Rodri, segundo de Agné, relevo de Carreras... el Nástic, un Zaragoza retro

El actual entrenador de los tarraconenses, que ha sucedido a Lluís, fue segundo del Real Zaragoza el año pasado durante 4 meses. Un singular caso.

Rodri camina y conversa con Agné en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza, el pasado mes de marzo cuando ambos dirigían el vestuario blanquillo.
Rodri, segundo de Agné, relevo de Carreras... el Nástic, un Zaragoza retro
Oliver Duch

Antonio Rodríguez Saravia 'Rodri' llega a Zaragoza en la 6ª jornada de liga como máximo responsable del vestuario del Nástic de Tarragona, el rival de turno del Real Zaragoza. La figura del debutante, como primer técnico, en el fútbol profesional español compone un curioso puzle de casualidades, de vestigios del pasado reciente zaragocista en el banquillo, que aporta al duelo de este domingo en La Romareda (20.30) cierto morbo.

Porque Rodri, calladamente y sin ningún protagonismo en primer plano, fue el año pasado técnico del Real Zaragoza durante 4 meses, el tiempo en el que dirigió al club aragonés el mequinenzano Raúl Agné, de quien era segundo y ayudante principal. Pero, el rizo del rizo, es que Rodri acaba de acometer la labor de primer entrenador del Nástic para tomar el relevo del destituido Lluís Carreras, que fue el preparador zaragocista que concluyó la anterior campaña, la 2015-16.

Esta madeja de nombres relativos a inquilinos del banquillo del equipo de Tarragona evoca a un Real Zaragoza retro, en el pasado reciente del club blanquillo. El Nástic está recogiendo figuras que, por unas u otras causas, cada uno en su papel y responsabilidad, protagonizaron pasajes del ineficaz y frustrante Zaragoza de los últimos tiempos. Rodri, el más desconocido de los protagonistas de este episodio que tiene el Nou Estadi tarraconense como eje de la historia, se sentará mañana en el banquillo grana como cabeza visible del Nástic, apenas seis meses después de que lo hiciera en el de al lado, el local del Real Zaragoza, cuando era la mano derecha de Agné.

Rodri, barcelonés de 46 años, ha llegado a esta estación del Nástic porque, una vez resultó despedido del Zaragoza de la mano de Raúl Agné el pasado mes de marzo, consideró la opción de independizarse de este y buscar fortuna en solitario, lo que le hizo recalar en el filial del club de Tarragona, La Pobla de Mafumet, ahora en Tercera División. Ahí comenzó la temporada y, con apenas 4 jornadas transcurridas y la precipitada defenestración deportiva de Carreras (la primera en los banquillos del fútbol español esta campaña), ha ascendido al vestuario de Segunda.

Antonio Rodri, que ya fue primer entrenador en su trayectoria, entre 2014 y 2016, en el Olot gerundense en Segunda B, es un técnico con la vitola de interino. La directiva del Nástic lo tiene a prueba. Así se comunicó oficialmente cuando, tras el cese de Carreras, se hizo pública la decisión de que fuese Rodri el sustituto. Es interino. Tiene 3 partidos por delante para ganarse la continuidad con cimientos firmes. De momento, el primero, el del pasado fin de semana, acabó el éxito: el Nástic, que era colista, ganó su primer partido, en Tarragona, por 3-1 al Albacete. El de Zaragoza es el segundo test para Rodri, que tiene que ganarse la confianza del vestuario y de los dirigentes de su club.

Carreras, Rodri, Agné... nombres propios del banquillo del Real Zaragoza torcido de los últimos dos años. Muy torcido. Con episodios lacerantes. Con momentos de máxima insolvencia. Rodri, como actor secundario que fue, es quien menos culpas arrastra en la mochila. Pero, de la mano del Nástic, su aparición en La Romareda este domingo lo devuelve al foco retrospectivo de atención del zaragocismo. Un caso verdaderamente singular el de este Gimnástic de Tarragona y su selección de técnicos en los meses recientes. Hay un hilo conductor que lo hace moverse a rebufo de los fracasos del Real Zaragoza.

Rodri tuvo la ocasión de dirigir al Real Zaragoza desde el banquillo en un partido, cuando Agné fue expulsado en Córdoba y debió ver desde la grada el enfrentamiento ante el Sevilla Atlético en La Romareda. Fue su último día en el club, pues la derrota por 1-2 ante los cachorros sevillistas supuso el adiós de Agné a la entidad, su fulminante salida. En Elche, la siguiente cita, también habría estado Rodri en la banda, pues a Agné le cayeron dos partidos de suspensión. Pero ya no llegaron a ese día. Allí debutó César Láinez, ganando por cierto 0-3.

Asimismo, se recuerda aquel momento en el que Agné le echó el mochuelo por el tercer cambio del Real Zaragoza en El Arcángel, en aquella derrota por 2-1 en tiempo de aumento, cuando el central Jesús Valentín sustituyó sorprendentemente a Lanzarote. En la rueda de prensa posterior, Raúl Agné derivó por dos veces hacia su segundo, Rodri, la responsabilidad de esa sustitución, que tuvo lugar en el minuto 91. Agné aludió al hecho de haber sido expulsado del banquillo en el minuto 80 por parte del árbitro, lo que le obligó a irse a la caseta antes de tiempo. “Yo no estaba. No estaba. Estaba en el vestuario”, dijo en primera instancia el entrenador cuando se le citó el aroma de esa sustitución, que evidenció la intención de sujetar el 1-1 que se daba en ese momento en el marcador más que de ir a buscar la victoria en esa recta final del choque. “No, no. Que no estaba yo. No estaba yo. Supongo que Rodri habrá entendido que iban a colgar balones y ha sacado a un jugador más para cortarlos”, insistió Agné al volver a repetirle la pregunta de por qué se había optado por ese cambio postrero.

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