Zapater, la única luz

El capitán anotó en El Alcoraz su segundo gol de falta directa en la presente temporada. Un arte que, aunque quizá lo parezca, no es novedoso para él.

Alberto Zapater, concentrado antes de golpear el libre directo del 2-1 en Huesca.
Alberto Zapater, concentrado antes de golpear el libre directo del 2-1 en Huesca.
Rafael Gobantes

Dentro del naufragio generalizado del Real Zaragoza en Huesca, hubo un futbolista que se marchó especialmente dolido este lunes de El Alcoraz. Por sentimiento de pertenencia, identidad y amor a los colores, a nadie dentro del vestuario se le cruzó tanto la derrota en el derbi aragonés como a Alberto Zapater. El capitán no podía ocultar su rostro de decepción tras el pitido final. Suyo fue, además, el único destello de calidad zaragocista en los 90 minutos de juego. Su golazo de falta directa representó la única luz de la negra noche zaragocista.

Zapater anotó en Huesca su segundo tanto del campeonato, los dos de falta directa. El primero lo coló en la escuadra de Juan Carlos, el guardameta del Oviedo en el Carlos Tartiere. El segundo, lo alojó en un ángulo imposible para Remiro, el joven portero del Huesca. Dos lanzamientos impecables, sobresalientes para un futbolista del que siempre se destaca su pulmón y sus piernas, pero que este curso está destacando también por su habilidad en el golpeo del balón parado.

Su sistema de ejecución es académico: cuatro pasos cortos de carrera y golpeo seco con el interior, mezclando potencia y colocación. Aunque a muchos le está sorprendiendo en esta suerte, la relación de Alberto Zapater con los goles de falta directa no es nueva. Ya en su etapa con el Genoa italiano convirtió dos auténticos golazos desde una distancia parecida. El primero, además, lo anotó en su debut oficial ante la Roma para conseguir el definitivo 3-2 de la victoria. El segundo fue en la fase de grupos de la Europa League frente al Slavia de Praga checo.

Con los dos goles que suma en estas 13 jornadas, Alberto Zapater ya ha igualado su mejor registro goleador en una temporada con la camiseta del Zaragoza. En la 2004-2005 anotó uno (Real Sociedad), en la 2007-2008 hizo dos (Barcelona y Valladolid) y en la 2008-2009 otros dos (Murcia y Hércules). Aunque a él le importe poco, la suya fue la única luz zaragocista que brilló con luz propia en El Alcoraz.

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