Tres goles en jugada ligada, uno de cabeza, anotadores de estreno... mejoras ofensivas

El Real Zaragoza, además de los 3 puntos analgésicos en un día delicado, logró ante el Rayo vías nuevas ante el gol que urgía encontrar.

Febas celebra su gol ante el Rayo Vallecano, el 2-0, junto a Raúl Guti y Toquero.
Tres goles en jugada ligada, uno de cabeza, anotadores de estreno... mejoras ofensivas
Oliver Duch

El 3-2 obtenido frente al Rayo Vallecanoen un sui géneris día de fútbol para el Real Zaragoza por cómo logró agarrar el triunfo ante un rival que se mostró superior, no solo aportó al haber del equipo de Natxo González 3 puntos analgésicos en un día delicado en el que solo servía ganar para eludir una crisis cantada. Frente a los madrileños, también, los zaragocistas lograron hallar, de entre las enormes complicaciones que presentó este duelo, nuevas formas ante el gol que urgía encontrar dentro del bloque que dirige el técnico vitoriano. En efecto, el análisis del duelo aporta la grata noticia, con diversas lecturas positivas, del método mediante el cual se gestaron y culminaron los tres tantos obtenidos ante la portería de Alberto.

Los tres vinieron en jugadas ligadas, algo que se ha echado en falta sobremanera en los tres primeros meses de competición, en especial en La Romareda, cuando los blanquillos han actuado en el papel de locales. Quizá éste sea el valor más preciado de lo ocurrido, por lo que supone de mejora en prestaciones del sistema táctico que lleva machacando Natxo desde julio y que tanto se está atrancando por momentos en la aplicación del grupo durante los partidos. Pero no es el único.

Además, los tres goleadores, los tres autores del remate certero final, fueron nuevos en el torneo liguero. Grippo, Febas y Pombo firmaron sus primeras dianas, algo que siempre agradece el equipo, al crecer en autoestima, en confianza general a la hora de ejercer el abordaje al área rival en cualquier circunstancia durante los duelos. Que, si no todo el mundo, la mayoría aporte veneno ante el marco adversario inyecta un plus de decisión en cada ataque, venga por donde venga y lo remate quien lo remate. El arte del gol requiere fe y seguridad propia. Y conocer el sabor del gol es la mejor garantía cuando se han de repetir disparos a puerta en los sucesivo. Y respecto de la mirada de los contrincantes, que un equipo se presente sobre el césped con infinidad de protagonistas capaces de marcar goles también genera un aura de temor que incide en los planteamientos de los de enfrente. Cuantas más armas activadas, mucho mejor.

Y, entre este nuevo elenco de protagonistas del gol, sobresalió la figura de Grippo por su condición de defensa central. Hasta ahora, solo Mikel González, con su tanto logrado en Oviedo a la salida de un córner (lo hizo con el pie, no de cabeza), había aportado un tanto desde la línea de zagueros en el torneo de liga. Esta vez, el suizo dio un doble donación con su bello cabezazo, saltando en vertical y marcando los tiempos, que abrió el tanteador con el 1-0 ante los vallecanos. Porque además de su rol de defensa goleador, hizo posible que el Real Zaragoza marcase el primer tanto con la testa en acción corrida. Antes, el Real Zaragoza solo tenía incluido en su estadística un gol de cabeza: el de Toquero al Nástic de Tarragona, que conectó el alavés en el primer palo, cruzado, a la salida directa de un córner que botó Buff.

Cierto es que, para que Grippo estuviera por el área rival dispuesto a cabecear dentro la pelota, es fácil colegir que aquello se trataba de un balón parado previo. Y así fue... pero tuvo un prefacio que anuló ese origen. Para cuando Eguaras centró el balón que acabó en la red rayista tras el golpeo de Grippo, el córner de rigor había sido sacado en corto por el Zaragoza y la pelota había llegado retrasada hasta más allá del pico del área grande, abriendo espacios que nunca existen cuando el córner se lanza directo, soltando marcas y amarres. Pizarra. En puridad, fue un centro en jugada combinada. Como es sabido, los tantos de cabeza son siempre síntoma de recursos para un equipo que aspira a estar arriba. El fútbol aéreo es un arma recurrente que necesita de especialistas, tanto en el pase como en la definición y llegada al área desde segunda línea. En el gol de Grippo encontró el Real Zaragoza un ejemplo a revisar y clonar cuantas más veces le sea posible. Son goles desatascadores. Siempre de alto valor cuando se trata de partidos obturados y espesos. Centro largo y cabezazo en todo lo alto. Tan sencillo de describir como complicado de lograr. A veces, demasiadas, se echan mucho en falta estos mecanismos goleadores, otrora típicos del juego zaragocista.

Que Febas y Pombo, acometiendo los terrenos del área desde atrás, vieran puerta con acierto es, asimismo, una buena nueva para Natxo y el Real Zaragoza. Una sensación solo sentida hasta ahora en la noche de la víspera del Pilar en Lorca, cuando fueron Javi Ros y Papunashvili los que dieron el triunfo al equipo por 0-2 con dos tantos desde la segunda línea.

Borja Iglesias, el delantero titular, y Toquero, punta que viene cayendo a bandas aunque tienda siempre a buscar el área y la portería por pura vocación y mandato del ataque, siguen siendo, con 7 y 3 tantos respectivamente, los que más goles han cantado (el '9' gallego siendo el encargado de lanzar los tres penaltis que ha disfrutado a favor hasta ahora el Zaragoza). Es lo suyo. Como lo será en la figura de Vinícius (aún inédito ante el gol) según vaya acumulando minutos, si así sucede, por su misión como delantero. Pero el equipo necesita de los demás. No puede descansar todo el trabajo anotador en uno o dos jugadores. Como se vio el año pasado, cuando Ángel aglutinó casi el 80 por cien de los goles zaragocistas, eso no suele traer consecuencias demasiado buenas en términos globales durante una temporada. No podía sostenerse ese dato que denunciaba hasta ahora que, en La Romareda, solo marcaban Iglesias y Toquero y, el primero, solo de pena máxima.

Por todo esto, este duelo último ante el Rayo Vallecano, dentro de los abundantes grumos e impurezas que ofreció a pesar del vital triunfo final del Real Zaragoza que, en definitiva, es la cuestión mollar más positiva del momento, también destiló este tipo de detalles que animan a creer en la recomposición del deslavazado equipo de este primer tramo de la competición.

El grado de eficacia ofensiva ante un adversario mejor en casi todas las facetas del juego fue sobresaliente por parte aragonesa. Quizá por ahí también se aprecie una luz a seguir: sin tener tanto el balón como punto de inicio de los ataques, recurriendo a las contras más que otros días de más posesión, el Real Zaragoza de Natxo logró mejores opciones de gol. ¿Es una pista?

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