Real Zaragoza

Objetivo: Riazor

Una victoria en el estadio herculino permitiría al Real Zaragoza encarrilar la permanencia. La derrota complicaría el objetivo.

Los pupilos de Manolo Jiménez preparan desde este lunes el próximo choque liguero, contra el Deportivo de La Coruña en su estadio, Riazor. Un partido, el del sábado, en el que saltarán chispas, ya que para los gallegos se trata, prácticamente, de la última oportunidad de subirse al tren de la permanencia.


El Real Zaragoza no se juega menos. Tras un trabajado y más que merecido empate ante el Real Madrid y después de recuperar las sensaciones y el juego, el conjunto aragonés viajará para obtener tres puntos que, en el fondo, supondrían mucho más que eso. Supondrían hundir definitivamente a los coruñeses, que quedarían a siete puntos de la salvación.


Se convertirían, asimismo, en la primera victoria del año, que cerraría un círculo en el que el Real Zaragoza jamás debió entrar. En el mejor de los casos, ganar en tierras coruñesas permitiría abrir una brecha de seis puntos con los puestos de descenso. En el peor, mantener la ventaja actual, de tres.


El empate no sería del todo malo. Se lograría mantener las distancias con el Deportivo, al que se le ganaría el golaverage (en La Romareda los de Jiménez se impusieron por 5-3), y previsiblemente se ganaría un punto de distancia frente al Mallorca, que viaja al Nou Camp. El único pero nacería de una hipotética victoria del Celta, que recibe al Rayo después de empatar in extremis con el Barça.


La derrota es un escenario en el que no se debe ni pensar. En primer lugar, porque daría vida a los tres de abajo. En segundo, porque esos tres puntos se deberían recuperar la semana siguiente en La Romareda, nada más y nada menos que contra el líder. Este resultado, junto a un triunfo de los vigueses, haría que los de Jiménez igualaran sus guarismos con los de los tres equipos del vagón de cola.