Papunashvili hablará georgiano este sábado

El extremo del Real Zaragoza coincidirá con su paisano Aburjania, que milita en el Sevilla Atlético. Ya lo hizo hace unos días con Kakabadze, del Nástic. Son los 3 de Georgia en España.

En la fotografía, colgada por Aburjania en su Twitter el 2 de julio, aparece en el centro el georgiano del Sevilla Atlético. A la izquierda de la imagen, Kakabazde, el lateral del Nástic. Y a la derecha, Papunashvili, que sería presentado por el Real Zaragoza tres días después. Adjunta aparece la alineación de Georgia sub 21 en su triunfo por 0-3 en San Marino en junio de 2015, con los tres jugando como titulares en el flanco derecho del equipo.
En la fotografía, colgada por Aburjania en su Twitter el 2 de julio, aparece en el centro el georgiano del Sevilla Atlético. A la izquierda de la imagen, Kakabazde, el lateral del Nástic. Y a la derecha, Papunashvili, que sería presentado por el Real Zara
Twitter Aburjania/HA

Giorgi podrá hablar con Giorgi este fin de semana en perfecto georgiano. Sí, Giorgi Papunashvili con Giorgi Aburjania. Los dos, el extremo del Real Zaragoza y el centrocampista del Sevilla Atlético, son de Tbilisi, la capital de Georgia. No es un juego de palabras. Son dos de los tres compatriotas de la ex república soviética que juegan en España. El tercero es el lateral diestro del Nástic de Tarragona, Otar Kakabadze, también un muchacho de 22 años de Tbilisi, con el que Papu ya pudo charlar en su complicado (para los del oeste de Europa) idioma hace pocos días en La Romareda. Los tres fueron compañeros en todas las selecciones base georgianas, hasta la sub-21. De hecho, conformaron muchos partidos la banda derecha entera: Kakabadze el lateral, Aburjania el medio centro y Papunashvili el extremo.

Para alguien que está teniendo en el habla, en la comunicación, el principal problema de adaptación rápida al destino español, caso de Papunashvili con Zaragoza, encontrarse en el camino de vez en cuando a algún compatriota debe ser una bombona de oxígeno de 100.000 litros. Con Kakabadze está cerca, pues Tarragona queda a un paso si deciden verse algún día. Con Aburjania, la cosa está más complicada por el destino de éste en Sevilla. Pero lo buscan, lo intentan y lo logran alguna vez. En julio, en los días previos al comienzo de las respectivas pretemporadas del Nástic, el Sevilla Atlético y el Real Zaragoza, los tres de Georgia estuvieron juntos varios días de sus vacaciones en territorio español. No se olvide el detalle de que, en Zaragoza, no hay un solo traductor de georgiano residente. El día de la presentación del jugador, tuvo que venir de fuera. Tal es la rareza del caso.

Aburjania, por cierto, vino a España por la vía del propio Nástic, como Kakabadze. Por la misma gatera del imprescindible ámbito de la representación. El ahora jugador del filial sevillano tiene 22 años y debutó en el Nástic hace dos ligas, con 20, tras llegar en el mercado invernal. Jugó 16 partidos, 15 de ellos como titular, y marcó dos goles. Se trata de un medio con poderío físico, de 1,87, que ya ha debutado -como Papunashvili- en la selección absoluta de Georgia.

Tras su buena irrupción en Tarragona, el Sevilla lo captó enseguida para su equipo B y se lo llevó fichado allí hace dos veranos, aprovechando el ascenso a Segunda del equipo B, donde repite campaña. El curso anterior, Aburjania asomó en las alineaciones del Sevilla Atlético en 13 partidos, solo tres de ellos desde el inicio. No marcó goles, no tuvo demasiado protagonismo. Mucho menos del esperado por su currículum y expectativas. Asuntos relativos al idioma y la adaptación tuvieron que ver en ello, entre otras cuestiones de índole deportiva.

En esta temporada, donde los cachorros sevillistas no levantan cabeza en la clasificación, Aburjania ha jugado en 5 de las 10 jornadas, aunque solo en una ocasión como titular, en la derrota por 0-1 ante el Reus. El pasado domingo, cuando su equipo perdió 2-1 en Albacete, el georgiano del Sevilla B salió desde el banquillo ya antes del descanso, en el minuto 33, sustituyendo al lesionado Mena.

Por todos estos detalles, menores vistos desde aquí, pero enormes para tres ciudadanos casi adolescentes de Georgia que están recién llegados -en cierto modo- a un lugar tan diferente al suyo de origen como es España, este encuentro entre Papunashvili y Aburjania va a ser para ellos algo muy importante a 5.000 kilómetros de sus casas maternas.

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