Segundas partes, un lastre a reparar

En 16 de los 20 partidos de liga disputados hasta ahora, el Real Zaragoza ha sido incapaz de mejorar el resultado del descanso durante las segundas partes. En 11 de esas 16 ocasiones, la renta que tenía el equipo de Natxo González en el intermedio fue al final la que imperó en el resultado final. Y en las cinco restantes, los segundos 45 minutos supusieron la pérdida de puntos que los zaragocistas habían tenido atrapados en la primera fase de los partidos.

Además del refrendo de los meros números, son las propias sensaciones vividas en el desarrollo de la mayor parte de los partidos las que confirman que al actual Real Zaragoza los 90 minutos se le suelen hacer largos. Que no hay capacidad para que los jugadores estén bien enchufados a la red de alta tensión hasta que el árbitro pita el final. Que todo lo relevante que no suceda antes del descanso, difícilmente se puede esperar tras el cuarto de hora de meditación y respiro que divide los encuentros en dos.

De hecho, el Real Zaragoza solo ha mejorado el marcador del intermedio en cuatro de sus 20 envites ligueros. Tres de ellos fuera de casa: curiosamente, en las tres victorias obradas a domicilio, en Córdoba, Lorca y Gijón, en las que se llegó al minuto 45 con empates y los goles ganadores llegaron en todos los casos en la reanudación del juego. Es decir, el equipo de Natxo, en La Romareda, como local, solo ha dulcificado un marcador en la segunda mitad: fue el primer día, en agosto, ante el Granada, y no fue precisamente para acabar triunfante. Solo pudo aliviar la derrota por 0-1 del primer tramo del choque para dejarla en el 1-1 final.

Los segundos periodos de los partidos han dejado hasta hoy un balance negativo en cinco jornadas, lo que, traducido en puntos, supone un déficit de dos respecto de los que se ganaron en los escasos días de acierto postrero. A saber: en las escasas mejoras de marcadores del Zaragoza tras el descanso, los blanquillos recuperaron 7 puntos, pero en los días de perjuicios, perdieron 9.El más doloroso fue el caso de Lugo. Allí, en septiembre, el Real Zaragoza ganaba 0-1 en el ecuador del partido y acabó perdiendo 2-1. Además, victorias iniciales que acabaron en empate entre el minuto 46 y el 90 se dieron ante el Nástic de Tarragona y el Osasuna, ambas en La Romareda. E igualadas que terminaron en derrota definitiva ocurrieron en el debut en Tenerife y, en casa, frente al Cádiz hace unos días.

¿Cuestión física? ¿Cuestión mental? ¿Cuestión táctica? ¿Asunto casual? ¿De todo un poco? Lo que es obvio es que el problema existe y que requiere arreglo de cara al futuro inmediato.