Borja vuelve a cantar gol

El ariete no marcaba desde el 21 de octubre. Sus dos tantos constituyeron lo único positivo del encuentro en Valladolid

Borja Iglesias intenta un disparo en el nuevo José Zorrilla de Valladolid.
Borja Iglesias intenta un disparo en el nuevo José Zorrilla de Valladolid.
Fernando Blanco

El Real Zaragoza tiró el último partido del año en seis minutos. Dos errores escolares en defensa lo condenaron en Pucela (3-2). Todo lo demás vino después, premisa esencial en cualquier auditoría del careo de la noche del martes ante el Valladolid. En esos 84 minutos que en la NBA llaman de la basura, los dos goles de Borja Iglesias constituyen el único dato positivo relevante en el haber aragonés. Quizá también el arreón final del caballo Toquero sobre el prado del nuevo José Zorrilla... He dicho quizá. Pero lo único tangible, lo único trasladable numéricamente al marcador, fueron los goles de Borja Iglesias. No sirvieron para sumar, pero sí para evidenciar que el ariete ha regresado.

Desde el 21 de octubre no marcaba Borja Iglesias. Ese día, el delantero firmó dos goles de bandera en el Viejo Nervión de Sevilla ante el filial sevillista (2-2) tras dos soberbias asistencias de Delmás. Desde esa noche en que Papunashvili demostró que la derecha la tiene de adorno, perdonando al rival en el tiempo de prolongación, Borja no veía puerta. Ocho partidos de remates estériles del goleador: el empate a nada con la Leonesa (0-0), la decepción de Huesca (3-1), el triunfo de la eficacia ante el luminoso e inane Rayo (3-2), el oprobio de Almería (3-0), la igualada con el Reus (0-0), el grito de Delmás en Gijón (0-1), la inmolación ante el Cádiz (0-2), el gélido empate de Albacete (0-0) y las vacaciones anticipadas de Valladolid (3-2).

Han tenido que pasar 772 minutos (desde el minuto 78 del Sevilla At.-Zaragoza al minuto 40 del Valladolid- Zaragoza) para que Borja marcara gol. Este paréntesis, esta condena de dos meses menos un día, ha relegado al conjunto aragonés de la esperanza de la promoción de ascenso, que en algún momento se entendió como posible e incluso probable, a la incertidumbre con que ha clausurado el 2017, a solo tres puntos de las brasas del descenso.

El periodo de decrecimiento de Borja ha sido directamente proporcional a la regresión del Real Zaragoza. Paradójicamente, Borja fue nominado como mejor jugador de la Segunda División del mes de octubre. Hasta esa cota de la competición había acumulado siete goles en 11 jornadas. Nueve jornadas después lleva nueve goles en 20. Ha disminuido su efectividad, pero ha regresado su gol. Borja ha vuelto a ver puerta. La puerta de la esperanza del Zaragoza.

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