La maldición de Figueroa

El Real Zaragoza solo ha ganado uno de los once partidos que el colegiado andaluz le ha dirigido en las últimas cinco temporadas en Segunda División.

Figueroa Vázquez, en el instantes de expulsar a Borja Iglesias
Figueroa Vázquez, en el instantes de expulsar a Borja Iglesias
Toni Galán

A sus 40 años, Jorge Figueroa Vázquez cumple su sexta temporada en Segunda División y este dato nos dice más cosas de las que nos esconde. Rara vez, a esa edad y tras esas campañas en la categoría, un colegiado con ciertas competencias en lo suyo no se planta en Primera. Si con 40 años y seis temporadas sigues en Segunda es por algo, por algo nada bueno. Pero así funciona el estamento: las cuotas autonómicas, los ‘ahijados’, las valoraciones técnicas, la medidas disciplinarias con los propios árbitros… El infortunio del Real Zaragoza es que su actual ciclo en Segunda ha coincidido con la vida y obra en el fútbol profesional del trencilla sevillano.

Hay que hablar, en este caso, de maldición con todas las letras. No son hechos aislados la impunidad con la que trató la cacería de Febas, ni la expulsión de tramoya de Borja Iglesias ni siquiera el fuera de juego previo al gol del Nástic el pasado domingo. Con Figueroa Vázquez al mando del acta del partido el Zaragoza ya sabe lo que le puede tocar porque sobre todo le ha tocado sufrirlo.

En cinco temporadas, el equipo aragonés solo ha ganado uno de los once partidos dirigidos por el colegiado andaluz. El dato cae a plomo. Su balance completo recoge un triunfo, siete empates y tres derrotas. Seis de esos encuentros se jugaron con el Zaragoza de local, pero nunca sacó adelante una victoria en La Romareda el equipo aragonés cuando Figueroa Vázquez estuvo a cargo del silbato de la cita.

Fue en Albacete, con Ranko Popovic de entrenador, en octubre de 2015, cuando el conjunto aragonés cosechó su único triunfo con este árbitro. Un 1-3 solvente y claro que tuvo a Ortuño como principal protagonista.

Partidos del Real Zaragoza dirigidos por Figueroa Vázquez

El resto son igualadas y derrotas. En la campaña 13-14, el Zaragoza perdió 1-2 contra el Numancia y empató 2-2, curiosamente, también contra los sorianos, esta vez en Los Pajaritos. Un curso después, Figueroa Vázquez dirigió cuatro partidos a los aragoneses: 1-1 contra el Sabadell, 2-2 frente al Albacete en un partido en el que el Zaragoza dominaba hasta que expulsó a Jaime Romero, 0-0 contra el Lugo y derrota en casa 0-2 frente a Las Palmas. En la 15-16, solo consta en los registros esa victoria 1-3 en Albacete. Durante el curso, 16-17, el pasado, al Zaragoza también se le enquistó este árbitro: un 3-3 en Lugo, un 1-2 en La Romareda precisamente contra el Nástic y un 0-0 en Oviedo, en un partido en el que Figueroa Vázquez se sacó de la cartuchera una de las expulsiones más rocambolescas que se recuerdad. Sacó dos amarillas como una ráfaga de metralleta a Álvaro Ratón por considerar que perdía tiempo. En la primera, el portero estaba siendo atendido por el doctor Honorio Martínez después de recibir un fuerte golpe de Linares en una salida. Tirado en el suelo mientras recibía los cuidados médicos, Ratón observó cómo Figueroa Vázquez entendía que aquello era una demora premeditada. Solo pasaron unos segundos para que el árbitro culminara su cuadro surrealista: con un compañero tendido en el suelo, en el área pequeña, Edu García, Ratón esperaba a si el colegiado autorizaba la entrada del médico. Pero Figueroa Vázquez interpretó eso como otra pérdida de tiempo, obviando que un futbolista estaba reclamando la asistencia del doctor. El partido acabó 0-0, con Manu Lanzarote de portero improvisado.

Figueroa se ha construido una reputación muy determinada en la categoría. Es considerado un árbitro 'halcón', debido a su actitud protagonista y desafiante en los estadios, con marcadores que suelen beneficiar más a los visitantes que a los locales. Es un colegiado que no se esconde ante el fuego ambiental, se crece y se alimenta con las broncas. Ya en Segunda B era conocido como el “azote de los locales. El colegiado ha sido protagonista de varios episodios polémicos, como cuando denunció en el acta que Matilla, jugador del Murcia (ex del Betis) en un partido ante el Sabadell, lo amenazó de muerte. El castigo fue duro para el jugador (seis partidos finalmente), pese a que varios de sus compañeros quisieron testificar, sin éxito, acusando a Figueroa de mentir en su acusación. Más atrás, en 2010, en una fase de ascenso a Segunda, en Pontevedra fue declarado persona non grata por un arbitraje en Alcorcón. Jugadores del club gallego le acusaron públicamente de haberlos llamado "idiotas y payasos". Incluso el Nástic tiene su espina con Figueroa, el primer colegiado en expulsar a un futbolista, aplicando una nueva norma, por no llevar en un momento determinado las espinilleras puestas bajo las medias: fue el ariete del cuadro tarraconense, Barreiro.

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