Real Zaragoza

Rompecabezas en la medular

Apoño. Movilla, Romaric, José Mari y Zuculini pugnan por un lugar en el once titular ante el Sevilla.

José Mari y Apoño pugnan por un sitio
Valencia - Real Zaragoza_5
EFE

Dice el refranero del fútbol que los partidos se pierden o ganan en las áreas. Sin embargo, para llegar a este extremo, antes se ha de pasar por el centro del campo. A excepción de algún reducto romántico, que todavía desprecia la medular en pos de trazar la línea más recta imaginable, el juego de un equipo solo se puede comprender a través de su zona ancha. Libro de estilo que, en el Real Zaragoza, todavía no goza de escribanos totalmente irrebatibles.


Ya sea por problemas físicos, por sanciones o por incidencias de otra índole, Manolo Jiménez no ha podido contar con todas las piezas de su sala de máquinas a pleno funcionamiento. Circunstancias que, por ejemplo, favorecieron la irrupción de José Mari en el primer equipo. El roteño, firmado para el conjunto filial durante el verano, respondió con un rendimiento impropio de su inexperiencia. Algo que le ha llevado a ser, con 589 minutos disputados, el centrocampista que más tiempo de juego acumula en sus botas.


Sin embargo, el andaluz no formó parte del once titular que saltó al césped del Nuevo Los Cármenes la pasada jornada. Zuculini, en su faceta de especialista defensivo con gran despliegue físico, tomó el testigo con la misión específica de frenar a Siqueira. Alternativas adaptables en función del rival.


Juego con balón

En posesión del esférico, Jiménez tiene claro el fútbol a ejecutar por su equipo. Buen trato al cuero, prioridad a la circulación y búsqueda de la asociación como medio para llegar a la portería rival. Ideal que los zaragocistas, por momentos, lograron alcanzar en Granada. Allí, la pareja formada por Movilla y Apoño fueron los encargados de manejar la batuta. Un dúo en cierto modo inédito, al ser la primera vez que el madrileño portaba la vitola de titular.


La prueba salió bien y el técnico blanquillo valora si repetirla ante la inminente visita del Sevilla, conjunto que marcha actualmente quinto en la clasificación, aunque empatado a puntos con el Real Madrid, que es cuarto.


En la recámara está Romaric. El marfileño, incorporación estrella para la presente temporada, está teniendo problemas en su puesta a punto. No obstante, todavía cuenta con la total confianza del entrenador, principal avalista de su llegada. Después de ser expulsado prematuramente ante el Getafe, el medio africano se ha tomado las dos últimas semanas como una pequeña pretemporada que le permitiese ponerse en forma para jugar contra su ex equipo. Plan de trabajo del que el propio Jiménez se ha mostrado satisfecho públicamente.


Cinco nombres, tres puestos

Salvo cambio extremo de dibujo, como el empleado ante el Getafe con dos puntas, el entrenador hispalense se ha mostrado propenso a jugar con tres centrocampistas. Con variantes tácticas, claro está, como la empleada en Granada con Zuculini pegado a banda. Eliminando a Babovic de la ecuación, cuyo papel hasta la fecha ha sido meramente residual, quedan cinco caras para tres lugares.


El rompecabezas se complica teniendo en cuenta que, salvo indeseable percance de última hora, todas ellas estarán disponibles. José Mari, con cuatro amarillas en su haber, es el único jugador al borde de la sanción. Movilla, Apoño y Romaric, de características similares gracias a su trato de balón, jerarquía e importancia en la base de la jugada, parecen destinados a disputarse dos lugares entre ellos. Por su parte, Zuculini, en su condición de 'outsider', estará disponible en caso de situación especial. Como podría ser, por ejemplo, intentar frenar la conexión de Navas y Cicinho por la derecha, principal vía ofensiva del cuadro sevillista.