Con todo y con todos

Todo y todos. El careo del lunes en el Alcoraz lo reúne todo y lo quieren jugar todos. Nadie se escaquea en la vigilia. Salvo los lesionados de larga duración, todos los demás están dispuestos. Bardají, Kilian y Nagore integran la nómina del bajas del Huesca. Aunque este miércoles se presentara Gonzalo Melero en chándal y zapatillas a la sesión de trabajo del Huesca, se da por seguro que este jueves se calzará las botas de tacos para entrenarse a las órdenes de Rubi en el prado de Montearagón. En Zaragoza, el panorama se divisa con la misma perspectiva. Solo Wilk se encuentra de baja. Los demás dicen presente. El ariete Borja Iglesias señala alguna molestia en el glúteo, pero la cuestión en ningún caso cabe elevarla al rango de problema. El resto de los jugadores zaragocistas se ejercitó en la este miércoles con absoluta normalidad en la Ciudad Deportiva. Lo dicho, nadie quiere perderse la cita subrayada en el calendario de los dos equipos aragoneses censados en Segunda División.

El Huesca no pudo contar el pasado fin de semana en el Carlos Belmonte de Albacete ni con Juan Aguilera ni con Rajko Brezancic. El centrocampista, vector director del fantástico trivote que configura con Sastre y Melero, sufrió el pasado día 17 la fractura del cuarto metacarpiano de la mano derecha. Iba a estar cuatro semanas inactivo, según la previsión inicial; pero ya se entrena.

Este miércoles lo hizo con un vendaje sobre el dedo fracturado. Solo hay que ver el partido de Albacete de Enrique Martín para confirmar su trascendencia en el sistema de juego altoaragonés. Si Aguilera quiere (que querrá...), el lunes volverá a ser el motor azulgrana. Brezancic también ha mejorado sensiblemente de su dolencia. El balcánico sufrió una rotura de fibras hace un mes. Si Rubi así lo estima, el lunes ocupará el callejón izquierdo intentando tapar las galopadas de Toquero. Por tanto, comparecerán en el derbi Aguilera y Brezancic. Y Melero. Sobre todo, Melero, el que ayer llevaba chándal y zapatillas mientras sus compañeros sudaban. Melero es el llegador del trivote mágico del Huesca. Llegador y finalizador. Y goleador: lleva seis goles, uno más que Cucho Hernández. Entre los dos han rubricado 11 de los 14 goles del Huesca. El descanso adicional con que oficialmente se justifica la presencia ausente de Melero en el entrenamiento de este miércoles está más que justificado. Tanto como la planificación para que llegue en plenitud al encuentro del lunes.

En el laboratorio de la carretera de Valencia, el técnico Natxo González y su grupo de trabajo continúan preparando con mimo el partido. Los jugadores se suelen lesionar cuando se entrena mal. Este miécoles volvieron a ejercitarse todos los futbolistas censados en el Real Zaragoza. La suposición de que algo está haciendo bien el preparador físico, Javier Chocarro, se oficializa día tras día. Igual en los partidos que en los entrenamientos. En los partidos, ya ven, hasta cuando no se juega del todo bien, como en el Viejo Nervión o ante la Leonesa, siempre se llega con fuerzas a los minutos finales. Otra cosa es que Papunashvili no vea a Febas en Sevilla, o que Vinícius Araújo no encuentre la portería de la Cultural. Cuatro puntos más, casi nada... La historia sería otra habiendo jugado igual, ¿verdad? En los entrenamientos, la idoneidad del trabajo también se aprecia en la ausencia de lesionados, de tratamientos individualizados, tan habituales antaño.

Ros y Benito, últimos integrantes en la nóminas de bajas, ya hace una semana que se encuentran aptos. Buff no compareció en la sesión del sábado, pero disfrutaba de permiso del club. Este jueves se volverá a ejercitar el primer equipo. Después de una sesión dedicada a tareas generales, este jueves ya se comenzará a examinar la singularidad del Huesca. Todo el mundo es consciente de que El Alcoraz debe impulsar a un Zaragoza que, pese a las esperanzadoras sensaciones que desprende y lo bien que entrena, cuenta con un punto menos que en el pasado ejercicio liguero en esta misma franja de competición.