Oviedo, una visita históricamente complicada para el Real Zaragoza

No es Oviedo un lugar de fácil visita para el Real Zaragoza. Los aragoneses disputarán este lunes su 39º partido oficial en la capital asturiana con un negativo balance de cuatro victorias, siete empates y 27 derrotas. Pocos estadios, uniendo el antiguo y el nuevo Carlos Tartiere, presentan un peor bagaje que el del Oviedo, uno de los clásicos rivales del Zaragoza desde principios de los 50 hasta finales de los 90.

La historia del Zaragoza en Oviedo comienza mal desde el principio: siete de sus ocho primeras visitas terminan con derrota. No es hasta la novena, en la temporada 1955-1956, cuando el Zaragoza logra conquistar los tres puntos de una tacada. Fue en mayo, un 0-1 con gol de Avelino Chaves. El siguiente triunfo fue a principios de los 60, concretamente en febrero del 62, un 0-2 con doblete de Lapetra.

Aquella del 62 sería la última vez que el Real Zaragoza ganaría en Oviedo hasta prácticamente el nuevo milenio. Los enfrentamientos del resto de los años 60, 70, 80 y casi todos los 90 fueron de signo asturiano. Siempre que se cruzaban en Primera (o esporádicamente en Segunda), el máximo rédito era un empate. Eran visitas frustrantes. Algunas se escapaban por detalles, con marcadores igualados y partidos reñidos, y otras directamente terminaban en goleada (hubo algún 6-0, 5-0, 4-1...). No había forma de ganar en el Tartiere a pesar de que luego, con la clasificación definitiva en la mano, el Zaragoza era habitualmente mejor equipo, más compacto y con mejores jugadores. Sin embargo, había algo en ese campo que impedía sumar de tres en tres.

La tercera victoria del Real Zaragoza en Oviedo fue 37 años después de la segunda. Concretamente en abril de 1999, con Txetxu Rojo en el banquillo y Milosevic como goleador. Los aragoneses vencieron 1-2 en un partido muy ajustado. Se adelantaron con un tanto en propia del centrocampista Bango en el 80, Milosevic anotó el 0-2 en el 83 y el oviedista Dely Valdés hizo el definitivo 1-2 en el 89. Por fin el Zaragoza volvía a ganar en el Carlos Tartiere.

El último triunfo, el último precedente victorioso del Zaragoza en Oviedo, es una mañana bien recordada por la gran mayoría de zaragocistas. Un partido recurrente en conversaciones que tratan sobre la explosión de uno de los grandes jugadores del Zaragoza en las últimas dos décadas: Rubén Gracia ‘Cani’. La última vez que el Zaragoza ganó en el Tartiere fue la gran presentación en sociedad de Ibán Espadas y, sobre todo, del citado Cani.

Esa soleada mañana, en un partido retransmitido para España a través de las cámaras de Canal +, aquel chaval del barrio de Torrero pasó de promesa a realidad. Se doctoró en el Tartiere con un partido de altura, redondeado con un golazo, el 0-1, en colaboración directa con el mencionado Espadas. Galletti, ya en el minuto 90, zanjó la victoria zaragocista. La cuarta -y última- de su historia en el Tartiere.

Tras aquella derrota, el Oviedo comenzó la peor etapa, deportiva y económica, de su historia. Pasó una larguísima travesía por el desierto de la Tercera División y la 2ªB, de donde no consiguió escapar hasta el 2014. Los dos últimos precedentes son una derrota (1-0) y un empate sin goles en un encuentro que terminó con Manu Lanzarote de portero tras una injusta expulsión del guardameta Ratón patrocinada por el polémico Figueroa Vázquez.

Gran superioridad en La Romareda

El contrapunto a las negativas estadísticas del Zaragoza en Oviedo lo ponen las visitas asturianas a La Romareda, donde los aragoneses tienen una superioridad aún mayor en sus resultados. También se han enfrentado en 38 ocasiones y el bagaje es de 32 triunfos locales, dos empates y tan solo cuatro derrotas. Si el Oviedo manda en el Tartiere, el Zaragoza lo hace de un modo todavía más contundente en La Romareda.

En este contexto estadístico, el Real Zaragoza tiene la oportunidad este lunes de mejorar su historia en el Carlos Tartiere y, sobre todo, sumar tres puntos fundamentales para dar un salto adelante en la clasificación y consolidar con una victoria las buenas sensaciones de juego de las últimas semanas. Lo necesita.