La cuerda que sujeta el argumentario del Real Zaragoza en este comienzo de temporada comienza a estrecharse. Hasta ahora, el equipo aragonés sobrevive entre la serenidad y la paciencia gracias a sus buenos modales, un juego más prometedor que efectivo, con varios instrumentos bien tocados y un conjunto de ideas futbolísticas que ha aparecido coherente, ordenado y con intenciones. Pero el tiempo en el fútbol no lo mueve un reloj sino los resultados. Eso mismo le falta al Zaragoza: confirmar su buena partitura con música redonda, con victorias. Visita este lunes al Oviedo (21.00/GOL), a un histórico también en busca de su sentido, en un partido en el que necesita sumar tres puntos para mantenerse agarrado a la pelea buena de la liga y no perder pie con las posiciones nobles.

De lo contrario, hay vagones que comienzan a partir. La competición está tan alocada e imprevisible como suele, quizá más que nunca, sin dueño ni gobiernos claros, en una Segunda División que va moldeándose una genética de liga ultracompetitiva e igualada.

El Zaragoza visita al Oviedo con las bajas de Grippo y Alberto Benito. La ausencia del lateral derecho resquebraja la pizarra de Natxo González y le priva de una pieza esencial en sus engranajes ofensivos. El sistema del Real Zaragoza estaba muy condicionado por la capacidad creativa de Benito, un lateral físico, técnico e inteligente, con fútbol suficiente para dar profundidad y amplitud a su equipo, pero también para tocar hacia dentro.

Delmás deberá confirmarse como una alternativa de garantías. Su energía, su temperamento y su colmillo competitivo son buenos recursos para comenzar a hacerlo. Será la principal novedad de una alineación en la que Natxo apunta a realizar algún ligero retoque más. En este sentido, la verticalidad de Papunashivili puede tener su oportunidad. También el técnico ha meditado esta semana la titularidad de Guti. Entre Eguarás, Buff y Febas saldría un damnificado.

Otro de los medios del equipo, Javi Ros, regresa a la convocatoria. Volvió a quedarse por segunda jornada consecutiva fuera de la lista Pombo, a quien Guti le ha adelantado por la izquierda.

Natxo González seguirá fortaleciendo la apuesta por su modelo táctico, ese complejo sistema que alterna la figura entre el 4-4-2 en rombo cuando tiene la pelota y el 4-4-2 con doble pivote cuando se defiende. Enfrente tendrá un adversario al que su técnico, Anquela -ese tipo de hombre de fútbol que siempre que puede habla bien del Zaragoza- aún no le ha impreso todo su estilo.

Como a Natxo González, a Anquela aún le faltan horas de taller con su equipo. Aun así, el Oviedo garantiza batalla y fuego competitivo. Morderá y correrá. Signos de su fútbol bien explicados por el dato de que es el equipo que más faltas hace, mientas que el Zaragoza es el que más recibe. El colegiado, Pulido Santana, deberá marcar los límites reglamentarios.

Anquela cuenta con varias ausencias para configurar su 4-4-1-1 en el que Toché y Saúl Berjón se han revelado en sintonía con el gol en este comienzo de curso. Son bajas Fabbrini, Hidi, Varela, Mariga, Viti, Cortina y Johannesson, por lo que el técnico jienense cuenta con los efectivos justos para componer la convocatoria.

Es lunes, pero hay fútbol. Y hay necesidad en el Real Zaragoza. Ya hay que ganar.