Opinión

Soportar lo insoportable

Celta - Real Zaragoza
Celta - Real Zaragoza_2
EFE

No es ya que el Real Zaragoza lleve más de cuatro meses sin ganar, 15 partidos ya sin conocer la victoria; la cuestión fundamental es que este Real Zaragoza se muestra incapaz –inaguantable realidad- de ganar a nadie. Este lunes, ante un Celta tan carne de Segunda como el cuadro aragonés, fue derrotado tal vez por la necesidad, tal vez por la fe, seguramente, por las ganas. El cuadro blanquillo ha entrado en una situación de impotencia deportiva, de bloqueo anímico y mental, que le ha condenado a una muy merecida posición de colista.


Es verdad que Manolo Jiménez se había ganado los méritos de seguir por encima de todos los elementos; pero hoy, el técnico vive en ese mismo desconcierto en la que se encuentra el equipo. Se han acabado las balas en su cartuchera. Un entrenador que no sabe hacia dónde tirar del carro, desnortado, perdido y arrollado por esa tempestad que arrastra al equipo a Segunda División. Hoy por hoy, de forma irremediable.


No es complicado el calendario blanquillo. Al contrario, en condiciones normales, podría luchar por asirse a la permanencia. Entre otras cosas, porque su situación no es, ni mucho menos, tan desesperada como el año pasado. El problema es que el conjunto es incapaz de moverse; parece carecer de estímulos -¿qué les dice hoy a los miles de seguidores que le acompañaron el domingo en el último entrenamiento?- y da igual quién se ponga delante, porque está condenado a perder.


Timorato, triste, incapaz. Rival cómodo y fácil. Cualquiera –cualquiera- es capaz de asegurar hoy que va a ganar en La Romareda. Porque todos ganan… Se ha acabado el tiempo de soportar lo insoportable, y de las oportunidades; este Real Zaragoza muerto no tiene futuro. Es la hora de las decisiones: de la directiva, del técnico, de los jugadores. Por el presente y, tristemente, por el futuro.