida de por dónde puede seguir buscando su destino.