Un derbi multicolor por los caprichos de la LFP y de los árbitros

Hasta hace una década, el blanquiazul Real Zaragoza jamás tuvo problemas para vestir así ante rivales azulgranas como el Huesca. Ahora, cada año es una ruleta.

Fotografías de diferentes derbis entre Huesca y Real Zaragoza desde 2009, con distintos colores y matices en unos y otros, tanto en El Alcoraz como en La Romareda.
Fotografías de diferentes derbis entre Huesca y Real Zaragoza desde 2009, con distintos colores y matices en unos y otros, tanto en El Alcoraz como en La Romareda.
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Durante décadas y décadas, los partidos Real Zaragoza-FC Barcelona, clásicos entre blanquiazules y azulgranas en el fútbol español, se jugaron siempre sin problemas con los dos uniformes oficiales de ambos clubes. Totalmente nítidos los jugadores de los dos equipos, tanto desde el propio césped como desde las gradas de los estadios pertinentes.

De repente, llegó la moda cromática al fútbol-empresa-negocio de la modernidad y viene a resultar que, ahora, no puede jugar un equipo que viste camiseta blanca, pantalón azul y medias blancas con detalles azules contra otro que luce camiseta azul y grana a rayas verticales, pantalón azul oscuro y medias azules oscuras con detalles granates. De esto hace menos de 10 años. Esa normativa que muchas veces hace actuar a los ejecutivos de la Liga de Fútbol Profesional de manera caprichosa o extrañamente arbitraria para obligar a unos y otros a cambiar parte de su indumentaria, si no es toda, cuando surge un duelo así. La aparición de más equipos azulgranas en la élite, caso en su día del Extremadura, ahora del Eibar o el Huesca (también, recientemente, el fugaz Llagostera) ha llevado al Real Zaragoza a tener que valorar esta forzada circunstancia cada año.

Este partido entre aragoneses, SD Huesca-Real Zaragoza, que tiene este lunes un nuevo capítulo en el estadio de El Alcoraz se ha convertido por ello en un derbi multicolor por los designios de la Liga de Fútbol Profesional y, por derivación y exceso de celo en la aplicación de la normativa sugerida desde las altas instancias, también de los árbitros. Mirar el álbum de fotos de los choques entre ambos equipos, tanto en La Romareda como en El Alcoraz, supone descubrir un sorprendente abanico de matices en unos y otros uniformes que, en puridad, deberían ser accesorios y no producirse porque, sencillamente, no son necesarios.

El Huesca ha jugado en La Romareda con su vestimenta oficial sin problemas (hace 3 años), del mismo modo que lo hizo el Real Zaragoza en El Alcoraz hace dos campañas. Prueba inequívoca de que se puede.

Pero, asimismo, los oscenses debieron cambiar su pantalón azul por otro rojo cuando visitaron el estadio zaragozano, sin ir más lejos, la temporada pasada. Un caso que también se dio en el duelo de la segunda vuelta en su campo a instancias del árbitro de turno. El asturiano González Fuertes, una hora antes del partido en Huesca, dijo que el Zaragoza no podía jugar con el pantalón azul, que es el que había llevado en los baúles. Y la gentileza oscense, que no tuvo inconveniente en ponerse su segunda pantaloneta -la granate-, evitó un lío mayúsculo por esta tontería.

Uno de los casos más diferenciales tuvo lugar cuando, hace tres campañas, el Real Zaragoza debió jugar con su uniforme avispa, algo que paradójicamente hizo peor el remedio que la enfermedad. Ese año, la espalda de las camisetas gualdinegras era totalmente oscura como el carbón. Y el frontal también tenía predominio del negro sobre las rayas verticales amarillas. Con el pantalón asimismo negro y las medias del mismo tono, la confusión con el azul oscuro del Huesca, tanto en los calcetines, como en las pantalonetas como, también, en las camisetas, generó un problema palmario, mucho más con la deficiente iluminación que en ese momento tenía en campo altoaragonés.

En la primera visita liguera del Real Zaragoza moderno a la SD Huesca, en el anterior descenso, se dio la misma circunstancia que va a verse en 2017 en El Alcoraz. La LFP obligó al cuadro que entrenaba aquel curso Marcelino García Toral a cambiar su pantalón azul y ponerse uno blanco. Todo de blanco impecable jugó el Zaragoza en Huesca.

Total, que los partidos del Real Zaragoza ante equipos que visten de azulgrana son una ruleta cada año. Este variopinto historial en tan solo ocho duelos en Segunda demuestra que entre los responsables de este asunto cromático no hay rigor. Al menos, un rigor con fundamento. Lo que sirve un año no vale al siguiente. Y vuelta a empezar. La competición futbolística ha entrado en unos derroteros que carecen de sentido común en muchas de sus vertientes. Esta de los colores de los uniformes es una de las más evidente. Y admite más recordatorios...

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