La adaptación express de Buff

Mucho esfuerzo y mucha voluntad. Así se explica que Oliver Buff, nacido y crecido en Baden, en la más profunda comunidad alemana de Suiza, se subiera este jueves al estrado de la sala de prensa de la Ciudad Deportiva sin complejos y con alegría después de apenas tres meses en Zaragoza. Sorprendió con un aceptable español, signo de su empeño en adaptarse rápido a una nueva cultura y sobre todo a un nuevo fútbol. “Todo es muy diferente a Suiza. Hay más calidad, el ambiente es distinto… España es un país de fútbol, en Suiza no va mucha gente al estadio”, reconoce.

Antes de firmar por el Zaragoza e incluso de que acabara la temporada pasada, a finales de mayo, Buff aceptó la invitación de Lalo Arantegui de visitar la ciudad y las instalaciones de entrenamiento. Aún no había aceptado la oferta aragonesa y consideró esencial viajar desde Zurich para reconocer el terreno, el estilo de vida, el estadio... Manejaba ofertas de Alemania y le atraía España, pero quería asegurarse de que su adaptación tendría un buen punto de partida antes de tomar una decisión. La visita de Buff a Zaragoza resultó clave para que aceptara la propuesta aragonesa. Al llegar, enseguida, reclamó un profesor de español y se pegó a un diccionario que le acompaña habitualmente. “Quiero aprender para poder hablar con la gente de Zaragoza y con mis compañeros. Es importante para mí”, resalta.

Buff se ha consolidado como la cabeza ofensiva del rombo con el que Natxo González diseña el centro del campo del equipo. Ya ha marcado un gol y se ha revelado como un futbolista con talento, pase y sentido colectivo. “Aquí será más complicado meter goles que en Suiza, pero trabajaré para anotar más. Más tengo que meter, ¿no?”, bromeó. A Buff no le inquieta el comienzo de temporada. “Somos un equipo nuevo. Es normal que necesitemos algo de tiempo. Si jugamos como en los últimos partidos, vamos a ganar muchos”, indicó el mediapunta suizo. “Estamos tranquilos porque hay mucha calidad en este equipo”, asegura en un emergente español. “Jugando como en la segunda parte de Oviedo, lo normal es ganar”, remata.