La cuota de puntos perdidos en casa va demasiado deprisa

En 5 partidos, el Real Zaragoza ya se ha dejado marchar 9 de los 15 disputados en La Romareda. Esa dinámica debe ser erradicada cuanto antes.

Cinco partidos ha disputado ya el Real Zaragoza como local en esta liga 2017-18. Solo ha ganado uno, 3-0 al Numancia. En los otros cuatro, le han volado puntos de su feudo. Hasta 9 de los 15 dirimidos, o sea, el 60 por ciento. Dejó de sumar dos cada día en tres duelos, los tres empates ante Granada, Nástic de Tarragona y Osasuna, todos 1-1. En total de esa tacada de 'X', se han esfumado del estadio municipal 6 puntos, a los que hay que sumar la derrota que completa el balance, aquel 0-1 frente al Alcorcón. Ahí están los 9.

Es un ritmo demasiado ligero en cuanto a pérdida de puntos como locales. Un déficit que urge erradicar cuanto antes por parte de Natxo González y sus muchachos. El promedio, de no aliviarse de inmediato, no habla bien del porvenir. Es algo que no admite muchos debates. Quizá ninguno.

Ahora bien, en una liga como es la Segunda División española de los tiempos modernos, los de los topes salariales, los de la intervención de la Liga de Fútbol Profesional en los presupuestos y la conformación de las plantillas, los de la igualdad máxima entre la mayoría de los 22 clubes, al Real Zaragoza aún le queda margen de maniobra para rectificar, a base de jornadas y meses de competición, estos números y estos porcentajes como local que ahora son feos. Analizando las cifras de puntos perdidos en casa por los equipos que, en las cuatros ligas anteriores (las que ha vivido el Zaragoza en la categoría de plata) lograron el ascenso, todavía se puede mover la cintura para que la suma global cuadre en junio, cuando la clasificación final decide los premios y los castigos. Es decir, que la cosa, cierto es, no va nada bien a mitad de octubre por este flanco, pero no se trata de algo irreversible o que no tenga el remedio a mano.

Mirar lo que hicieron como locales los equipos que ascendieron en los últimos cuatro años nos ayuda a entender por dónde se mueven las líneas de permisividad a la hora de dejar escapar puntos en La Romareda.

El mejor de todos fue el Levante del año pasado. En todo el curso solo perdió 9 puntos, los mismos que ya ha extraviado el Real Zaragoza a fecha de hoy, con 3 empates y una derrota (anecdótica para ellos, el último día ante el Huesca, ya como campeones).

El Girona, que fue 2º y subió directo con los granotas, se dejó ir de Montilivi 21 puntos, con 6 empates y 3 derrotas. Y el Getafe, que acabó 3º y más tarde ascendió en la Promoción, perdió en el Coliseum Alfonso Pérez algo menos, 15 puntos, a base de 7 empates y una sola derrota. Estos datos se corresponden a un formato de liga con una puntuación media-alta en cabeza, pues el Levante ganó el campeonato con 84, el Girona fue subcampeón con 70 y el Getafe alcanzó los 68.

Si atendemos a la otra liga, de las últimas 4, que tuvo puntuación alta, la 2014-15 (hace tres campañas), los equipos del éxito de ese año se dejaron escapar ante su público entre 13 y 18 puntos. El campeón, que fue el Betis, vio volar del Villamarín 18 (tres empates y cuatro derrotas). El 2º clasificado, el Sporting de Gijón, se dejó arañar en El Molinón un total de 13 (seis empates y una sola derrota). Y el tercero que ascendió, la UD Las Palmas al ganar el 'play off' final al Real Zaragoza, alcanzó la 4ª plaza en la liga regular perdiendo en el estadio de Gran Canaria 14 puntos (cuatro empates y dos derrotas). El equipo zaragocista, en el único año que logró pelear por ascender, sufrió la pérdida en La Romareda de 26 puntos (siete empates y cuatro derrotas). Ese año, el Betis acabó con 84 puntos; el Sporting de Gijón obtuvo 82; y Las Palmas promocionó para ascender con 78. La plaza de 'play off' de los zaragocistas, que fue la 6ª, costó ese curso 61 puntos.

Las otras dos ligas del último cuatrienio han sido torneos diferentes, de cotas bajas de puntuación en la parte de cabeza, fruto de una mayor igualdad en una franja muy ancha de la clasificación. Hace dos años, en la 2015-16, el Alavés fue campeón con solo 75 puntos y el Leganés subió como 2º con 74. Y el Osasuna, que ascendió en la Promoción que le regaló el Real Zaragoza tras la catástrofe de Palamós ante el Llagostera, lo hizo como 6º en la tabla con 64. Pues bien, aquel Alavés campeón se dejó quitar en Mendizorroza 22 puntos (ocho empates y dos derrotas). Y el Leganés que lo siguió, dejó de sumar en Butarque 20 puntos (siete empates y dos derrotas). El Osasuna que ascendió de rebote y tirabuzón final, lo hizo tras ser asaltado en El Sadar por un monto de 27 puntos (nueve empates y tres derrotas).

La otra que falta por reseñar, la 2013-14 (la primera del Zaragoza en el pozo), es la que presenta unos ascensos más baratos hasta ahora. El Eibar fue campeón con apenas 71 puntos y el Deportivo de La Coruña subcampeón con 69. Los eibarreses dejaron marchar de Ipurúa 24 puntos (seis empates y cuatro derrotas), mientras que los gallegos perdieron 30 (nueve empates y cuatro derrotas). El otro ascenso de ese año fue aquel del Córdoba, como 7º clasificado, circunstancia excepcional provocada porque el Barcelona B, filial sin derecho a subir de categoría, se coló 3º e hizo moverse en podium de promocionables. Los cordobeses obtuvieron el gordo de la lotería tras dejarse en El Arcángel 29 puntos, que les volaron a través de siete empates y cinco derrotas.

Estos números evidencian que, en la Segunda División de 22 equipos y 42 jornadas, hay tiempo para sufrir un par o tres de pájaras durante los 10 meses de liga y, también, para recuperar a domicilio series tan llenas de máculas en campo propio como las referidas.

Esta es la parte buena del análisis y la advertencia de lo que está sufriendo el Real Zaragoza en lo que va de liga en lo referente a su deficiente solvencia hasta ahora como local en La Romareda. Hay tiempo más que de sobra para mejorar rendimientos y réditos.

Pero, obviamente, el bote pronto, los síntomas del inicio, lo hecho en el estadio municipal en los primeros 5 partidos, necesita un cambio de rumbo súbito en el Real Zaragoza a partir del próximo duelo como anfitriones, que será el viernes 27 contra la Cultural Leonesa. Es perentorio que las victorias comiencen a llegar en series largas, hasta hacerse mayoría y costumbre.

Por el momento, el colchón permitido de puntos perdidos en casa ha ido desinflándose demasiado rápido. Se trata de un asunto mayor a solucionar por Natxo y el grupo de jugadores. El público, sujeto paciente de los efectos de estos números, está teniendo una actitud ejemplar pese a esta dinámica adversa. ¿Se imaginan cómo será el ambiente de La Romareda si los triunfos comienzan a llegar uno tras otro cada 15 días?

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