Wilk se une a los entrenamientos

El centrocampista polaco, sin ficha, afronta la recta final de la recuperación de su rodilla derecha y ya participa en ejercicios junto a sus compañeros

Wilk, en una de sus fases de rehabilitación.
Wilk, en una de sus fases de rehabilitación.
Raquel Labodía

Natxo González cuenta desde este lunes con un componente más en el plan de trabajo: Cezary Wilk. El centrocampista polaco, sin ficha con el equipo al menos hasta enero, afronta ya la recta final de la recuperación de sus problemas de rodilla (a tres artroscopias se ha sometido en Zaragoza en algo más de dos años) que se reprodujeron el pasado mes de abril. Siete meses después, Wilk ha comenzado a integrarse en la dinámica de entrenamientos de sus compañeros. Este lunes, antes de la sesión, recibió la ovación del vestuario. Los futbolistas y técnicos le formaron un pasillo y aplaudieron su vuelta al plan general de trabajo y su paso final hacia la recuperación.

La idea del Zaragoza es que Wilk se ejercite en las próximas semanas a las órdenes de Natxo González y se evalúe así su estado físico. El jugador fue renovado en junio cuando acababa contrato pese a su lesión en un gesto de buena voluntad del Real Zaragoza, pero no se le inscribió en la Liga. En enero, en función de su evolución, se determinará si a Wilk se le adjudica alguno de los dorsales libres en la primera plantilla o se plantea cualquier otra solución si Natxo González y el club entienden que Wilk no es necesario.

El Real Zaragoza y Wilk acordaron la renovación para una temporada más del centrocampista polaco antes de comenzar la pretemporada. Finalizaba su vinculación el 30 de junio tras dos años en el equipo aragonés jalonados por los accidentes físicos, pero el club decidió ofrecerle, para evitarle dejarle sin equipo y sin servicios médicos adecuados, continuar otra temporada, utilizando los medios del Zaragoza para reestablecerse y poner de nuevo a punto su rodilla.

Dicha propuesta fue por el salario mínimo en la categoría (en torno a 80.000 euros) y el futbolista polaco aceptó. Desde entonces, Wilk se ha ido recuperando durante la primera mitad de la temporada en Zaragoza.

Wilk recayó en abril de su lesión (rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha-, ya en la recta final de su rehabilitación de su primera rotura, cuando tenía la ilusión de poder jugar algún minuto en la parte final de la última liga si la situación del equipo era de calma, antes de definir su futuro a partir del verano. Llevaba desde septiembre de 2016 trabajando solo (siete meses) y, después de dos semanas y media de nuevo entrenándose con el resto del equipo, el exjugador del Deportivo de La Coruña -de ahí lo fichó el Real Zaragoza hace dos pretemporadas-, volvió a sentir problemas en su articulación.

Han sido tres intervenciones quirúrgicas a las que se ha sometido Wilk desde que firmó por el club aragonés: se rompió primero en octubre de 2015 el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, lo que le tuvo ocho meses de baja, el 27 de septiembre de 2016 tuvo que ser de nuevo operado para la reconstrucción de la plastia del citado ligamento. Y en abril volvió a agravarse este calvario de ya más de dos años.

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