Feliz noche del Pilar con el claro triunfo del Zaragoza en Lorca

Javi Ros y Papunashvili marcaron los goles aragoneses en el 0-2 logrado en tierras murcianas, tras un partido poco vistoso pero muy efectivo de los de Natxo González.

Borja Iglesias durante el Lorca-Zaragoza.
Borja Iglesias durante el Lorca-Zaragoza.
Paco Alonso

Oficio, seriedad y, por fin, solvencia acorde a las características del partido de turno. Eso fue lo que aplicó el Real Zaragoza en la noche de este miércoles en Lorca para llevarse 3 puntos magníficos al derrotar por 0-2 a los murcianos a través de dos goles anotados en la segunda mitad. El equipo fue de menos a más, mostrando madurez y criterio en un choque trabajo, con un perfil arisco, de esos que habrá que saber ganar muchas veces durante la temporada por cómo es la Segunda División española.

Fea, espesa, insípida resultó la primera parte. Con demasiados errores de bulto en el pase por parte de ambos equipos. Ello repercutió en una carestía tremenda de llegadas al área rival con cierto orden. Fue todo corazón por parte murciana y un querer y no poder por el bando aragonés. Hasta tal punto que, en 45 minutos, solo se pudieron anotar dos ocasiones de gol, una por bando, ambas en el primer cuarto de hora. Los locales, con un sistema que acumula hasta cinco centrocampistas pululando permanentemente por la zona ancha, nunca combinaron con decisión en cuanto se acercaron cerca de Cristian Álvarez, muy tranquilo como siempre. Y los muchachos de Natxo González, que quisieron domar la pelota con mayor gusto, anoche no tenían la inspiración de días anteriores. Se echó en falta a los dos ausentes en la línea creativa, Eguaras y Buff, suplentes por decisión táctica del técnico vitoriano.

El Lorca empezó mejor. Fue el que mandó en los primeros 15 minutos. De cabo a rabo. Sus salidas en el Artés Carrasco son siempre plenas de ímpetu y ese guión no cambió en absoluto. En el primer minuto contabilizaron su gran opción para adelantarse en el marcador. A la salida de un córner ensayado, Nando retrasó la pelota rasa para que el lateral Adán empalmara un potente chut desde 25 metros que el portero zaragocista tuvo que envíar a córner con apuros, cerca de la escuadra, tras tocar levemente en un zaguero rojillo (así vistió el cuadro zaragozano). Por fortuna para los de Natxo, fue el fruto único de la efervescencia lorquina. No habría más riesgos verdaderos antes del descanso.

El punto de inflexión lo marcó Febas, cuando en el 15 estuvo a punto de anotar el 0-1. El leridano empalmó al borde del área un balón centrado raso por Javi Ros y dejado pasar con inteligencia por Delmás en el pico del área tras uno de los numerosos saques de esquina de los que dispuso el Real Zaragoza en la primera fase (hasta 8). Su chut, que iba dentro, lo sacó a córner con la yema de los dedos el exzaragocista Dorronsoro, en una gran parada, que puso el balón fuera del marco, rozando el poste derecho de su marco. Ahí espabiló el cuadro zaragocista.

Pero no sacó nunca provecho a la movilidad en los desmarques de Borja Iglesias, muy marcado por Cruz y Peña en alternancia. Ni hubo entendimiento nunca con las líneas que abríó Toquero, que corrío en balde las más de las veces. Las subidas de los laterales, Delmás y Ángel Martínez, nunca acabaron con centros buenos. Febas caracoleó según su rigor habitual, pero esta vez no concluyó positivamente nada. Zapater y Ros, la vieja guardia en la medular, sufrieron a sus espaldas en las contras y siempre actuaron con suma cautela hacia arriba, casi nulos en esa labor tan necesaria. Y Raúl Guti, la novedad como mediapunta, no anduvo fino. Con muchas lagunas de ausencia en la circulación de la pelota.

Lo más que logró el Real Zaragoza en sus momentos de empuje fue provocar los citados córner sobre Dorronsoro, todos restados por sus defensas. Ahí también se añoró a Buff, el mejor pateador del equipo hasta ahora desde las esquinas. Los intentos de contragolpe locales se aplacaron bien y a tiempo. El reloj corrió deprisa, sin sustancia en el ir y venir de unos y otros. Y el intermedio hasta se agradeció. Como siempre en este tipo de campos, a los zaragocistas (sean los que sean, es cuestión de idiosincrasia) se les atragantó el escenario.

A los de Natxo les vino de maravilla la charla del ínterin y salieron más convencidos en el segundo tiempo. Y el fruto solo tardó en llegar 3 minutos. Javi Ros, llegando desde atrás en carrera, empalmó raso un centro de Ángel Martínez en el área en una contra llevada por Borja Iglesias en posición de extremo zurdo y, con la colaboración de Dorronsoro, anotó el 0-1 para poner el partido en otras coordenadas bien diferentes a las previas. Un tanto que al navarro le servía de estímulo, de empujón moral para recuperar su tono más positivo, extraviado hasta ahora.

Como era natural, el Lorca reaccionó de inmediato. A su estilo. Por acumulación de gente al borde del área y con balones tocados rápidos. En el 54, Nando, su atacante más clarividente, remató mordido en el área tras una pared con Ojeda y Cristian Álvarez sacó a córner con apuros junto al larguero. A la salida de ese saque de esquina, el arquero argentino falló en su salida y Fran Cruz remató de cabeza alto desde cerca. Dos avisos en uno que advertían a los zaragocistas de la conveniencia de no especular con la ventaja mínima. Los nervios empezaron a fluir en las piernas de los murcianos y Curro Torres, su entrenador, se vio obligado a mover el banquillo a falta de 25 minutos.

Febas pudo matar el partido en el 63. Tuvo el 0-2 a su merced, en un contragolpe de nuevo fabricado por Borja Iglesias desde el área propia. Con la pelota controlada en la misma frontal del área y todo a favor, el ‘14’ zaragocista disparó alto, mal. Fue una acción en superioridad que debió significar la puntilla. Sin embargo, la réplica local casi costó el empate. El recién salido Merentiel empalmó alto, desde muy cerca, un balón suelto tras un barullo ante Cristian Álvarez. Un susto morrocotudo instantes después. Una jugada que espoleó al públicó del Artés Carrasco y, de rebote, a sus jugadores.

Natxo quitó del campo al tarjeteado y cansado Zapater y metió a Eguaras en la recta final en busca de frescura para salir desde la retaguardia. El empuje murciano había metido demasiado atrás a los tomates. Se iba a jugar todo a la contra, guardando como oro en paño el 0-1.  Así, a falta de un cuarto de hora, el Lorca provocó otra jugada de gol que Nando voleó en el área alto por muy poco. O llegaba en una contra el tanto tranquilizador de los de Natxo o el sufrimiento parecía anunciado con estas hechuras de juego.

Curro Torres se la jugó definitivamente con los dos últimos cambios, de talante ofensivo. Natxo dio más oxígeno al equipo introduciendo en juego a Papunashviili por el agotado Toquero. Y eso fue mano de santo. El preparador zaragocista le ganó la mano al lorquino. En el primer balón que tocó el internacional georgiano, firmó el 0-2. Lo hizo a placer, en el área, con un toque sutil de rosca, tras una dejada de Febas en otro centro desde línea de fondo de Ángel Martínez, un puñal por su banda. Faltaban 10 minutos y el triunfo ahí pareció, ya sí, en el bote. De hecho, el Lorca pareció bajar los brazos definitivamente tras semejante mazazo y Febas dispondría de inmediato de una ocasión pintiparada para el 0-3. Rebasó a Dorronsoro con un toque suave tras un centro de Guti y dio tiempo a Peña de salvar bajo palos ese insuficiente remate en el minuto 82.

En ese breve rato final, el Real Zaragoza se gustó con el balón. La presión local ya no era como hasta poco antes. Aun así, en la última combinación del Lorca, Nando pudo marcar el tanto del honor, solo en el área ante el relajo de los aragoneses. Verdasca, cruzándose veloz, evitó empañar el marcador final y permitió enlazar el segundo partido seguido sin encajar un tanto. Otra gran noticia en este segundo triunfo zaragocista a domicilio (tras el de Córdoba) y, sobre todo, el segundo consecutivo después del logrado tres días atrás frente al Numancia, que sacan a los de Natxo de la cola y van reubicando a los blanquillos en una zona cada vez más alta. El plan de la semana va viento en popa y a toda vela.

Los abrazos colectivos del equipo sobre el césped del estadio Artés Carrasco resumieron el valor de este magnífico 0-2 en Lorca. Se ha pasado el susto del primer mes y medio de liga y, paso a paso, el Real Zaragoza comienza a saber ganar. Seis de seis en los dos primeros partidos de esta semana triple es un perfecto balance de puntos para que el equipo blanquillo gane en fe, en autoestima y observe con todo el optimismo posible lo que viene por delante. Se ha salvado el bache inicial que anunciaba curvas de no hacer lo que los de Natxo están haciendo en estas dos semanas clave. Si se incluye el punto arrancado en Oviedo y el anterior empate, en circunstancias anómalas, frente al Nástic, el Real Zaragoza acumula cuatro jornadas seguidas puntuando. Una órbita que se convierte, por decantación, en sobresaliente. El domingo, de nuevo en La Romareda ante el Osasuna, viene el redondeo a esta dinámica que ha cambiado por completo las vibraciones dentro y fuera del grupo.

Ficha técnica

Lorca FC: Dorronsoro; Adán (Javi Muñoz, 78), Fran Cruz, Peña, Pomares; Bustos, Eugeni; Nando, Noguera, Ojeda (Merentiel, 64); y Manel (Carlos Martínez, 78).

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Delmás, Mikel González, Verdasca, Ángel Martínez; Zapater (Eguaras, 69), Javi Ros; Toquero (Papunashvili, 78), Raúl Guti, Febas (Buff, 85); y Borja Iglesias.

Árbitro: Gorostegui Fernández (Comité Vasco). Amonestó a Fran Cruz (7), Zapater (56) y Bustos (84).

Goles: 0-1, min. 48: Javi Ros. 0-2, min. 80: Papunashvili.

Incidencias: Noche cálida en Lorca, al sur de Murcia, con 22 grados al inicio del choque (22.00) tras un día veraniego, por encima de los 33. El césped del estadio Artés Carrasco presentó calvas y baches en diversas zonas del campo, irregular. En las gradas, aptas para 8.000 espectadores, el aforo giró alrededor de los 6.000. La iluminación del estadio lorquino no es buena, con zonas de penumbra.

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