Verdasca, Papunashvili, Grippo y Jesús Valentín no estuvieron presentes en el primer entrenamiento del Real Zaragoza tras la semana de parón navideño. Los cuatro, que requerían de viajes aéreos para retornar a la capital aragonesa tras pasar los últimos días con sus familias (en Portugal, Georgia, Suiza y las Islas Canarias, respectivamente), no llegaron a tiempo de estar a las 9.30 en el desayuno del equipo en el restaurante de la Ciudad Deportiva y, posteriormente, a las 11.00, en la primera sesión de trabajo programada por Natxo González.

El cuarteto, que anunció su llegada para primera hora de la tarde, fue citado en los campos de la carretera de Valencia para que lleven a cabo su primera tarea física a solas y no pierdan el primer día de trabajo.

Estos cuatro jugadores se sumaron así a los tres que sí habían pactado antes de las vacaciones un regreso más tardío, casos de Cristian Álvarez, Vinícius y Wilk (este, sin ficha ni dorsal en el equipo), que no son esperados en Zaragoza hasta el viernes, día 29.

Como, además, los lesionados Mikel González y Borja Iglesias no pisaron el césped por motivos obvios y fueron tratado por los fisioterapeutas en el vestuario y el gimnasio, el grupo con el que trabajó Natxo en el retorno a la actividad del Real Zaragoza fue de únicamente 15 jugadores. Los jóvenes Zalaya y Raí Nascimento (el brasileño, recuperándose de la operación de apendicitis a la que fue sometido hace un mes), tampoco estaban llamados a esta sesión de trabajo.